Madrid
D.O. Vinos de Madrid cumple 25 años
Los productos con denominación de origen de la Comunidad de Madrid han experimentado un fuerte incremento en su producción en los últimos años. Es el caso de los vinos madrileños cuya D.O. celebra este año su 25 aniversario desde su creación en 1990.
El sector vitivinícola en nuestra Comunidad está en auge. Nuestra región cuenta con 2.800 viticultores que día a día se ocupan del cuidado de más de 16.000 hectáreas de viñedos repartidos en 59 municipios distribuidos por el sur de la región, la mayoría de ellas dedicadas al cultivo de uva para la producción del vino y cada vez son más las que se dedican al cultivo ecológico. La producción de vino de la Comunidad de Madrid se divide en tres subzonas principales: Arganda, Navalcarnero y San Martín de Valdeiglesias.
La Denominación de Origen de Vinos de Madrid se encuentra dentro de las 91 que hay en toda España. El hecho de que un vino de la región tenga esta marca es un factor muy importante para los bodegueros a la hora de promocionarlo fuera de la Comunidad, o incluso fuera de nuestro país, por ello de las 12.000 hectáreas dedicadas al cultivo de uva más del 70% lo hacen para fabricar vinos bajo esta marca. Bajo la Denominación de Origen de Madrid trabajan 2.890 viticultores y 46 bodegas, aunque estos datos varían con gran asiduidad ya que cada vez son más las bodegas que quieren unirse a este grupo para impulsar y dar a conocer sus vinos y otorgarles el certificado de calidad que conlleva llevar esa etiqueta y de esta manera aumentar su competitividad en el mercado. De hecho, el número de bodegas adscritas no ha dejado de crecer, de 5 que había en un principio se ha llegado a 46, desde el año 2000 el incremento del número de bodegas ha sido de un 44%. El número de marcas con la Denominación de Origen de Vinos de Madrid ha seguido la misma tendencia al alza, pasando de 21 a 112, aumentando desde 2008 un 44%.
¿Pero son conscientes los madrileños de la calidad de sus vinos? Los últimos datos de la Consejería de Medioambiente y Ordenación del Territorio apuntas a que sí. En 2014 se consumieron vinos de Madrid por valor de 2,8 millones de euros, un 17% más que el año anterior, en el cual también se batió un récord, lo que hace pensar que consumir vinos de Madrid no es un moda sino una tendencia al alza cada vez mas consolidada tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Ya que esta moda se repite año tras año en las exportaciones de los vinos madrileños que en la última década han ido creciendo hasta agrupar el 32,18% del total de botellas comercializadas, superando el millón de exportaciones, ante esta avalancha de peticiones las empresas exportadoras de vino en nuestra región también han crecido hasta máximos históricos. En la actualidad hay 20 empresas registradas, un 54% más que hace cinco años.
A la cabeza de los países importadores de vino madrileño se sitúa Estados Unidos con casi 400.000 botellas importadas. Canadá ha pasado de ocupar la posición número 12 a situarse en cuarto lugar , lo que convierte al continente americano en el más demandante y «continente objetivo». Al continente americano le sigue Europa, cuyo pódium en cuanto a importaciones lo ocupan Alemania, Suiza y Bélgica; respecto a Asia, China sigue siendo el segundo país que más vino madrileño solicita, pero en el caso de Japón las peticiones han descendido hasta llevarlo a la novena posición. De todo el vino exportado el 90% es tinto, el 9% blanco y el 1% rosado.
Los bodegueros madrileños están haciendo grandes esfuerzos por conquistar el continente asiático, ya que es el mercado que más proyección futura tiene. Uno de los pasos que se ha dado en este sentido fue el pasado mes de septiembre cuando la Oficina Económica y Comercial de España en Tokio junto con ICEX España Exportación e Inversiones celebró una exposición monográfica de alimentos y vinos españoles «Spain Gourmet Fair 2014» (XIV Edición) en el Hotel New Otani de Tokio. En ese evento tuvieron presencia 27 bodegas españolas, 3 de las cuales era madrileñas, un 11,1% del total.
Según los últimos datos aportados por el Observatorio Español del Mercado del Vino, los españoles se exportan en un volumen menor, pero en cambio, los ingresos que obtienen por estas ventas son más altos. Esto se debe a una apreciación del producto derivada de su mayor venta embotellado y no a granel, da más valor al producto y da la posibilidad de obtener un beneficio superior. Este dato es muy bueno para los vinos madrileños, cuya escalda en las exportaciones va ligada a la venta de vino embotellado.
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