Ministerio de Educación
Con el PSOE ya se aprendía a rezar
Polémica con la asignatura de Religión. Los «cantos de alabanza» se impartían con la ley socialista de educación. Los obispos denuncian que se trate la asignatura como «algo sospechoso»
Los «cantos de alabanza» se impartían con la ley socialista de educación. Los obispos denuncian que se trate la asignatura como «algo sospechoso»
Raro es el curso en el que no se genere una polémica en torno a la clase de Religión católica, en la que algunos agentes sociales, políticos fundamentalmente, propongan la desaparición de una materia que, cabe recordar, es optativa –y, por lo tanto, no se impone a nadie– y forma parte del compromiso que el Estado español adquirió con la Santa Sede a través de los Acuerdos de 1979, de carácter internacional y con rango de ley orgánica. Vuelve el debate porque, el pasado martes, el BOE publicó el currículo de la asignatura, elaborado por la Conferencia Episcopal Española (CEE) como garante de que esa enseñanza se adecúa a la fe católica, porque en ella se incluyen como estándares de aprendizaje evaluables el memorizar y reproducir fórmulas sencillas de petición y agradecimiento, algo que puede ser interpretado como rezar o que se reconozca a Dios como creador, reconocer la existencia del pecado o que el Creador quiere la felicidad del hombre, que es un ser con limitaciones.
El texto es más ordenado y exhaustivo que el que se presentó tras la aprobación de la última ley socialista de educación –la LOE– y pretende dar respuesta a la situación de la asignatura en la nueva ley, que permite a las autonomías reducir su horario lectivo a 45 minutos, por lo que se han tenido que eliminar algunos contenidos como los referidos a la Historia de la Iglesia, así como a la moral sexual o a cuestiones como la manipulación genética, el aborto, la eutanasia, la legítima defensa, la pena de muerte, las drogas o el alcoholismo, que en el nuevo currículo no aparecen explícitamente. Del mismo modo, se dedica menos tiempo a las demás religiones, aunque se mantienen referencias a los credos monoteístas.
De hecho, los obispos han denunciado en los últimos meses la reducción paulatina de una asignatura que consideran fundamental y que, según explica el currículo, «lejos de una finalidad catequética o de adoctrinamiento, ilustra a los estudiantes sobre la identidad del cristianismo y de la vida cristiana». Ayer volvió a ponerla de manifiesto el secretario general y portavoz de la CEE, José María Gil Tamayo, calificando de «insuficiente» el tratamiento de la materia en la ley: «El tratamiento de una manera adecuada de la presencia del hecho religioso en el ámbito escolar todavía no está resuelto en nuestro país a pesar de todo este tiempo de consolidación de la vida democrática». Además, lamentó la polémica generada sobre el currículo para afirmar que «no podemos poner a la religión como algo sospechoso de desestructuración social, que no pueda influir en el ámbito educativo» y recordar que es la asignatura no es obligatoria.
Por todo esto, resulta significativo que desde el PSOE se rechace el texto episcopal calificándolo de «involución», como ha hecho la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, cuando en el currículo aprobado durante el gobierno socialista en 2007 ya se introducía, por ejemplo, la opción de aprender a rezar en clase. «Expresar y celebrar las tradiciones, fiestas y aniversarios más importantes, ejercitando las primeras habilidades motrices, para relacionarse con los demás y para acceder a la oración, los cantos de alabanza y el sentido de las fiestas religiosas», se puede leer en el texto que autorizó la entonces ministra de Educación, Mercedes Cabrera.
Un paso más allá ha ido el portavoz de Educación del PSOE en el Congreso de los Diputados, Mario Bedera, que ha llegado a afirmar que en Bachillerato se va a enseñar el creacionismo y se va a evaluar conforme a estas creencias. En este sentido, cabe recordar que la Iglesia no enseña el creacionismo en sentido estricto, tal y como se relata en el Génesis, sino la acción explícita de Dios a partir de la que se desarrolla una dinámica evolutiva. Más aún, el PSOE ratificó el currículo de la Religión en la LOE que sostenía, entre otras cosas, que «la creación del ser humano y del mundo es una obra admirable de Dios y tarea para el hombre».
Lejos de la polémica, lo cierto es que la clase de Religión, que siguen eligiendo la mayoría de padres para sus hijos en nuestro país, aporta competencias, conocimientos y valores nada desdeñables. A las competencias lingüística, cultural y artística, hay que añadir el conocimiento de uno mismo, la autonomía e iniciativa personal, la promoción del desarrollo de la responsabilidad personal y social y de las demás virtudes cívicas, así como la corresponsabilidad, el ejercicio de la libertad, de la justicia y de la caridad, tal y como se recoge en el currículo de la materia.
Entre otros aspectos, el texto invita a los alumnos a conocer, respetar y cuidar la obra creada, es decir, el medio ambiente; considerar un regalo a la familia y los amigos; reconocer la labor misionera y caritativa de la Iglesia y su aportación en el arte, el pensamiento, la educación, la salud...; conocer los libros que integran la Biblia y su contenido; aprender la importancia de perdonar; reflexionar buscando el bien ante las elecciones que se le ofrecen, conocer las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia o reconocer la relación entre ciencia y fe y el diálogo con otras creencias y con el ateísmo y el agnosticismo.
Reducción del temario
La reducción del horario lectivo de la materia ha provocado que la Conferencia Episcopal haya tenido que ajustar los contenidos, por lo que algunos temas no se abordan con tanta profundidad.
- Sexualidad: en el nuevo texto no se trata de manera explícita, aunque sí se hace referencia a la afectividad.
- Divorcio y problemática: En el currículo de 2007, se incluía esta cuestión cuando se abordaba el matrimonio.
- Aborto, eutanasia, pena de muerte... Antes se abordaban en la Educación Secundaria. Ahora sólo aparece en Bachillerato la cuestión de la bioética.
- Historia: En el antiguo currículo se estudiaba durante un curso una amplia historia de la Iglesia.
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