Finanzas

El biólogo que se hizo empresario

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Carlos Buesa, Premio Tu Economía 2017 al Mejor Emprendedor, fundó en el año 2000 Oryzon Genomics, una «spin-off» de la Universidad de Barcelona que actualmente se ha convertido en una biotecnológica de prestigio, la que más dinero ha captado en una ronda de financiación. El camino andado ha sido complicado. Algunos inversores, cuenta él mismo, «entraron allá por 2001, con la sociedad de capital riesgo, que es nuestro socio de referencia. Ellos han tenido mucha paciencia. Muchos amigos del departamento que nos ayudaron con 1.500 euros (y renunciaron a las vacaciones de ese verano), hoy pueden comprarse un apartamento gracias al rendimiento de esa participación. Han multiplicado el capital por 70 o 80». Antes de que en 2009 dieran un giro a su estrategia y apostaran por los fármacos epigenéticos, lograban sacar la cabeza gracias a los servicios auxiliares genómicos que realizaban para empresas españolas y extranjeras.

Qué distinto es hoy en día el horizonte. Que lejos queda 2013, cuando vieron peligrar sus sueños, pero siguieron adelante porque confiaban ciegamente en lo que tenían entre manos. El equipo científico que encabeza su propia mujer, Tamara Maes, que por cierto trabaja en el despacho de al lado, ha conseguido sus primeros frutos. ¡Y qué frutos! Ya ha logrado licenciar, por un cuantioso importe económico –hasta 500 millones de euros– a Roche una molécula contra la Leucemia Mieloide Aguda que fue presentada a finales del año pasado en el Congreso Mundial de Hematología celebrado en San Diego.

Es lógico que Oryzon atraiga a los inversores «porque –añade– promete más valor», ya que tiene alguna joyita más «cuyos ensayos están produciendo unos resultados espectaculares en alzhéimer y esclerosis múltiple».

El fundador de la compañía es un doctor en Biología que la vida le ha llevado a medio abandonar el tubo de ensayo por los balances, los «business plan» y los encuentros con los analistas financieros. Un hombre paciente, reflexivo, activo y con sus metas muy claras que ha completado esa formación con una intensa preparación en finanzas, negociación, administración y dirección de empresas. No obstante, se considera al mismo tiempo científico y empresario. «Es muy difícil en este ámbito ser un buen gestor sin ser también científico. Curiosamente, en Estados Unidos la mayoría de los analistas, banqueros, financieros o inversores son también investigadores. Es gente capaz de comprender la ciencia y, al mismo tiempo, de darle un enfoque de mercado».