Oftalmología
Conjuntivitis por culpa de la contaminación
Expertos avisan de que la exposición continuada a la polución también puede dañar a los ojos
Los altos niveles de contaminación que desde hace unos días han aumentado de forma considerable en algunas ciudades como, por ejemplo, Madrid, Barcelona, Guadalajara, Salamanca, Sevilla o Zaragoza, también pueden dañar los ojos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 92 por ciento de la población mundial vive en lugares donde los niveles de calidad del aire exceden los límites fijados en las directrices de este organismo. La alta concentración de polución, de humo de coches y autobuses, compuestos químicos de fábricas e industrias, contaminación producida por calefacciones, polvo o polen, contribuyen al incremento de enfermedades oculares como las inflamaciones de los ojos.
«Además, cuando no llueve ni hace aire los elevados niveles de polución de las urbes densamente pobladas pueden provocar irritación en los ojos, ardor, enrojecimiento y lagrimeo, además de sensación de quemazón y escozor», ha explicado el director médico de Clínica Baviera, Fernando Llovet.
La conjuntivitis es otro de los problemas oculares causados por la contaminación del aire que provocan la inflamación del tejido que cubre la parte blanca del ojo (conjuntiva) y del interior de los párpados, lo que provoca lagrimeo y enrojecimiento del globo ocular.
«La contaminación también puede aumentar la aparición del síndrome del ojo seco, al no producir la cantidad necesaria de lágrimas para mantenerlos lubricados, causando así irritación y picazón», ha puntualizado el doctor Llovet.
Para prevenir dolencias oculares provocadas por los altos niveles de contaminación es necesario tomar algunas precauciones, los expertos de la Clínica Baviera han aconsejado utilizar gafas de sol con filtro UV mientras se está al aire libre; emplear gotas lubricantes oftalmológicas que hayan sido prescritas por un especialista; beber mucho líquido y mantenerse hidratado con el fin de que el cuerpo pueda producir la cantidad de lágrima suficiente para mantener el ojo húmedo; instalar filtros de aire de alta calidad que eviten el paso de elementos contaminantes externos; y evitar la exposición de los ojos al humo de cigarros o de ambientes muy cargados.
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