Ciclismo
La clavícula derrota a De la Cruz
El ciclista del Etixx-Quick Step aceleró la recuperación tras una caída en la Vuelta a Polonia, pero hoy no ha tomado la salida
“Vendrán etapas mejores”, decía David de la Cruz después de la contrarreloj por equipos con la que comenzó la Vuelta. El ciclista catalán del Etixx-Quick Step había sufrido mucho en la primera etapa. Apenas veinte días habían pasado desde que se rompió la clavícula en la Vuelta a Polonia. La recuperación, que parecía imposible en tan poco tiempo, se hizo real en menos de tres semanas.
Pero algo fallaba. David no acababa de andar bien. Terminaba las etapas con mucho sufrimiento y la cicatriz, cubierta por un esparadrapo para que cicatrizara antes. “Si no, la mujer ni me va a tocar”, bromeaba ante las cámaras de Televisión Española. Pero el dolor ha podido más que la voluntad y hoy no ha tomado la salida.
David, que se esforzó durante la preparación para la Vuelta por acelerar la recuperación, no ha tenido premio. No quiso llevar el brazo en cabestrillo para que la sangre circulara mejor y acelerara la recuperación. El brazo lo sujetaba metiendo la mano en el bolsillo. Y para mantener la forma antes de enfrentarse a las tres semanas de la carrera se alquiló una casa en Andorra con terraza para poder colocar el rodillo.
De poco le han servido todos esos sacrificios. Hoy no se ha presentado al control de firmas. Cansado de sufrir, ha decidido marcharse a casa. Igual que tuvo que hacer en el Tour del año pasado cuando la clavícula, siempre la clavícula, lo dejó tirado en la calzado antes de que pudiera regresar a casa.
David, que sólo tiene 26 años, ha corrido ya cuatro grandes vueltas, pero sólo ha podido acabar el Giro de esta temporada, en el que terminó en el puesto 34 después de una destacada actuación. En su estreno en la Vuelta, en 2013, también tuvo que marcharse a casa antes de tiempo. Igual que en el Tour del año pasado. Su ilusión de hacer algo grande en la Vuelta tendrá que esperar. Tiene tiempo.
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