Jackson Browne aprende ética flamenca
Los músicos Raúl Rodríguez y Jackson Browne publican «Song y Son», un proyecto conjunto de raíz flamenca y flor americana
Jackson Browne está en su «piso» (lo dice en castellano) de Barcelona, practicando con la guitarra acústica, que suena de fondo cuando descuelga el teléfono. «Estoy tratando de hacer una versión de “Looking Out My Back Door” de los Creedence en español», dice mientras puntea las cuerdas. Y es que Browne está pasando una fase hispanista o hispanófila últimamente. «Bueno, puede que tengas razón, pero entonces es una fase que dura ya casi treinta años», añade riendo. Lo decimos porque su último proyecto es un disco, «Song y Son», que ha grabado junto a Raúl Rodríguez, alquímico del flamenco desde sus tiempos en El Son de la Frontera, Veneno, y con Martirio, su madre. «Hace 20 años, alguien me entregó una canción de Sabicas con Morente y eso me puso en la pista para ir después a ver a Paco de Lucía. Después compré en Japón unos discos de Paco para regalárselos a nuestro equipo local. No recuerdo qué disco era, pero se trataba de una grabación temprana. Yo me quedé uno también y cuando escuché esa guitarra acompañado por las congas de Carles Benavent y un bajo eléctrico... disparó mi mente», cuenta Browne. «Desde entonces amo el flamenco, pero no te voy a mentir, cuando lo escucho no lo puedo describir, no entiendo de categorías. Es, simplemente, conmovedor». Ambos actúan en Madrid (14 de septiembre), Sevilla (15), Barcelona (17), Bilbao (18) y Oviedo (19).
Hace veinte años, Browne escuchó la versión que Kiko Veneno hacía de su tema «Take It Easy», que el de Figueres tradujo como «Tú tranquilo». «Fue cuando le conocí –dice Raúl Rodríguez–, porque yo estaba en el grupo de Kiko. Él se acercó a nosotros con interés, con el corazón abierto, y también se acercó a mi proyecto, El Son de la Frontera. Ayudó a difundirlo con reseñas y artículos en EE UU, por lo que siempre mantuvimos el contacto e intercambiamos instrumentos. Hasta que un promotor nos propuso hacer un espectáculo juntos», explica Rodríguez, que sugirió a Browne «leer sus canciones desde la rítmica flamenca y desde la ética flamenca». La ética flamenca... «Sí, existe una programática, una filosofía andaluza popular antigua que resiste en pocos lugares, precisamente esos en los que la cultura flamenca es más fuerte. Existe en la manera de escribir, en la de acompañar, también en la forma de tomarse el cante como si fuera la última vez en la vida y también la primera. En aspectos como el arrojo, la búsqueda constante de la magia. Esa sabiduría se transmite con el flamenco», dice Rodríguez. «El flamenco es una forma elevada de hacer música... no es simplemente una actuación. En Estados Unidos mucha gente cree que va a ver flamenco pero no tienen ni idea, ven solo pobres imitaciones», explica el músico americano, que salpica sus frases de palabras en castellano para contar sus experiencias en un «tablao». ¿Entiende el significado de «duende»? «Pues sí lo pillo, aunque de aquella manera. Hace años leí un ensayo de García Lorca sobre el duende y, aunque lo entendí solo parcialmente, me pareció elocuente», afirma.
w un hombre bueno
En el proyecto conjunto han transplantado las canciones de Browne a los ritmos flamencos con el toque afrocaribeño de la última investigación de Raúl Rodríguez, «Razón de son». «Ahora estoy trabajando en el siguiente disco, que tendrá que ver con la electrificación del flamenco, un camino que se quedó a medio explorar y que puede seguir dando frutos sabrosos. Siento que, como parte de Veneno y de Martirio, tengo esa responsabilidad, estoy obligado». Es de suponer que con Jackson habrá profundizado en ese territorio. «Es un tipo excepcional. Jackson tiene una generosidad y una fe en que si las cosas se hacen bien, nos irá mejor a todos. ¿Sabes? En España decimos eso de que de bueno, pareces tonto. Él es un buen hombre y te aseguro que cualquier cosa menos tonto. Esto he aprendido con él».
California loves Andalucía
La gran pregunta es ¿cómo hacer las canciones de Jackson Browne por flamenco sin que suene un pastiche? Raúl Rodríguez tiene una teoría: “Tiene que haber una corriente de amor antiguo, una verdadera comunicación que te supere y que no sea un capricho, una idea equivocada. En este caso, además de los contactos que ha habido entre las dos tradiciones a través d ela puerta de Nueva Orleáns, en el siglo XX se ha dado una corriente linda de cariño mutuo entre California y Andalucía. Muchos americanos vinieron a aprender flamencoespecialmente a Morón de la Frontera, donde está la base americana y donde yo mismo aprendí también. Ellos trajeron la contracultura que está en la base de grupos como Smash o Pata Negra y se marcharon por la puerta lateral de la base con el toque de Morón aprendido. Muchos de sus mayores difusores en el mundo son de California. Creo que compartimos una manera lúdica de tomarnos la vida. No es una imaginación, es algo natural. Porque jo hay que meter nunca a una canción en un lugar donde no quiera estar”.