Industria del automóvil
Espaldarazo chino a los vehículos eléctricos
Sólo en 2016 se vendieron en el país asiático 507.000 automóviles limpios, lo que representa un 46% respecto a las ventas mundiales
Sólo en 2016 se vendieron en el país asiático 507.000 automóviles limpios, lo que representa un 46% respecto a las ventas mundiales.
El sector de los vehículos eléctricos está de enhorabuena. Según informaron ayer los medios de China, las autoridades comunistas están considerando prohibir en un futuro la producción y venta de automóviles que empleen combustibles fósiles. Una medida con la que pretenden aliviar los altos índices de contaminación que sufren tras años de crecimiento económico desenfrenado y que supondría todo un espaldarazo para el desarrollo de la automoción limpia. La noticia fue anunciada por Xin Guobin, viceministro de Industria y Tecnología de la Información, en un foro sobre la industria del motor celebrado el fin de semana en la ciudad norteña de Tianjin.
En su intervención, aseguró que su ministerio ha iniciado una «investigación relevante» para fijar una estrategia nacional que se plantea la posibilidad de prohibir los coches impulsados por gasolina o diésel. Aunque no ofreció más detalles concretos sobre los plazos, sí que aseguró que la nueva política se pondrá en práctica en «un futuro próximo», y citó el año 2025 como una fecha clave para el sector.
«Estas medidas promoverán cambios profundos en el medio ambiente y darán impulso al desarrollo de la industria automotriz de China», aseguró en declaraciones a la televisión estatal CCTV.
«Las empresas deben esforzarse por mejorar el nivel de ahorro de energía para los autos tradicionales y desarrollar con vigor nuevos vehículos de acuerdo con los requisitos establecidos», añadió.
Esta decisión sigue los pasos dados anteriormente por países como Francia o Reino Unido, que fijaron 2040 como el año en el que se prohibirán la venta de coches y furgonetas de gasolina y diésel, con el fin de reducir las emisiones nocivas. Noruega, aún más ambiciosa, estableció 2025 como fecha tope para lograr este objetivo.
El hecho de que China se sume a estas iniciativas tiene un gran calado. No en vano, el gigante asiático es desde hace ocho años el mayor mercado mundial del automóvil. Tan solo en 2016, se matricularon más de 28 millones de vehículos, según la Organización Internacional de Fabricantes de Vehículos a Motor (OICA).
Inmerso en su campaña por atajar la contaminación y convertir al país en un referente tecnológico mundial, Pekín lleva tiempo promoviendo el desarrollo y venta de vehículos híbridos o eléctricos, algo a lo que el público chino ha respondido positivamente (en gran parte debido a las subvenciones). Según los datos manejados por la Asociación China de Fabricantes de Automóviles, en 2016 se vendieron 507.000 vehículos enchufables, de los que 115.000 eran autobuses.
Esta cifra supuso un crecimiento interanual del 53% en el país y representa una cuota del 46% de todos los vehículos limpios vendidos en el mundo.
En esta línea, el pasado mes de junio, el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información presentó a debate un borrador que contempla la idea de establecer un sistema de cuotas que obligue a los fabricantes de coches a producir y vender más vehículos híbridos y eléctricos.
Aunque el proyecto todavía está sin concretar y las cifras podrían modificarse, se planteaba la hipótesis de que estos vehículos limpios alcanzaran un cupo del 8% del total de las ventas en 2018, del 10% en 2019 y del 12% en 2020.
A medida que esta tendencia se hace más fuerte, los principales fabricantes con presencia en el mercado chino han ido anunciando nuevos planes para impulsar la producción de sus modelos eléctricos en China.
Si el grupo Volkswagen se alió en 2016 con la china JAC y prevé lanzar en los próximos dos o tres años unos 15 modelos híbridos o eléctricos de sus marcas VW, Audi y Skoda, Volvo asegura que introducirá su primer coche 100% eléctrico en China en 2019.
Otras empresas como DaimlerBenz, Renault-Nissan o Ford –que asegura que el 70% de sus autos a la venta en China tendrán opciones eléctricas en 2025– también han anunciado alianzas con otros fabricantes chinos para trabajar en esta línea.
Según los analistas, el país asiático presenta grandes ventajas para este sector de la automoción, como ser el país más poblado del mundo, contar con conductores receptivos a las novedades y con cada vez mayor conciencia medioambiental o que el país tenga con un Gobierno fuerte capaz de controlar las empresas clave –infraestructura incluida–. Además, el país dispone con los medios necesarios que impulsen la construcción de puntos de carga para los coche eléctricos por todo el país.
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