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IX Congreso Internacional de la Lengua Española

«Sería ideal que la tilde desapareciera de "solo"»

Salvador Gutiérrez, lexicógrafo y miembro de la RAE, añade un capítulo a la guerra de la tilde y da por sentado que dentro unos años los hispanohablantes habrán dejado de usar la tilde en este término

Salón de Plenos de la Real Academia Española, donde se debatirá hoy la tilde de "solo"
Salón de Plenos de la Real Academia Española, donde se debatirá hoy la tilde de "solo"C. Pastrano

«Quizá 2030 es demasiado pronto para que desaparezca. No creo que deje de usarse en un periodo tan breve como una década, pero, en principio, dentro de unos cuantos años, sí, solo se escribirá sin tilde. De hecho, sería ideal que desapareciera de solo». El director del Departamento del Español al Día, Salvador Gutiérrez, zanjó la célebre guerra de la tilde con una predicción de futuro que ya resulta inapelable: el calendario y el paso de los días terminará decantando de manera definitiva este debate y en unos cuantos decenios los hispanohablantes redactarán este término sin la famosa tilde.

Durante la presentación en el IX Congreso Internacional de la Lengua Española de la segunda actualización del Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD), una obra dirigida a resolver las dudas de los hispanohablantes y que no había incluido modificaciones desde que se lanzó en 2005, aportó algunos argumentos que arrojan luz sobre esta polémica y refuerzan la decisión que han tomado los académicos. «Solo se escribió sin tilde durante siglos y fue partir del siglo XIX cuando se decidió incorporarla. La enseñanza difundió su uso a partir de ese instante. Esa ha sido la causa de que se extendiera su utilización entre la población. Pero ya con anterioridad, en 1959, la Academia propuso que se retirara, y, desde 1961, la misma RAE no la usa en algunas obras», explicó.

"El uso de la tilde en solo no era para evitar la ambigüedad. Ese no era su propósito"

Salvador Guitérrez

También señaló un carácter importante sobre la tilde que, en ocasiones, ha conducido a cierta confusión: «Únicamente tiene marca de intensidad, pero jamás para evitar la ambigüedad. Ese no era su propósito. Si fuera así, el idioma estaría sembrado de tildes». Salvador Gutiérrez, que también comentó la función que tiene un diccionario de dudas, avanzó que esta obra no tiene categoría normativa. Su propósito es responder a las consultas que plantean los hispanohablantes (reciben alrededor de quinientas preguntas cada día) y ayudarles a emplear mejor el castellano. En esta próxima edición del DPD se incluirá ya la redacción de la norma acordada el pasado 8 marzo por la Real Academia Española sobre la tilde en solo, que ha quedado de la siguiente manera:

«Es obligatorio escribir sin tilde el adverbio solo en contextos donde su empleo no entrañe riesgo de ambigüedad.

Es optativo tildar el adverbio solo en contextos donde, a juicio del que escribe, su uso entrañe riesgo de ambigüedad».

Según aclaró Salvador Gutiérrez, el mayor cambio proviene de la inclusión «a juicio del que escribe», pero, afirmó que en esencia es la misma norma que se había aplicado en 2010, que a su vez hacía referencia a la de 1999, y «que es la que se nos había mandado desde el Congreso de Sevilla». Lo que ha motivado este cambio o matización última, según Salvador Gutiérrez, fue mejorar su redacción y que quedara más clara para los lectores y no indujera a confusiones. Afirmó también que lo dictado sobre los demostrativos se mantiene y que se incorpora a partir de ahora al Diccionario Panhispánico de Dudas, que estará disponible en línea con todas sus actualizaciones para los hispanohablantes dentro de un par de meses, aunque no se descarta tampoco que se acabe sacando una edición impresa.

[[H2:«Balé» y «wiski»]]

Esta actualización del DPD también ha traído consigo algunas novedades léxicas en forma de recomendación. A partir de ahora «ballet» se puede escribir como «balé», «hall» como «jol» y «bótox» se admite siempre que lleve tilde. Se sugiere «trascenio» para «backstage» y se pide utilizar «acoso escolar» en lugar de «bullying». «Baipás» entra en este diccionario, a la vez que otros derivados de esta palabra como «baipasear». «Contraatacar» puede redactarse como «contratacar», «reembolso» como «rembolso» y «sambernardo» como «san bernardo».

Quizá la palabra más llamativa en este apartado es la que corresponde al anglicismo «whisky». Este vocablo ha sufrido diversas transformaciones a lo largo de la historia. Primero entró en español con su grafía inglesa. Después se procedió a su asimilación en castellano a través de una propuesta que no prosperó: «qüisqui». Ahora el DPD ha propuesto otro término: «wiski». Salvador Gutiérrez explica esta evolución: «Las letras K y W nunca han terminado de aceptarse totalmente. Han existido reticencias hacia ellas, porque entraron de manera más tardía. Pero hoy en día están totalmente asumidas y lo hemos introducido en el diccionario. Esta grafía nueva, creemos, contiene todo el ADN del español».

Salvador Gutiérrez hizo esfuerzos para restar peso a esta discusión de la tilde y situarla en el lugar que considera adecuado. «Es igual que comparar una herida en la uña con una enfermedad como el cáncer. Es algo mínimo». Un comentario que trataba de redimensionar un problema que ha alcanzado proporciones mayores a las deseadas y situarlo en el lugar que le corresponde. Santiago Muñoz Machado, en este sentido, expresó de nuevo su temor a que la «tilde» acabe eclipsando las ingentes tareas que acomete la RAE. De hecho, la institución ha presentado la versión 1.0 del Corpus del Español del Siglo XXI (CORPES XXI), que cuenta con una nueva interfaz, y el Glosario de términos gramaticales, que pasa a estar disponible en línea. Además ha anunciado la próxima aparición de su primer Diccionario de Sinónimos. Este es un proyecto que se ha acariciado durante largo tiempo y que ahora parece concretarse. Todavía existen dudas sobre un aspecto crucial: si esta obra se insertará en línea con el Diccionario de la RAE o, por el contrario, será independiente a él.