Construcción
Cataluña sufre el 60% de los robos de cobre en vías del AVE
El negocio de robar cobre se ha convertido en una actividad muy lucrativa en los últimos años. Esta actividad ilegal ha aumentado de manera exponencial –por el incremento del precio de esta materia prima,– y trae de cabeza a Adif, una de las principales víctimas de los robos. En lo que va de año, se robaron 68,5 kilómetros de cobre en la red de Alta Velocidad –el 60,2% en Cataluña–, según la operadora. En año y medio fueron sustraídos 527,4 kilómetros de toda la red en España, valorados en 15,7 millones. Asimismo, Adif calcula que en 2014 ocasionó 773 horas de retrasos en toda la red, como ya adelantó este diario.
Es un negocio que trae de cabeza a las autoridades de países de todo el mundo, que también han visto cómo esta actividad aumentaba en los últimos años sin poder hacer nada para detenerla. En España, el Ministerio del Interior puso en marcha un Plan de Respuesta para evitar la comercialización de material de cobre.
La Policía Nacional y la Guardia Civil recuperaron, entre 2011 y 2014, 2.600 toneladas de cobre y más de 17.300 kilómetros de hilo de cobre sustraídos. Esta cantidad al precio actual de mercado en la bolsa de Londres –4.643 euros por tonelada–, pondría su valor, hoy día, en más de 12 millones de euros.
La mafia del cobre
Alvaro Rodríguez, portavoz de la Federación Española de Recuperación y Reciclaje (FER), ha explicado a LA RAZÓN cómo funciona esta actividad ilegal. El tipo de mafias que se dedican a este negocio solían ser organizaciones que se dedicaban a otras actividades ilícitas como la prostitución o las drogas. Sin embargo, desde el año 2005, cuando el precio por la tonelada de cobre comenzó a dispararse, cambiaron a este tipo de actividad debido al fácil acceso y la sencillez para reciclar el cobre sin que pierda sus propiedades. «El cobre es un material que se recicla fácilmente, causa por la que ha aumentado este tipo de negocio», explica.
El sector del reciclaje se blindó para evitar que estos ladrones les vendieran cobre robado. «Las plantas de reciclaje deben hacer facturas sobre la compra de este material, solicitan el DNI, su origen y, además, se informa directamente a la Guardia Civil, que lleva una lista», explica.
Sin embargo, estos delincuentes encontraron la forma de continuar con esta actividad. «Básicamente, las mafias montan plantas ilegales de reciclado en descampados o prados y compran el cobre a los pequeños ladrones», explica. Cuando han conseguido almacenar unas 25 toneladas del material, entra en juego la actividad internacional. Desde fuera compran este material a los operadores ilegales, que, además, también se dedican a dar los grandes golpes.
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