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«Don Juan Tenorio» (****): ...Y el mito se convirtió en ser humano

larazon

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Autor: J. Zorrila. Director: P. Penco. Intérpretes: G. Serrano, R. Núñez, A. Batuecas, F. Núñez, M. Tabares...
En gira. Próxima fecha: Festival de Alcántara (Cáceres). 4 de agosto.
Exceptuando los actos programados a lo largo del año por el esforzado Ayuntamiento de Valladolid –cuya repercusión fuera de la ciudad es lógicamente limitada–, muy poquito se ha hecho en el resto de España para conmemorar el bicentenario de uno de los autores dramáticos más populares e importantes de nuestra literatura: José Zorrilla. Se agradece pues, como ver un vergel en medio del páramo, la iniciativa del Festival de Teatro Clásico de Cáceres de acoger en esta XXVIII edición el estreno de un nuevo montaje de su obra más conocida, que es, por cierto, la más representada de la historia del teatro español: «Don Juan Tenorio». Miguel Murillo firma esta versión clara, acendrada y extraordinariamente humanizada del mítico galán español que desafía orgulloso a los cielos y que solo confía su existencia a los caprichos de su amoral voluntad. En la dirección Pedro Penco encamina su propuesta con formidable tino en esa misma dirección para mostrarnos a un don Juan más complejo y menos chulesco de lo habitual, y en el que se aprecia una grata evolución psicológica y dramática
–obrada en esta ocasión no tanto por la fe como por el amor– que da al personaje un vigor escénico y una verosimilitud mucho más contemporáneos. En este sentido, es primordial el fabuloso trabajo de Guillermo Serrano en el papel protagonista, que sabe –¡por fin alguien lo entiende debidamente!– mostrar la adecuada progresión del conflicto interno del personaje, cuando el amor va derribando los muros de su descreída libertad individual hasta convertirlo en un hombre verdaderamente zaherido, que conserva hacia el final su altivez prácticamente como una máscara patética en la que refugiar su desmoronado ideario. Es este don Juan, por tanto, un personaje mucho más atribulado, y por ello más puramente romántico, que el «gallito» que suele aparecer en otros montajes; un conquistador interesado, sin duda; pero un hombre que cuando recita aquello de «No es cierto ángel de amor...» se permite hacerlo sin sombra de cinismo, dejando que los versos broten sinceros para describir la quimérica evocación de ese otro «yo» que le gustaría ser un instante. Fermín Núñez, como el rival Luis Mejía –las escenas protagonizadas por los dos galanes rebosan acción épica–; Rafa Núñez, en el papel del infeliz don Gonzalo de Ulloa; y Memé Tabares, en la piel de la enredadora Brígida, son algunos de los nombres más destacados que secundan a Serrano en uno de los Tenorios mejor leídos y mejor explicados al público de cuantos se han representado en los últimos tiempos.