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El cava huye por la caída de ventas
La evasión de empresas catalanas continúa. Ya son más de 581 desde el 1-O, a un ritmo de 150 diarias, según los registradores de Cataluña. La última es la firma más antigua de España, afincada en Sant Sadurní desde 1551. Se va a Haro.
La evasión de empresas catalanas continúa. Ya son más de 581 desde el 1-O, a un ritmo de 150 diarias, según los registradores de Cataluña. La última es la firma más antigua de España, afincada en Sant Sadurní desde 1551. Se va a Haro.
La empresa más antigua de España, dedicada a la actividad vitivinícola en Cataluña desde 1551, seña de identidad del cava español junto con la otra gran bodega de la región, Freixenet, anunció ayer su decisión de trasladar su sede social a La Rioja para esquivar el lastre que supone para su actividad en el resto de España el desafío secesionista del tándem Puigdemont-Junqueras.
El consejo de administración de Unideco S.A., empresa holding del grupo Codorníu Raventós, aprobó trasladar su sede social de Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona) a Haro (La Rioja) ante la «situación de incertidumbre política y jurídica en la que se encuentra sumida Cataluña y con el objetivo de garantizar los intereses de sus trabajadores y clientes». A las puertas del arranque de la campaña navideña, que representa cerca del 40% de las ventas en España, la compañía también explicó que mantiene la estructura operativa de producción de todas sus bodegas, así como el total de sus empleados en sus actuales centros de trabajo.
En un análisis de la situación de los mercados, la firma catalana ya anunció una reducción de costes ante el complejo escenario. Codorníu logró crecer en España en cava premium y con su marca Anna en un entorno donde el consumo está estancado. Sin embargo, el resto del portafolio decreció debido a la progresión de las marcas privadas y de los bajos precios.
Freixenet decidirá a finales de este mes si seguirá en Cataluña y el presidente de la compañía y presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, ha pedido a los dirigentes catalanes que sigan en el actual ciclo positivo de la economía y no lo perturben.
El sector del cava catalán lleva sufriendo un doble desgaste desde 2004. Por entonces, se inició un biocot al cava catalán y a otros productos originarios de esta región en el resto de España. Eran los tiempos en que el por entonces líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, llamaba a biocotear la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos de 2016.
El biocot se intensificó por las tensiones políticas del nuevo Estatut de autonomía. Así, de las casi 100.000 botellas de cava que absorbió el mercado nacional en 2000 (99.732) se pasaron a las 95.641 botellas en 2010 y a 86.183 botellas en 2016. Más de 13.000 botellas menos vendidas en España que pudo nivelar el mercado exterior. Sin embargo, la agresiva campaña del prosecco italiano en los dos principales mercados exportadores, Alemania y Reino Unido, ha complicado el panorama aún más para el cava catalán, al que le salieron competidores en el resto de España con el primer boicot de 2004.
Lo que parecía entonces una campaña testimonial –la irrupción de los cavas extremeños, riojanos y valencianos, aragoneses, navarros y vascos– se convirtió en seria competencia y se llevó por delante una parte del sector del mercado que entonces se reservaban otras grandes marcas catalanas como Rondel.
Codorníu se une con este movimiento a las 150 empresas catalanas que se fugan diariamente al resto de España, según reconoció ayer el Colegio de Registradores de Cataluña. El decano del Colegio de Registradores de Cataluña, Luis Suárez, explicó a Efe que el traslado de sedes fuera de la comunidad catalana empezó a coger un ritmo alto a partir del 7 de octubre, justo después de que el Banco Sabadell y CaixaBank aprobaran el cambio de su domicilio social.
El éxodo de empresas se inició en forma de goteo después del referéndum ilegal suspendido por el Tribunal Constitucional que se celebró el 1 de octubre, se incrementó el 7 de octubre y ha cogido un ritmo de «unas 150 empresas diarias» desde el pasado martes 10 de octubre, cuando tuvo lugar el pleno en el que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, dejó en suspenso una declaración unilateral de independencia.
Hasta el pasado jueves, eran ya 581 las firmas con sede en Cataluña que habían dejado la comunidad, según Suárez, mientras que fuentes del Colegio de Registradores de España precisaron que mañana prevén actualizar la cifra con los movimientos registrados tanto el viernes como ayer. «Primero se fueron las grandes entidades financieras, después las empresas energéticas y las más emblemáticas, y ahora son ya las pequeñas y medianas empresas (pymes) las que desplazan sus centros de decisión», subrayó Suárez.
TAB Spain, filial española del fabricante de soluciones para baterías TAB Batteries, también anunció ayer su cambio de sede, en este caso de Barcelona a Madrid. Por su parte, el fabricante de automóviles Seat, que tiene pendiente tomar una decisión sobre su sede social, indicó que ha pospuesto el anuncio del nombre de su nuevo todoterreno urbano que lanzará en 2018 por considerar que no es el mejor momento.
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