Reproducción asistida
Vitrificar espermatozoides, más efectivo que congelar
La técnica permite bajar la temperatura de forma ultra rápida para evitar la formación de cristales de hielo que se produce con la congelación clásica y que afecta a su función celular. La morfología se conserva mejor, reduce el daño en el ADN y la cabeza y el núcleo sufren un 20% menos
Hace poco más de una década la vitrificación de óvulos y embriones marcó un hito en reproducción asistida. Y ahora la Ciencia quiere hacer lo propio con los espermatozoides que, si bien es habitual criopreservarlos mediante congelación lenta (lo más extendido en los laboratorios de andrología), se han empezado a observar las ventajas de someterlos a este procedimiento, más rápido y beneficioso para mantener su calidad.
Llanos Medrano López-Tello, embrióloga senior del IVF Alicante, explica que «la diferencia entre las técnicas es que la congelación lenta consiste en un descenso controlado de la temperatura y se realiza, introduciendo la muestra en un congelador o exponiéndola a vapores de nitrógeno líquido. En la vitrificación, las células espermáticas se ponen en contacto directo con el nitrógeno y el proceso de congelación es prácticamente inmediato». La ventaja radica en que «el descenso paulatino de la temperatura de la congelación lenta provoca cristales de hielo que dañan el espermatozoide, algo que no sucede con el descenso rápido». Por su parte, Irene Cuevas, directora de laboratorio de embriología del Hospital General Universitario de Valencia, añade que «en la congelación lenta diluimos los espermatozoides con crioprotectores –sustancias que protegen la célula durante el proceso de congelación– permeables (que la protegen por dentro) y no permeables (la protegen por fuera). Se va disminuyendo de forma progresiva la temperatura hasta alcanzar los 196 grados». En cambio, en el proceso de vitrificación «sólo usamos crioprotectores no permeables a dosis muy elevada que hace que, al introducir la muestra en nitrógeno líquido, se cree una sustancia viscosa que no se congela».
Mejor conservados
Para comprobar estos beneficios, desde el IVF de Alicante llevan cinco años empleando un método nuevo con soluciones crioprotectoras específicas para este tipo de células llamado «Easysperm» en un estudio «desarrollando un medio propio que usamos en pacientes con muy buenos resultados. En el estudio que hicimos con muestras frescas, congeladas y vitrificadas, observamos que los biomarcadores analizados se mantenían en las vitrificadas a niveles similares de las frescas, algo que no sucedía en las congeladas lentamente. La integridad a nivel de cabeza y núcleo (donde se encuentra el ADN) mostró un 20% menos de daño si las muestras se vitrifican en vez de congelarse», explica Medrano. A nivel de citoesqueleto «hemos visto que los parámetros obtenidos son iguales que las muestras en fresco pero al congelar sí se produce daño en esta estructura importante, pues influye en los primeros estadios del desarrollo del embrión».
Asimismo, en la Unidad de Medicina Reproductiva del Hospital General Universitario de Valencia están realizando un proyecto de investigación en el que han analizado parámetros de movilidad, vitalidad y fragmentación del ADN, ya que se ha demostrado que los procesos de congelación hacen que las células sufran estrés y produzcan especies reactivas del oxígeno que pueden dañarlo. Y, comparando las muestras en fresco, congeladas y vitrificadas, los niveles de fragmentación del ADN en las congeladas se eleva mucho, hay un daño demostrable, y en las muestras de vitrificación las tasas son comparables a las frescas.
Vistos estos beneficios, muchos se preguntan por qué no está más extendido su uso, a lo que las expertas responden que «en una muestra de espermatozoides hay millones de células. Si perdemos la mitad por congelación lenta aún tenemos muchos para trabajar», matiza Medrano. Pero la vitrificacion «sólo sirve para criopreservar pequeños volúmenes de espermatozoides y a muy baja concentración», dice Cuevas. Es decir, «hay que diluir la muestra a una concentración de un millón de espermatozoides por mililitro y sólo podemos congelar en muy pequeñas porciones de microlitros, por lo que para congelar la muestra completa necesitaríamos muchos soportes de vitrificación», matiza.
Por ello, «no es efectivo para un banco de semen, éstos seguirán congelando porque si no, tendría millones de pequeñas muestras del mismo donante y no es efectivo». Pero para el paciente oncológico, por ejemplo, «vale la pena, porque en un donante de semen, aunque la mitad de sus espermatozoides no sobrevivan a la descongelación, hay mucha muestra, pero para un enfermo su muestra es muy valiosa, y sería recomendable vitrificar al menos una parte», explica Cuevas.
Lo que no implica que quien lo desee pueda elegirla. «Nosotros ya lo estamos ofreciendo a nuestros pacientes, somos pioneros a nivel nacional ofreciendo esta técnica y les damos la opción de preservarlos o bien mediante la técnica tradicional o mediante vitrificación», concluye Medrano. Algo que también harán en el hospital valenciano. «Tras los datos obtenidos en nuestro estudio, vamos a empezar a vitrificar una pequeña parte de las muestras», finaliza Cuevas.
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