Venezuela

Celebración y pereza

La Razón
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Cabe celebrar económicamente las cifras de la EPA, y cabe deplorarlas políticamente, en especial por parte de la izquierda y los sindicatos, empeñados no sólo en negar la realidad sino en engañarnos con que sería muy diferente si sus ideologizadas recetas intervencionistas se hubiesen aplicado con todavía más denuedo.

En el último año el paro ha bajado en casi 474.000 personas y la ocupación ha subido en casi 514.000, superando los datos del año pasado, y representando el mejor dato de caída anual del desempleo desde 1999. Sabemos que el segundo trimestre del año suele ser favorable en términos de empleo, pero incluso las cifras desestacionalizadas siguen siendo muy buenas.

Es importante subrayar que los datos eran previsibles porque se inscriben en el contexto de una economía española que se recupera, después de considerables sacrificios, desde 2013: las cifras marcan mínimos ese año y describen un perfil creciente, análogo al posterior a 2009.

A partir de la celebración económica viene la pereza política. Desde luego a cargo del Gobierno, en la medida en que pretenda atribuirse méritos que corresponden a los empresarios y los trabajadores de nuestro país, pero especialmente a cargo de la oposición, que no sólo hace el ridículo al negar la realidad, sino que nos vende el humo de sus absurdas promesas. Se cubrió de gloria Iñigo Errejón hablando del «reparto de la miseria», como si estuviésemos en su admirada Venezuela, y los sindicatos y el resto de la izquierda desbarrando sobre la calidad del empleo, como si la temporalidad fuera independiente de las regulaciones que ellos mismos pretenden acentuar.

La crítica correcta nunca pasaría por negar los datos sino por negarle los méritos al Gobierno. En vez de ello, la izquierda vende humo sobre lo mal que funciona nuestro mercado laboral supuestamente «muy desregulado», cuando la verdad es justo la contraria. Pereza de gente, oiga.