Sevilla
Lágrimas amarillas
Por sexta temporada consecutiva, el Cádiz Club de Fútbol militará en Segunda B en la campaña 2015-16. Una tragedia este año consumada en dos actos, pues los amarillos perdieron hace cuatro semanas la ocasión de ascender en casa frente al Oviedo, en el playoff entre los campeones de grupo, y ayer vieron cómo era el Bilbao Athletic el que subía al cabo de la última ronda de repesca. Dos fiestas ha contemplado en un mes el Ramón de Carranza, atestado con 25.000 enfervorizados espectadores, y ambas han corrido a cargo de los visitantes. No hay consuelo posible para una entidad que se ha quedado sin más activos que su carisma.
Desde su último descenso, el Cádiz ha disputado las eliminatorias de ascenso cuatro veces en cinco temporadas. Siempre ha fracasado, lo que ha supuesto una añadidura al calendario litúrgico de la ciudad: en febrero toca Carnaval, en agosto son las masivas barbacoas en la playa y en junio se derraman lágrimas por un club de fútbol asfixiado y sin rumbo. Su presidente, Manuel Vizcaíno (mano derecha en el Sevilla del presidiario Del Nido), ha garantizado que antes de mañana se harán frente a las deudas que varios exfutbolistas han denunciado ante la AFE y que podrían dar con los huesos cadistas en Tercera. Pero el gaditano, en cuestiones balompédicas, ha aprendido a desconfiar.
La situación financiera del Cádiz Club de Fútbol SAD es dramática y sólo el ascenso habría contribuido a paliarla. El grupo «inversor» (nótense las comillas) que se hizo cargo hace algo más de un año está liderado por Quique Pina, el empresario que ha asentado en Primera al Granada. Para eludir las restricciones legales, la empresa propietaria, «Locos por el balón», ha recurrido a testaferros como el padre del propio Pina o los restos del clan Del Nido, hoy apartados del Sevilla por el apresamiento de su caudillo. Ahora, toca poner pasta y el club pretenderá jugar la baza sentimental con el ayuntamiento, gobernado por el comparsista Kichi. Pero, ¿cuáles son los planes de Podemos con respecto al fútbol profesional?
En su vida antes de la alcaldía, José María González era un fervoroso hincha cadista y al día siguiente de hacerse con la vara de mando, acudió al Ramón de Carranza para la vuelta de la eliminatoria ante el Hércules... pero no se sentó en el palco, sino en la grada. Ayer, repitió. Con su hijo en el regazo y su novia al lado (Teresa Rodríguez, portavoz podemita en el parlamento regional), lució el uniforme deportivo que caracteriza a los dirigentes bolivarianos de la otra orilla del Atlántico. Cuando se mostró la tablilla con el exiguo descuento de la segunda parte, hasta se animó a vociferar «manos arriba, esto es un atraco». El populismo era esto.
El Bilbao Athletic volvió a Segunda 19 años después de su último descenso. Hizo bueno el equipo adiestrado por el Cuco Ziganda el 2-0 de la ida, a pesar de que Jona marcó para el Cádiz a los 8 minutos. Gol tempranero y ambiente volcánico, lo ideal para una remontada. Pero las esperanzas locales murieron contra los postes y Salinas, en la última jugada del partido, marcó el 1-1.
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