Maestro de las viñetas

Carlos Giménez: cómic dentro del cómic

El mítico dibujante reúne en un único volumen la serie que dedicó a la aventura humana y artística de Pepe González

MADRID, 12/10/2025.- El ilustrador Carlos Giménez narra en viñetas la biografía del dibujante Pepe González, un tomo XL, editado por Reservoir Books, con el que hace un reconocimiento a su obra: "Pepe era más que el autor de Vampirella. Era excepcional y, posiblemente, el hombre que mejor ha dibujado a las mujeres". EFE/ Reservoir Books **SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)***
Carlos Giménez trabajando en su estudioReservoir Books Agencia EFE

Pepe González sigue siendo uno de los grandes nombres del dibujo en nuestro país, un artista al que en ocasiones no ha beneficiado mucho la leyenda que todavía lo persigue a los dieciséis años de su muerte. En este tiempo se han dedicado algunas monografías a su obra, pero sigue faltando una biografía completa. Por ello, lo mejor es acudir a aquellos que lo conocieron y trabajaron a su lado. Ese es el caso del veterano maestro Carlos Giménez quien dedicó hace algún tiempo varios álbumes a indagar sobre González. De aquel trabajo de memoria e indagación surgió «Pepe» que ahora se recupera en un único tomo de la mano de Reservoir Books.

Giménez, en declaraciones con este diario, explicó que le llevó a adentrarse en la aventura de Pepe González hasta construir uno de sus mejores cómics. «Al morir José González y comprobar la poca repercusión que había tenido su muerte, apenas unas líneas en algún periódico y poco más, me pareció injusto. Pepe había sido un gran artista polifacético (dibujaba, pintaba, bailaba, cantaba, hacia imitaciones, mimos, monólogos, se travestía…), con una vida llena de situaciones y circunstancias que le hacían merecedor de un homenaje proporcional a su categoría artística y a su genialidad y hubiera sido justo, según mi opinión, mucho más, algún estudio en profundidad proporcional a su talento y a sus merecimientos», comentó Carlos Giménez.

En las viñetas de «Pepe» no solamente tenemos un retrato del dibujante con sus luces y sus sombras sino que también nos aparece una Barcelona ya desaparecida, festiva y canalla que González, así como Giménez, conocían muy bien. Es la Barcelona anterior a los Juegos Olímpicos de 1992, mucho antes de la masificación turística. Todo ello se enriqueció con un intenso trabajo de indagación, pero dejemos que sea el propio artista quien nos lo explique: «En principio yo pensaba hacer un solo libro contando su biografía. Para documentarme hice un viaje a Barcelona y me entrevisté con la gente que mejor le había conocido, con los que habían sido sus amigos, los que le habían frecuentado o trabajado con él. Grabé un montón de cintas de casete y cuando al regresar a Madrid puse en orden todo el material que había recogido, me encontré con tal cantidad de anécdotas y de datos que no fui capaz de renunciar a documentación tan valiosa. Y al final en lugar de un libro salieron cinco».

De todo ello surge una mirada al cómic dentro del cómic, un recorrido por un tiempo en el que el noveno arte era visto con otros ojos, con revistas especializadas y kioscos en los que se vendían publicaciones semanales esperada por todo tipo de lectores, especialmente los más jóvenes. Hablamos de ese momento mágico en el que, además, muchos de los dibujos que se realizaban en nuestro país, especialmente en Barcelona, viajaban por todo el mundo. En este sentido, hubo una figura que destacó especialmente y esa fue el editor, dibujante y guionista Josep Toutain, creador de la agencia Selecciones Ilustradas, dedicada a la representación artística de dibujantes de historietas e ilustradores, como lo fue Pepe González. Toutain es uno de los ejes de «Pepe», aunque disfrazada bajo el cinematográfico apellido de Truffaut. Carlos Giménez vivió ese ambiente que podemos encontrar en otra de sus más aclamadas series como es «Los Profesionales». Preguntado precisamente sobre Toutain y la labor que realizó su agencia, el autor de «Paracuellos» confesó que «lo que se echa de menos son las agencias que hacían que hubiera trabajo abundante, sobre todo para la gente que estaba empezando a dibujar. Como editor, Toutain, para todos los que trabajamos con él, era un editor del que se podrían decir muchas cosas no siembre buenas, pero para Pepe, en muchos momentos, fue una especie de protector, se preocupó mucho por él, en parte porque era un dibujante que le daba mucho dinero a ganar y en parte porque sentía por él una especie de sentimiento paternal. No hay que olvidar que Pepe irradiaba un encanto especial que hacía que todo el mundo le quisiera y todos le admirasen. Yo también. Toutain también».

Pero, por encima de todo, lo que brilla en «Pepe» es su protagonista, un creador de un envidiable talento con el lápiz, para muchos el mejor dibujante especializado en la mujer, como lo demuestran sus muchas obras que tenían a Marilyn Monroe como protagonista. Pepe González también fue quien mejor supo plasmar en el papel a ese icono de los tebeos que es Vampirella. Pero Pepe tenía una doble vida, como narra Carlos Giménez en sus viñetas, porque era alguien íntimamente ligado a la noche, a las copas y los cabarets de esa otra Barcelona que no tiene nada que ver con las postales. Pepe se bebía esas noches hasta que salía el sol a ritmo de copla, vestido de faralaes y cantándolo todo para ser el último en salir del bar de turno. Todo ello, evidentemente, se traducía en retrasos en las entregas de Selecciones Ilustradas.

El artista tuvo que basarse en sus propios recuerdos, pero también en lo que le contaron muchos amigos y conocidos de Pepe, algo que le sirvió para constatar, como reconoce Carlos González Pérez en el apéndice de la edición definitiva en Reservoir Books, que «la vida de Pepe era un secreto para todos, nadie le conocía totalmente, ni sus mejores amigos. O mejor dicho: cada amigo conocía una faceta de Pepe, una parte de su vida y solo Pepe conocía al verdadero Pepe. Fue un hombre de dos vidas, una durante la noche y otra durante el día».

¿Era Pepe González el peor enemigo de Pepe González? A este respecto, Carlos Giménez contestó que «podríamos decirlo así. Pepe era una persona con tanto talento como pereza y desinterés por conseguir nada. Hacia tebeos porque, como el mismo decía, dibujar era lo que menos trabajo le costaba. En la profesión, como dibujante de historietas, como cuento en su biografía, consiguió éxitos que ningún otro dibujante había conseguido, pero esto en lugar de alegrarle le hacía odiar aquellos éxitos que solo le llevarían a trabajar más. Él no quería ganar mucho dinero, lo que quería únicamente era un trabajo cómodo y fácil que le diera lo suficiente para tomarse sus copas por la noche».

«Pepe» fue un ambicioso trabajo como demuestran las cifras. el primero de los cinco tomos de su primera edición estuvo formado por un total de 72 planchas, una cifra que aumentó hasta las 80 de la segunda entrega.

Al echar la vista atrás hay, por parte de Carlos Giménez, nostalgia al repasar ese pasado barcelonés y del mundo editorial del cómic que tan bien conoció. A este respecto, el dibujante apuntó que «no, ninguna nostalgia. Eran los tiempos de la dictadura y ninguna dictadura puede añorarse. Lo que sí ocurría es que éramos jóvenes. Y con relación a lo profesional, existían las agencias de dibujantes, se podía trabajar para el extranjero, había trabajo abundante y muchas cosas por descubrir».