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Patricia Espinosa, un regalo también para la Princesa Leonor

Patricia Espinosa / Cooperación Internacional. La secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático recibe el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional
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No era éste un premio unipersonal. Probablemente, incluso pueda considerarse un galardón universal, un espaldarazo y un clamor de esperanza hacia uno de los grandes retos del milenio: la lucha contra el cambio climático.
No era éste un premio unipersonal. Probablemente, incluso pueda considerarse un galardón universal, un espaldarazo y un clamor de esperanza hacia uno de los grandes retos del milenio: la lucha contra el cambio climático. Así lo entendió la mexicana Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París: «Este premio reconoce el arduo trabajo de numerosos y visionarios países y líderes mundiales, que atendieron su obligación de enfrentar los desafíos que presenta el cambio climático e inspiraron al mundo a superar sus diferencias nacionales por el bien común y, más aún, por hacer realidad la visión de que un desarrollo sostenible de bajo carbono no sólo es posible sino necesario». Para Espinosa, el gran éxito del Acuerdo de París, más allá de las medidas implementadas o por implementar, es el mensaje de que «la cooperación internacional es más exitosa si los gobiernos y las sociedades tienen la voluntad de trabajar juntos». Asimismo, la secretaria ejecutiva consideró que este programa es el gran legado del secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, que abandonará el cargo en unos meses. «Todos los países asistieron a la cita de París con un espíritu de solidaridad, respaldados además por las ciudades, regiones, empresas e inversionistas, académicos y científicos, activistas líderes religiosos y ciudadanos, todos preocupados por el futuro de nuestra casa común. Hoy me siento afortunada de tener la responsabilidad de hacer avanzar el espíritu de solidaridad y de cooperación en la siguiente fase del proceso, la implementación», señaló Espinosa. La mexicana tuvo un recuerdo para los grandes beneficiarios de las medidas acordadas en la capital francesa: las generaciones futuras. Y lo hizo con un guiño a una distinguida niña: «El Acuerdo de París es en efecto nuestro regalo de esperanza. Si ustedes me permiten, hoy quiero compartir este regalo con Su Alteza Real la Princesa de Asturias, Doña Leonor, quien pronto cumplirá 11 años, y con los demás niños del mundo».

Texto íntegro del discurso de Patricia Espinosa

Majestades,
Excelentísimas e ilustrísimas autoridades,
Distinguidos premiados,
Señoras y señores:
Es para mí un gran honor aceptar el Premio Princesa de Asturias a la Cooperación Internacional en nombre de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y del Acuerdo de París, y tener el privilegio de hacerlo junto a una persona cuyo liderazgo fue esencial a lo largo de todo este proceso: mi predecesora, Christiana Figueres.
Christiana, con tu optimismo inspiraste al personal de la secretaría; con tu visión, se logró un acuerdo universal y con tu energía todos los actores de la comunidad internacional se unieron para actuar.
Tenemos que reconocer también el liderazgo de una persona importante que no está aquí hoy, Laurent Fabius, que estuvo al frente de la Presidencia Francesa en París. Su gran capacidad diplomática, su determinación y su visión política guiaron los trabajos de todas las Partes, permitiéndonos concluir la Conferencia de Paris con un acuerdo ambicioso.
Me complace igualmente que el Secretario Ejecutivo Adjunto de la Convención, mi amigo y consejero Richard Kinley, que durante muchos años ha trabajado en las negociaciones sobre cambio climático, y que dos representantes del personal de la secretaría estén aquí hoy con nosotros, sobre todo porque el premio es para ellos.
En los tres meses que llevo trabajando en el secretariado, he podido constatar su profesionalismo, alto grado de conocimientos y calidad de su trabajo, pero sobre todo su fuerte compromiso en la lucha contra el cambio climático en aras del bienestar de los que hoy estamos aquí y las generaciones futuras. Richard, colegas, por favor transmitan a sus compañeros la atmósfera de esta ceremonia.
Este premio reconoce también el arduo trabajo de numerosos y visionarios países y líderes mundiales, que atendieron su obligación de enfrentar los desafíos que presenta el
cambio climático e inspiraron al mundo a superar sus diferencias nacionales por el bien común y, más aún, por hacer realidad la visión de que un desarrollo sostenible de bajo carbono no solo es posible sino necesario.
El Acuerdo de París va a permanecer como el legado del Secretario General, Ban Ki-moon y muchas otras personas de los más diversos ámbitos de la sociedad que nos recordaron que la cooperación internacional es más exitosa si los gobiernos y las sociedades tienen la voluntad de trabajar juntos.
En los años que precedieron la conferencia de París, vimos una enorme colaboración. Desde los pequeños estados insulares hasta los grandes países emisores y las mayores economías del mundo demostraron un nivel de liderazgo sin precedentes.
Todos los países asistieron a la cita de París con un espíritu de solidaridad, respaldados además por las ciudades, regiones, empresas e inversionistas, académicos y científicos, activistas, líderes religiosos y ciudadanos, todos preocupados por el futuro de nuestra casa común. Hoy, me siento afortunada de tener la responsabilidad de hacer avanzar el espíritu de solidaridad y de cooperación en la siguiente fase del proceso, la implementación. Al igual que en los días, meses y años que precedieron, esta nueva etapa requerirá del trabajo mancomunado de todos para hacer realidad un futuro sostenible, que dé esperanza para los jóvenes de hoy y para las generaciones futuras.
Sus Majestades Don Felipe y Doña Letizia, hoy es un día especial que nos invita a hacer una pausa y reflexionar sobre el presente y el futuro. Y la reflexión que hoy hago sobre el Acuerdo de París, sobre el camino que recorrimos hacia su adopción y sobre los pasos a seguir, me llenan de esperanza.
El Acuerdo de París es en efecto nuestro regalo de esperanza. Si ustedes me permiten, hoy quiero compartir este regalo con Su Alteza Real la Princesa de Asturias, Doña Leonor, quien pronto cumplirá once años y con los demás niños del mundo: hoy tenemos en nuestras manos las herramientas para trabajar juntos y crear no solo un futuro sino un presente seguro y sostenible para nuestros hijos y los hijos de todos.
Gracias.