Tsipras vuelve a burlarse de la UE y exige in extremis una quita del 30 por ciento

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, pronunció ayer su tercer discurso a la nación en una semana –sin contar las dos entrevistas televisadas–. Fue de nuevo en la cadena pública ERT, que él mismo reabrió hace cerca de un mes. En el primero anunció el referéndum, en el segundo, un control de capitales y en este último ha intentado aliarse con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en base al argumento de la necesidad de reestructurar la deuda.

Ésa fue la novedad en esa nueva comparecencia. La otra, que no criticó a los acreedores, al menos directamente. Tsipras se aferró al informe publicado por el Fondo esta semana, porque «justifica plenamente» la postura del Gobierno izquierdista, así como el «no» en el referéndum. El documento del FMI sobre la sostenibilidad de la deuda helena recomienda una quita del 30% –110.000 millones de euros– y un periodo de gracia de 20 años para pagar esa deuda.

Éxito de la convocatoria

Varios miembros del Ejecutivo celebraron la consideración del organismo internacional como una consecuencia de la convocatoria de la consulta, más que un intento de acercamiento de las instituciones para reconducir la situación. En ese sentido, Tsipras volvió a defender el «no» en la votación de mañana, «contra el miedo y el chantaje», como indica el propio eslogan de Syriza. El presidente griego llamó a hacer «nuevamente» historia en el lugar en que nació la democracia.

Ése ha sido el argumento más repetido por los izquierdistas en una campaña que se ha centrado en el cruce de declaraciones sobre si los griegos escogen sobre el futuro del país en el euro, o apenas sobre un acuerdo. El primer ministro ha reiterado que el lunes se retomarán las negociaciones y que los bancos abrirán el martes, «porque no consiste en un problema de solvencia, sino de liquidez».

Los partidarios del «sí», organizados en torno a la oposición y el sector empresarial, han hecho uso de esas contradicciones y promesas de Tsipras en su campaña para advertir a la población: «No les creas». «Ahora dicen que el “no” no significa la salida del euro», son alguno de los mensajes en carteles e internet.

Población dividida

La semana de «corralito» y todo lo que está en juego en el referéndum de mañana han crispado los ánimos de la población griega. La Liga griega por los Derechos Humanos ha advertido de que la consulta ha polarizado a la sociedad hasta un punto peligroso. Un ejemplo: varios vándalos destrozaron a palos un puesto en el barrio de Maroussi, instalado para promover el «sí» en la consulta. Otro ejemplo de esa división cada vez más radicalizada: lemas de colectivos independientes como «Escribamos la historia» o algunos más extremos como «Se está bebiendo tu sangre durante cinco años. Dile “no” ahora» que acompañan a la imagen del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, hacen campaña por el «no».

Para muchos, independiente de su voto el domingo, el primer ministro heleno quebró las relaciones con los socios europeos, y ahora ha abierto una brecha entre los griegos; que será difícil de cerrar.

La banca helena sólo tiene liquidez hasta el lunes

La responsable de la patronal bancaria griega, Loula Katseli, afirmó ayer que los bancos helenos cuentan actualmente con un «colchón de liquidez» que asciende a los 1.000 millones de euros. También añadió que a partir del próximo lunes los bancos del país cumplirán una semana sin abrir tras el colapso de las negociaciones destinadas a mantener el país a flote. «La liquidez está garantizada hasta el lunes, pero posteriormente dependerá de la decisión que tome el Banco Central Europeo», aseguró ayer Katseli.