Ciencia

Tecnología, herramienta para innovar en Sanidad

El SNS, pese a los obstáculos que tiene en su camino hacia la sostenibilidad, no debe olvidar renovarse. Cómo y cuándo y en qué áreas y con qué herramientas son los desafíos que ha de asumir

Tecnología, herramienta para innovar en Sanidad
Tecnología, herramienta para innovar en Sanidadlarazon

El SNS, pese a los obstáculos que tiene en su camino hacia la sostenibilidad, no debe olvidar renovarse. Cómo y cuándo y en qué áreas y con qué herramientas son los desafíos que ha de asumir

A veces una palabra pierde fuerza o sentido cuando está tan manida que se queda vacía de contenido. Dolores Acón, gerente del hospital Universitario Son Espases de Mallorca y miembro de la Junta Directiva de Sedisa, dio comienzo a la tercera mesa «Innovación tecnológica para la Salud», del Foro de Debate Sedisa-LA RAZÓN, con una alusión a este problema, que comparte con otras expresiones muy frecuentes en el sector sanitario, como son la calidad, la sostenibilidad y la eficiencia. Así, comentó que «en un máster en innovación se pedía como requisito que no se nombrase esta palabra, sino que se buscaran otros términos y expresiones que la definieran. De esta forma, no se banalizaba la palabra». Un ejemplo muy práctico, ya que en la mesa que moderaba Acón se puso de manifiesto la necesidad de innovar, pero de verdad, más allá de la superficialidad, es decir, de incluir y avanzar todo aquello que no sólo fuera novedoso, sino que aportara un valor esencial al ámbito sanitario y en los centros que de verdad lo necesitasen.

En este sentido, uno de los debatientes, Félix Bravo, presidente de la Agrupación Territorial de Sedisa en Madrid, aludió a los pasos y los procesos que deberían seguirse para innovar. «Este proceso debe ser drenado y dirigido, porque va a exigir una serie de recursos humanos y un espacio propio. Y esto nos lleva a preguntarnos si innovar es dejar de hacer otras cosas». Cabe destacar que en el camino de la inclusión de las novedades tecnológicas, que van más allá de comprar una máquina nueva o dar luz verde a un fármaco, ya que hay que valorar su eficiencia y quién está preparado para usarla y prescribirlo, Alfonso Beltrán, subdirector general del Instituto de Salud Carlos III y director general de la Fundación para la Innovación y la Prospectiva en Salud en España, subrayó la necesidad de la colaboración público-privada en este ámbito: «Hay que intentar poner estos dos sectores en contacto para que al final el resultado sea el que nos interesa a todos. No sólo en el momento de financiar sino también a la hora de ejecutar».

Desterrar lo antiguo

Jesús Galván Romo, miembro de la Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS), hizo hincapié en que no se trata de digitalizar lo viejo. «Se trata de pasar de la ideación a la creación de la formulación de contratos, pero siempre digital, que ya lo sea en origen», apuntaba Galván Romo. Es decir, el ponente expuso que a la hora de hacer nuevos contratos y de innovar no se establece una forma nueva en sí misma, sino que se realiza ese contrato «en la forma y con los parámetros de los antiguo», algo que choca con el mismo término de innovar.

Quizás, esto tuviera relación con lo que el subdirector general del Instituto de Salud Carlos III comentó sobre que «en esto de la innovación, ocurre como en los penalties. Todos saben cómo tienen que hacerla, pero luego hay unos que lo ejecutan bien y otros que no. Y para que eso no ocurra estamos nosotros dando apoyo y facilitando las herramientas», añadió Beltrán. Aunque Bravo en su intervención sostuvo que «no toda la innovación tiene que estar en todos los hospitales sino concentrada siempre y cuando se consuma en la accesibilidad al paciente».

Por su parte, Pedro Carlos Lara Jiménez, presidente de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), apuntó que los hospitales eran un buen lugar para acoger la innovación, porque «son un buen sitio para hacer estudios reales de coste, de verdad. Y a su vez también son centros muy buenos en la transmisión de conocimientos, ya que el desarrollo con socios tecnológicos y con la industria puede generar conocimiento y sea un atractivo más porque la gente vaya a ese centro a aprender».

Lara plantea que hay que preguntarse qué quiere el paciente, porque esto le lleva a plantearse «si todos los usuarios quieren la última tecnología o el fármaco más novedoso que son carisísimos. A lo mejor, el paciente quiere una buena atención, y que no haya retrasos en las pruebas». Y desde el punto de vista profesional, el presidente de SEOR explicó que «todos están muy interesados en la mejora de la actividad y hay un interés claro por el retorno de la innovación, en tecnología y en nuevas posibilidades para tratar a los pacientes. Y claro, también en lo económico, lo que nos lleva a la gestión clínica, donde debemos involucrarnos los profesionales, todos».

En su exposición, Lara especificó cómo se transfiere la innovación en los centros: «De la innovación a la asistencia hay que conocer muy bien los resultados en salud, cuando los gestores incluyen la innovación en la asistencia se fijan en lo segundo y se olvidan de las mediciones y los datos que aporta». Aquí podría enlazarse con la idea que el presidente de la Agrupación Territorial de Sedisa en Madrid hacía en su intervención sobre que «no hay que olvidar que la innovación terapéutica exige una innovación en la gestión. Tenemos que poner en nuestros hospitales una idea de implicación en todo este tipo de avances y tenemos que tener en cuenta que la innovación tecnológica cada día es más compleja, la organización está cada vez más tecnificada, y rompo una lanza en mi favor al exigir una profesionalización más de la organización».

Reflexiones

Acón hizo un resumen de las intervenciones que contenían las siguientes ideas: la innovación facilita la vida a otras personas, como expuso Beltrán; que el uso de la tecnología en épocas de crisis no sabemos si ha podido repercutir en la salud de la ciudadanía, tal y como comentó Galván Romo; junto a la pregunta de Bravo si innovar es dejar de hacer. Tras ellas, llevó a los participantes a reflexionar hacia dónde nos llevan estas afirmaciones, «ya que actualmente la tecnología ya nos supera a la hora de poder hacer cosas. Y si las soluciones realmente repercuten en los resultados en salud», subrayó la moderadora de la mesa.

En respuesta a Acón, Galván Romo fue escueto y comentó: «Dos ideas. Primera, cambia los algoritmos y cambia las reglas. Y segunda, retroalimenta y rectifica. Esto se puede hacer de una manera muy asertiva con lo que hoy ofrecen las tecnologías. La eficiencia es imposible si no se deja de hacer lo que no da valor, e incluso son dañinas». Por su parte, Lara apostó de nuevo por la necesidad de las mediciones, «porque tenemos que saber qué es lo que hacemos con el fin de conocer si tenemos un problema o no. Y una vez visto, tenemos que hacer lo que esos resultados nos sugieran». Beltrán enganchó su reflexión final con la importancia de la evaluación tecnológica, con una referencia a la incorporación de los PET en oncología y la buena posición que tiene España a nivel Europeo. Además, Beltrán hizo alusión a la Marca España en este sector, ya que resulta importante tenerlas en cuenta en el momento de los retornos que generan, por lo que pidió el apoyo para desarrollos nacionales. Bravo cerró las reflexiones con un punto de vista práctico, «cuando te llega tu jefe de servicio y la industria con la innovación, hay que tener claro si te va a aportar algún tipo de valor o no». Con esto claro, a Bravo le queda la duda de cómo se solventará que a lo antiguo se sume lo nuevo y no sea excluyente, ya que esto choca de frente con la necesaria sostenibilidad del sistema. Punto en el que Sergio Alonso, director adjunto del suplemento A TU SALUD, advirtió en la clausura del foro con la mención a las famosas bolsas de ineficiencia del sistema y el peligro existente en un sistema frágil económicamente.

«Uno de los elementos clave para evolucionar es medir lo que hacemos»

El vicepresidente segundo y responsable del Comité de Innovación y Sostenibilidad de Sedisa clausuró el acto. Además, emplazó a nuevos debates que incluyeran a la ciudadanía y a los poderes decisores

Sedisa tiene que ser un elemento que genere, aumente e incremente este tipo de foros. Lo tenemos incluido dentro de la estrategia a través de los distintos comités que se han formado durante este año, en concreto uno sobre innovación y sostenibilidad. Tenemos capacidad de hacer partícipes a los distintos actores de nuestra sociedad en este tipo de debates. La alianza con los medios de comunicación, con acciones como ésta, me parece muy interesante. Como conclusiones de este encuentro se han asociado muchos y distintos conceptos que han circulado alrededor de la innovación y la sostenibilidad. El problema que más acucia es la propia amenaza económica en cuanto a la incorporación de la tecnología, la inclusión de las innovaciones farmacológicas y, en ese contexto, de búsqueda de la sostenibilidad de nuestro sistema nos preocupa, y no sé si nos ocupa, lo suficiente a todos. Queda patente que uno de los elementos para evolucionar es la medición de resultados. Hay que buscar los resultados y buscar valor en lo que hacemos y para eso no nos queda otra que saber lo que estamos haciendo; en ese sentido, es buscar la eficiencia. Como dijo Pepe Soto, tenemos que definir una estrategia en torno a su búsqueda. El otro aspecto que ha quedado subrayado es la necesidad de, más allá de nuestra gestión, alcanzar un consenso al más alto nivel. En este sentido, la planificación en el ámbito político y buscar alguna fórmula para llegar a acuerdos; creo que es algo que tenemos que pedir y reclamar haciendo partícipe incluso a la propia ciudadanía.

De forma especial, ha surgido el tema de los profesionales en relación con la innovación y en la gestión y en la participación. Estamos en un marco de ámbito público y las dificultades que en este sector supone la gestión de los recursos profesionales, el cómo incentivamos. Este aspecto se puede llevar como punto de partida a ese consenso que se busca. Además, la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones, en lo que hagamos en cualquier ámbito de investigación, innovación, gestión... todo debe reflejarse en ella o que la genere algún tipo de valor.

También se han abordado la ética y transparencia, que de alguna forma hacen referencia a todo lo que nos implica de futuro, porque probablemente la situación en la que estamos ahora, va a tener que ser más transparente de cara a la ciudadanía y ésta ha de tener un papel más activo en la toma de decisiones. Y en ese sentido, la actuaciones que debemos realizar los profesionales y los políticos está claro que tienen que respetar este marco.

Hemos acabado poniendo en cuestión si tenemos que innovar o tenemos que dejar de hacerlo. Lo que no da valor, lo que no sirve hay que desecharlo. Desinvertir para invertir. Lanzo un reto para que en este mismo marco se pueda volver a debatir junto a los medios de comunicación, los decisores y la ciudadanía.