Investigación científica
Una nueva terapia génica para la ceguera, eficaz en seres humanos
En un ensayo clínico pequeño y preliminar, investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland, Estados Unidos, y sus colaboradores han demostrado que una terapia genética experimental que utiliza virus para introducir un gen terapéutico en el ojo es segura y que puede ser eficaz para preservar la visión de las personas con degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) de tipo húmedo, informa Europa Press.
La DMAE es una de las principales causas de pérdida de visión en Estados Unidos, afectando a un estimado de 1,6 millones de estadounidenses. La enfermedad está marcada por el crecimiento de vasos sanguíneos anormales que filtran líquido en la parte central de la retina llamada macula, que utilizamos para leer, conducir y reconocer caras.
El estudio publicado este martes en ‘The Lancet’ informa sobre un nuevo enfoque en el que se emplea un virus, similar al resfriado común, pero alterado en el laboratorio para que no pueda causar la enfermedad, como portador de un gen y se inyecta en el ojo. El virus penetra en las células de la retina y deposita un gen, que convierte las células en fábricas para producir una proteína terapéutica, llamada sFLT01.
Los vasos sanguíneos anormales que causan DMAE húmeda crecen porque los pacientes han aumentado la producción del factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF, por sus siglas en inglés) en sus retinas. Los tratamientos actuales requieren inyecciones de proteínas directamente en el ojo que se unen e inactivan VEGF, reduciendo el líquido en la mácula y mejorando la visión.
Sin embargo, las proteínas terapéuticas salen del ojo en el transcurso de un mes, por lo que los pacientes con DMAE húmeda, por lo general, necesitan volver a la clínica para someterse a más inyecciones cada entre seis a ocho semanas con el fin de evitar la pérdida de la visión. Especialistas de los ojos dicen que la carga y la incomodidad del régimen son responsables de que muchos pacientes no reciban las inyecciones con la frecuencia que necesitan, lo que lleva a la pérdida de visión.
Debido a que los virus penetran naturalmente en las células y dejan atrás el material genético, los investigadores diseñaron virus para dirigirse a las células de la retina y proporcionarles un gen que produce sFLT01. Por lo tanto, las células de la retina se convierten en fábricas que generan la proteína terapéutica, potencialmente eliminando la necesidad de inyectarla repetidamente.
«Este estudio preliminar es un paso pequeño pero prometedor hacia un nuevo enfoque que no sólo reducirá las visitas médicas y la ansiedad e incomodidad asociadas con inyecciones repetidas en el ojo, sino que puede mejorar los resultados a largo plazo debido a que se necesita una supresión prolongada de VEGF para preservar la visión y es difícil de lograr con inyecciones repetidas porque la vida a menudo se interpone en el camino», dice Peter Campochiaro, profesor de Oftalmología en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
El ensayo clínico de fase 1 involucró a 19 hombres y mujeres, de 50 años de edad o mayores con DMAE húmeda avanzada. Se dividió a los participantes en cinco grupos diferentes que recibieron dosis crecientes de 2 x 10 ú 8 a 2 x 10 ú 10 partículas virales que contenían el gen terapéutico en 0,05 ml de fluido. Los investigadores examinaron cada grupo para detectar signos de reacciones adversas durante al menos cuatro semanas antes de administrar una dosis más alta al siguiente grupo.
Después de que el virus depositó el gen, las células comenzaron a secretar sFLT01 que se unió al VEGF e impidió que estimulara la fuga y el crecimiento de vasos sanguíneos anormales. El objetivo es que las células retinianas infectadas por el virus produzcan suficiente sFLT01 para detener de forma permanente la progresión de la DMAE.
Después de monitorear la os tres primeros grupos y de no encontrar toxicidad limitante de la dosis, los investigadores administraron la dosis máxima a un grupo de diez participantes y no observaron efectos secundarios graves. «Incluso en la dosis más alta, el tratamiento fue bastante seguro. Encontramos que casi no había reacciones adversas en nuestros pacientes», dice Campochiaro.
Por razones de seguridad y ética, el grupo de estudio estaba compuesto por personas para las que era muy improbable que los tratamientos aprobados estándar recuperaran la visión, lo que significaba que sólo 11 de los 19 tenían potencial para la reducción de líquidos. De esos 11 pacientes, cuatro mostraron mejoras dramáticas, con una reducción de la cantidad de líquido en sus ojos de grave a casi nada, al igual que lo que se observa con el tratamiento estándar óptimo, según Campochiaro.
Además, otros dos participantes mostraron una reducción parcial de la cantidad de líquido en sus ojos. Cinco participantes no mostraron ninguna reducción en los niveles de líquido y, sorprendentemente, dicen los investigadores, encontraron que todos los pacientes que no mostraron mejoría presentaban anticuerpos preexistentes al virus AAV2.
A partir de ese resultado, los científicos concluyen que incluso si otros estudios afirman la seguridad y el valor de su terapia génica, puede tener limitaciones para un uso amplio, ya que se estima que el 60 por ciento de la población de Estados Unidos ha sido infectado con virus adeno-asociados, la familia de virus a los que pertenece AAV2 y son inmunes a ella. Los autores creen que, en estos pacientes, el sistema inmunológico destruyó el virus antes de que pudiera insertar la terapia. EP
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