Investigación científica
La rehabilitación recupera la función facial tras una parálisis
La labor multidisciplinar del médico rehabilitador y del fisioterapeuta es fundamental también para la reactivación neuromuscular del paciente
La labor multidisciplinar del médico rehabilitador y del fisioterapeuta es fundamental también para la reactivación neuromuscular del paciente
La parálisis facial es uno de los trastornos que además de las implicaciones físicas que pueden afectar al cierre del ojo, al habla, la facilidad para comer... «lleva también asociado un gran impacto psicológico, ya que incide directamente en la calidad de vida del paciente y en su relación con su entorno, produciéndole, en muchos casos, angustia y ansiedad», explica Carlos Martín Oviedo, otorrinolaringólogo especialista en parálisis facial del Equipo de Ortiz del Hospital La Milagrosa de Madrid. Por eso, la rehabilitación es una de las partes fundamentales para conseguir recuperar la función facial.
Después de la cirugía es importante la labor del médico rehabilitador y del fisioterapeuta. «Es una labor multidisciplinar donde primero los cirujanos y luego los rehabilitadores trabajan de forma coordinada la reactivación de la función facial y la rehabilitación neuromuscular», apunta Martín. En la rehabilitación de los nervios faciales es clave el trabajo de rehabilitación de la zona estática buco-labial y de la zona estática frontociliar a base de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas de suspensión pasiva, lifting facial, técnicas de elevación de la ceja, con el objetivo de recuperar la movilidad por medio de la elongación de músculos de la zona no inervados por el nervio facial.
La rehabilitación neuromuscular junto con la infiltración de toxina botulínica (botox) y un programa de ejercicios faciales adaptados a cada paciente, es otro tipo de tratamiento que se aplica también en algunos pacientes desde las etapas más tempranas de su parálisis con el fin de conseguir la mayor simetría facial posible y posteriormente en etapas tardías para controlar las distintas secuelas como son los movimientos anómalos.
Para ello es importante llevar a cabo un tratamiento integral de la parálisis. En el Hospital La Milagrosa tienen establecidos cuatro grupos de tratamiento, según el diagnóstico inicial del cada paciente: tratamiento médico, tratamiento del ojo, reparación del nervio facial y rehabilitación:
-Ante la parálisis facial Idiopática o desconocida, que suele ser la más frecuente. Los últimos protocolos de tratamiento con corticoides, antivirales, deben iniciarse antes de las 72 horas de inicio del cuadro con el fin de reducir las posibles secuelas que puedan aparecer.
- Sobre el cierre ocular. Cuando la parálisis se estima temporal, se instauran unas medidas de cuidados oculares a través de la administración de gotas o lubricantes. En otras ocasiones, precisan pequeñas cirugías que pretenden recuperar el cierre ocular.
- Reparación nerviosa o funcional. Ante una parálisis definitiva dependiendo del tiempo de inicio de la parálisis y otros factores como la edad, existen distintas técnicas para reparar el nervio facial o para reanimar su función. Estas técnicas se basan en la microcirugía del nervio facial donde a través de microscopios quirúrgicos se lleva a cabo la colocación de injertos nerviosos que consiguen reactivar la función del nervio facial.
La parálisis facial, de la que a día de hoy no se conoce una causa concreta, es la consecuencia de la disminución o ausencia de la conducción nerviosa a través del nervio facial. Los nervios faciales son los responsables de llevar multitud de mensajes del cerebro a la cara, como el cierre de un ojo, el levantamiento de una ceja, una mueca o la activación de las glándulas salivares para producir saliva y degustar los alimentos. Pero cuando estos nervios se inflaman o se debilitan, dejan de funcionar correctamente produciendo la parálisis, que puede ser temporal o permanente.
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