Finanzas
El dinero en metálico tiene fecha de caducidad
Las monedas y los billetes podrían desaparecer en apenas una década. Más del 63% de los pequeños negocios en nuestro país prefiere el plástico al papel.
«Bye, bye cash» podría ser el título de la crónica de una muerte anunciada, la del dinero contante y sonante, que tiene fecha de caducidad. No sólo es que el 63,5% de los pequeños negocios en España ya prefiera el plástico al papel, sino que los grandes bancos están creando sus propias divisas virtuales para ahorrar tiempo y reforzar el control sobre las transacciones.
Gracias a la rebaja de las comisiones, tres de cada cinco negocios se decantan por el plástico en detrimento del efectivo. Y en el mundo financiero ya ha habido quien se ha atrevido a vaticinar la desaparición del dinero físico en apenas una década, alegando que la desmaterialización permitiría registrar todas las operaciones financieras. De hecho, recientemente Banco Santander anunció que prepara junto a otras cinco entidades –UBS, BNY Mellon, Deutsche Bank, el operador de mercado ICAP y la start up Clearmatics– el lanzamiento de Utility Settlement Coin (USC), una moneda digital basada en la tecnología que ya utilizan otras criptodivisas, como el bitcoin, para definir una nueva manera de realizar liquidaciones y transferencias entre entidades, reduciendo la dependencia de los bancos centrales. El objetivo pasa por potenciar el uso del dinero digital entre las instituciones financieras. No obstante, el USC no estará abierto al uso de los clientes particulares.
«Es interesante que las instituciones adopten tecnologías que suponen eficiencias con respecto a las estructuras actuales. La utilización de tecnología Blockchain puede ofrecer soluciones que permiten una instantánea ejecución a un coste marginal». Pero Jesús Pérez, presidente de la Asociación Española de Fintech e Insurtech, considera que estas iniciativas «deberían ser más abiertas para poder tener una mayor evolución a todo tipo de participantes».
La caducidad del dinero físico parece la evolución lógica del sistema financiero. Pérez opina que el dinero digital cubre todas las necesidades de una moneda tradicional con un coste de producción marginal, por lo que podría resultar una solución conveniente. Aun así, reconoce que nos sumergiría en un entorno de control y trazabilidad total de los flujos financieros que suscitaría preguntas sobre la necesaria protección de la confidencialidad y la posibilidad de ejecutar operaciones desde el anonimato.
Félix Moreno, CFO en Xapo, resalta que, de momento, USC no es más que humo. Y es que no se espera que se lance nada –ni siquiera en versión de pruebas– hasta 2018. Moreno piensa que «el dinero físico nunca desaparecerá del todo», aunque reconoce que la tendencia virará hacia lo digital. «Y es una tendencia que ya ha recorrido la mayor parte del camino. Actualmente, en Europa el dinero físico no representa ni el 4% de todo el dinero en circulación», agrega.
AMENAZAS
Pese a la complejidad de predecir cómo evolucionará el dinero digital, el proceso podría ser relativamente rápido. Sin embargo, el futuro del dinero estará determinado tanto por la posición que tomen las instituciones financieras como por la legislación. En cualquier caso, Pérez corrobora que el dinero físico puede «caducar» en una década.
De entre todos los peligros que conllevaría la desaparición del dinero físico, Pérez resalta el de preservar el derecho a la intimidad por la gran trazabilidad que existirá en las transacciones financieras. Asimismo, señala la posibilidad de que los estados pierdan el control monetario sobre las monedas no supervisadas por ellos, lo que limitaría la capacidad de poner en marcha ciertas medidas económicas. Finalmente, y más allá de que los avances tecnológicos estén reduciendo el fraude financiero a nivel global, el robo de las monedas digitales sería otra de las amenazas.
Moreno, por su parte, asegura que el dinero físico permite a la ciudadanía un nivel de control sobre su propiedad y privacidad superior al que ofrece el digital. Y añade que el primer paso hacia la tiranía y la vigilancia de la sociedad en los regímenes autoritarios siempre pasa por controlar el dinero, por lo que las monedas digitales les posibilitarían crear un panóptico de vigilancia de todas las actividades sociales. «Por otro lado, el dinero digital, si es abierto y sin fronteras como las criptomonedas, abrirá un sinfín de oportunidades para el comercio global entre miles de millones de personas. Estamos en ese momento clave en el que podemos elegir si queremos que el dinero del futuro sea descentralizado y tenga las mismas reglas para todos, o jerárquico y con privilegios para unos agentes en perjuicio de la mayoría», apostilla. El presidente de la Asociación Española Fintech e Insurtech sostiene que la digitalización es un gran «driver» de eficiencia en muchos sectores, y que el dinero en metálico puede considerarse muy ineficiente al compararlo con las monedas digitales. Moreno, en cambio, advierte de que el dinero físico es mucho más eficiente como mecanismo de ahorro. Máxime, cuando se extiendan aún más los tipos de interés negativos.
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