Relaciones internacionales
Poder y debilidad de Hillary
Una vez recuperada de la neumonía, Hillary Clinton debería afrontar lo que resta de campaña con la convicción de que si en algún momento fue clara favorita para ocupar la Casa Blanca, ese momento ya ha pasado. Hillary ya no es favorita en la carrera presidencial. El primer paso para afrontar cualquier problema es reconocer su existencia.
La crisis de salud ha desbordado el interés electoral y ha generado una doble polémica sobre el ocultamiento de datos y sobre la hipotética debilidad de la veterana política. A determinados votantes norteamericanos les preocupa que una candidata de 68 años pudiera convertirse en la Presidenta de una potencia que combate el terrorismo del ISIS y Al Qaeda, rivaliza con Rusia y China, y lidera las estructuras de seguridad más importantes en las relaciones internacionales.
Pero el problema fundamental no es que la neumonía haya debilitado la imagen de Hillary. Sino que la débil campaña planteada por la demócrata en las últimas semanas ha permitido a Donald Trump recuperarse de su desplome de agostoy ha provocado además la sensación de que la infatigable Clinton, está fatigada.
Lo que temen los americanos indecisos es que la representante del establishment demócrata, de la política tradicional, no tenga la fuerza suficiente para rebatir a Trump con argumentos duros, inteligentes y basados en su propia experiencia. Que responda al inexperto magnate republicano que presumía de tener 88 apoyos entre los altos mandos del ejército, con una simple comparación alegando que ella tenía 89. En vez de argumentar sobre la base y los resultados de su etapa como Secretaria de Estado y como ex senadora.
Hillary Clinton y Obama se batieron por la candidatura demócrata en 2008 conscientes de que quien saliera nominado en la Convención de Denver tendría todas las papeletas para convertirse en el ansiado presidente del cambio. El territorio de aquel largo combate electoral estuvo trazado por una nueva mayoría que incluía a muchos miles de nuevos votantes: minorías, jóvenes, independientes, desencantados...
Obama venció con la audacia de sus propuestas y con la convicción de su mensaje. Hillary no supo arrebatar al nuevo votante, cautivado por el estilo del senador afroamericano. Pero fue una dura luchadora, inteligente, tenaz y capaz de encandilar también al votante tradicional. La candidata demócrata en 2016 no puede dejarse atraer por el lado oscuro de Trump que no cautiva a nadie. Ni mostrar debilidad ante su fuerza. Que no representa la fuerza del cambio, ni de la razón.
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