Finanzas
Deutsche Bank resucita el fantasma de otro Lehman Brothers
Los analistas alertan del grave riesgo que sufriría España si el gigante alemán se hunde o es objeto del mayor rescate de la UE hasta la fecha
Los analistas alertan del grave riesgo que sufriría España si el gigante alemán se hunde o es objeto del mayor rescate de la UE hasta la fecha
Los principales analistas advierten de que una quiebra del gigante alemán Deutsche Bank podría lastrar la confianza en el resto de los bancos comunitarios considerados sistémicos. El mercado italiano es otro de los grandes quebraderos de cabeza para los inversores, siendo España el cuarto país de la eurozona más expuesto ante un posible rescate. Mientras que el sistema financiero alemán ha vivido su particular semana negra, el italiano acumula signos de alarma que hacen cada vez más real la idea de un futuro rescate. El anuncio de la multa de Estados Unidos al Deutsche Bank por un importe inicial de 12.500 millones de euros ha puesto el foco en la principal economía europea y en su sistema financiero, que atraviesa un momento crítico con sus valores en mínimos históricos.
La imposibilidad de que la entidad haga frente a dicha sanción, unida a los malos resultados de la banca por los tipos negativos del BCE, ha sembrado por primera vez el debate sobre la necesidad del que sería el mayor rescate público en la zona euro, y ha resucitado el fantasma de otro Lehman Brothers, cuya quiebra desencadenó la crisis financiera que azotó a la mayoría de economías mundiales. Sin embargo, el Gobierno de Angela Merkel ya hizo explícita su negativa a pagar con dinero público el despilfarro de las empresas privadas, lo que ha disparado el temor en los mercados ante el riesgo de que la situación empeore.
Si Deutsche Bank tuviera que pagar esta cuantía, la opción más plausible entre los analistas es la de la ampliación de capital. Este recurso sería la forma más rápida para la entidad de obtener liquidez a corto plazo, tras dos años consecutivos de pérdidas en sus resultados y una caída de casi el 50% de su valor en bolsa en la última semana. Se prevé que, si las negociaciones entre EE UU y el gigante alemán no terminan con un notable descuento en la multa, dicha medida sea adoptada este año. A todo ello se suma la reducción masiva de plantilla en el Commertzbank, segunda entidad por volumen en Alemania, que plantea el despido de 9.600 empleados y la suspensión del pago de dividendos este año.
La inestabilidad de los dos grandes operadores nacionales ha provocado también que el banco estatal NordLB cancelara una emisión de bonos por 500 millones ante las dudas de las últimas semanas. Sin embargo, los analistas insisten en recalcar que el problema alemán es algo «puntual», aunque advierten del riesgo que supondría la caída de una entidad sistémica como el Deutsche Bank para la todavía convaleciente banca europea. «La crisis en Alemania se refiere más a un contexto puntual y a una entidad concreta. Los inversores no contemplan la caída del Deutsche, pero si ocurriera, el riesgo de contagio afectaría sobre todo a los grandes bancos porque lastraría la confianza en estas instituciones», señala Marcos Mratinelli, analista de XTB. Fuentes del mercado achacan la negativa de la canciller al rescate de Deutsche a que aún no se han medido las consecuencias de una posible caída del gigante si se mantiene la sanción americana. Sin embargo, los expertos no consideran esa decisión inamovible, ya que lo que inicialmente no se ha considerado posible comienza a contemplarse en el peor de los escenarios. «Los bancos españoles han fabricado sus propias barreras y test de estrés para cumplir con la norma a raíz del rescate. La quiebra de Deutsche no les afectaría en gran medida. En cambio, sí lo haría a la salud de la economía española en el caso de que Alemania o Italia, principales compañeros de viaje, sufrieran una crisis de este tipo», explica Pablo Gimeno, director del grupo PSG. «La crisis en el sector es generalizada, todos han visto caer sus porcentajes en los índices desde que Draghi comenzó con las inyecciones de liquidez y con ellos las tasas de rentabilidad. Es una crisis del modelo de negocio, que se encuentra en pleno proceso de eclosión y reconversión», añade.
El problema con la banca italiana es mucho más profundo. Los resultados de los test de estrés y la carta del BCE advirtiendo de la situación límite en el Monte dei Paschi di Siena fueron las señales más recientes de ese problema «estructural». El principal lastre para las entidades son las altas tasas de morosidad que acumulan desde el inicio de la crisis. La media de créditos dudosos asciende al 25% en el conjunto de bancos italianos, mientras que la media en España antes del rescate se situaba en torno al 10%. «Es imposible evaluar la cantidad de préstamos bajo riesgo de impago que mantiene ahora mismo la banca italiana, lo que dificulta la medición de las posibles consecuencias ante el riesgo de quiebra», señala Martinelli. A diferencia del caso alemán, los analistas dan por descontado que el rescate de la banca italiana se producirá este año, ya que la situación de algunas entidades como Monte dei Paschi, cuyas acciones se espera que lleguen a perder todo su valor.
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