Alimentación

El padre de un niño celíaco: “Debemos encontrar los precios más competitivos de productos sin gluten, de lo contario no se llega a fin de mes”

La cesta de la compra de los hogares con celíacos es una media de mil euros por persona al año más cara, razón por la cual la Asociación Celíacos de Cataluña reclama ayudas públicas para poder sufragar una dieta libre de gluten, ya que éste es el único tratamiento ante esta enfermedad crónica

Sin gluten: vivir como un celíaco
Sin gluten: vivir como un celíacoLaRazón

Hacer la compra en casa de María Rojo es una auténtica ruina. Sus dos hijos, de 11 y 8 años son celíacos, de manera que deben seguir una estricta dieta libre de gluten para, a corto plazo, poder garantizar su bienestar, pero también para evitar patologías más graves a más largo plazo, como el cáncer de colon o la diabetes.

“Mi hijo mayor es asintomático y la niña, en cuanto injiere algún alimento con gluten, se pone a vomitar sin parar durante al menos una hora”, explica María, quien sin embargo señala que, más allá de esta sintomatología, “lo realmente significativo de la celiaquía es que es una enfermedad crónica y el único medicamento para tratarla es comer sin gluten, porque sino, el organismo crea anticuerpos para luchar contra el gluten y éstos se comen las vellosidades del intestino, lo cual provoca que no haya una buena asimilación de los nutrientes y todo ello puede desembocar en una malnutrición, pero también en enfermedades tan graves como el cáncer de colon”.

Es por ello, que en casa de María se sigue un dieta estricta sin gluten, tanto en lo que se refiere a los niños como a los progenitores. “Cuando diagnosticaron al niño con 4 años y a la niña con uno, tuvimos que cambiar todos nuestra alimentación, porque el menú para celíacos hay que cocinarlo y prepararlo aparte para que no haya contaminación a través de los utensilios” y, para evitar esa contaminación, decidieron homogeneizar la dieta en casa. El problema es que “ello supone un gasto enorme”, denuncia María, quien recuerda que “la pasta sin gluten, por ejemplo, cuesta tres euros más que la normal, las harinas son carísimas y lo del pan, ya es exagerado”. “Nosotros, cada 15 días nos dejamos de media unos 50 euros en el horno de pan”, señala.

Si bien es cierto que la harina de arroz y sus derivados son productos que permitirían llevar a cabo una dieta sin gluten a un precio algo más económico, tal y como indica María, “uno no se puede alimentar solo de arroz, que es lo más barato”. Así las cosas, sin optar por la gama de productos más saludables o gastronómicos, para poder seguir una alimentación básica, el celíaco se deja en la cesta de la compra “al menos 3 euros más por cada producto sin gluten que alguien que puede seguir una dieta normal” y ello, obviamente, acaba teniendo un gran impacto sobre la economía doméstica. “Nosotros no salimos nunca a comer por ahí porque, al margen de que no es tan fácil encontrar sitios donde poder seguir la dieta sin gluten, lo que nos podríamos gastar en salir nos lo hemos de gastar en la cesta de la compra”, indica María.

Un coste desorbitado

Y es que como alertan desde la Asociación de Celiacos de Cataluña, el coste de la cesta básica de la compra de la una familia con un miembro con celíaca se ve incrementado en una media anual de 845 euros por persona, una cifra que, dada la actual situación de la economía, alcanza los mil euros anuales debido a la inflación. A esto se añade que, contrariamente a los que sucede en otros países de nuestro entorno, las personas diagnosticadas con esta enfermedad no reciben ningún tipo de ayuda pública. Para ellas, el único tratamiento eficaz para abordar su patología es seguir una dieta libre de gluten, pero, así como para otras enfermedades el Sistema de Nacional de Salud sufraga el coste de los fármacos o parte de él, en este caso, las administraciones no contemplan ninguna ayuda pública para que los pacientes puedan seguir con su tratamiento. Solo algunas provincias o municipios cuentan con una ayuda directa regulada para las personas con celiaquía, pero éste no es el caso de Cataluña.

“Al menos podrían ayudarnos a comprar lo más básico, como el pan o las harinas”, reclama María, así como otras tantas personas con celiaquía y sus familiares. De hecho, desde la Asociación Celíacos de Cataluña, su presidente, José Molina, recuerda que “las personas con celiaquía pagan el 100% de su tratamiento con sus propios medios. Se trata de una dieta libre de gluten para toda la vida lo que, sin duda, constituye un agravio económico para el colectivo celíaco”. “Cabe destacar la situación en la que se encuentran las familias más vulnerables con miembros celíacos, que tienen auténticas dificultades para seguir una dieta adecuada sin gluten dado el elevado precio de los alimentos, lo que pone en riesgo su salud”.

A por “los días sin gluten”

Ese es el caso de Eduardo, el nombre ficticio de un padre de familia, con dos hijos, uno de los cuales es celíaco, que se encuentra bajo el paraguas de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Barcelona. “Somos autónomos y no hemos conseguido recuperarnos de la situación de emergencia social general post covid”, explica para a continuación señalar que resulta complicado “recoger productos sin gluten en el banco de alimentos que nos asiste en el barrio”. “Pese a la gran captación de productos sin gluten por parte de los colectivos y organizaciones, no llega prácticamente nada. Hay mucha demanda”.

Así pues, la alternativa para ellos es “estar enganchados a los medios y redes sociales par ver en qué lugar esa semana ofrecen mejores precios. Debemos encontrar los precios más competitivos, de lo contrario, no se llega a fin de mes”, relata Eduardo y reconoce que “es una situación muy estresante el tener que desplazarte a lugares lejos de tu entorno para poder acceder a ofertas tipo “día sin gluten”, que realizan las grandes superficies”

Ante esta situación y después de que las 20 resoluciones que la asociación ha presentado en los últimos años a diferentes comisiones del Parlamento de Cataluña a favor de los intereses de este colectivo no se han ejecutado pese a estar aprobadas, la Asociación Celíacos de Cataluña ha decidido pone en marcha la campaña Los silencios administrativos, una iniciativa que pretende denunciar la inacción de la administración y que tendrá su punto álgido durante el Mediterranean Gluten Free Forum, que tendrá lugar en Barcelona el 20 y 21 de mayo, cuando se prevé convocar una sentada popular.