«Me preocupa el resultado de las europeas, pero el pueblo verá que el buen gobierno es lo que ayuda a crecer»

En LA RAZÓN DE..., Juan Miguel Villar Mir ha aplaudido las medidas económicas adoptadas por el Gobierno. El empresario asegura que «habrá más expansión económica si se impulsan más reformas»

No firma contratos pero ayuda a generar el clima adecuado para hacer negocios. Así definían fuentes de la Casa Real hace unas semanas, con motivo de la gira que realizó por diferentes países del Golfo Pérsico, el papel que Su Majestad el Rey desempeña en estos viajes. Un rol que uno de los empresarios españoles que le han acompañado en alguna de estas visitas, Juan-Miguel Villar Mir, presidente de OHL, quiso ayer ensalzar por la, a su juicio, trascendencia para la economía española.

Durante su intervención en «LA RAZÓN de...», Villar Mir aseguró que «todo ha sido más fácil, más seguro y más estable con su presencia y ejemplar entrega a España. Y esos logros se han sucedido en todos los campos». El Rey, dijo, ha sido en las últimas décadas fundamental para la cohesión del país y «nos ha permitido a los empresarios, con la presencia y el impulso de La Corona, realizar fuertes inversiones, especialmente en Iberoamérica y en Europa, generando en la mayoría de los casos efectos muy positivos para el empleo y la fortaleza de las empresas españolas y también para los países receptores. El papel de Don Juan Carlos y Doña Sofía ha sido esencial para el prestigio exterior de España», remachó el empresario.

España ante la crisis

«Zapatero lo hizo muy mal»

Villar Mir realizó durante su profusa intervención un repaso de la situación económica española pasada y presente, destacando la, a su juicio, mala gestión de los primeros momentos de la crisis que realizó el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero y las acertadas decisiones tomadas después por su sucesor en el cargo, Mariano Rajoy. Para el presidente de OHL, «desgraciadamente, el Gobierno de Rodríguez Zapatero reaccionó muy mal ante la crisis; primero negando su existencia y después tomando medidas compensatorias que incrementaron los problemas, llegando así el déficit del gasto público al 32% sobre los ingresos públicos, con un grave desprestigio de España en la Unión Europea y en el mundo, y colocando a nuestro país al filo de la insolvencia y de tener que ser intervenido financieramente por la comunidad internacional», aseguró.

Como «factor añadido», Villar Mir destacó que la política que el Gobierno socialista había puesto en marcha desde su llegada al poder en 2004 provocó «un desafortunado aumento del sector público que se manifiesta, entre otros aspectos, en un desmedido crecimiento del gasto público, que en el periodo 2003-2011 salta del 38,4 al 45,7% del PIB, simultáneamente con una reducción de los ingresos públicos del 38,1 al 36,1%, y con un aumento desordenado del personal en el sector público, que crece de 2,7 millones en 2003 a 3,1 millones en 2011, sin los necesarios criterios de eficiencia, productividad y austeridad».

España ante la crisis

«Rajoy hizo las reformas que eran necesarias»

El 20 de noviembre de 2011 se celebraron elecciones generales anticipadas y Mariano Rajoy fue elegido presidente del Gobierno. El nuevo Ejecutivo, «con sentido de la responsabilidad, comenzó los necesarios e inmediatos recortes del gasto público y la introducción de algunas reformas en la economía», afirmó Villar Mir, que destacó dos proyectos en especial: la reforma laboral, «que ha introducido la necesaria flexibilidad en el mercado de empleo español»; y la del sistema financiero, que «ha permitido el saneamiento de nuestro sistema bancario y ha hecho posible que el crédito comience a fluir hacia las empresas y las familias». Estas medidas, junto a la «necesaria austeridad», permitieron que la recesión desapareciese en el segundo trimestre de 2013, volviendo la economía española a crecer, «poco pero con regularidad», sentenció el presidente de la compañía de construcción y servicios.

Por el buen camino

«En la senda del crecimiento hay muchos hitos destacables»

En esa senda de crecimiento hay para Villar Mir muchos indicadores destacables. En el aspecto exterior, apuntó que el saldo comercial de España es positivo desde 2012, con un superávit de 29.000 millones de euros en 2013 en comparación con el déficit de 68.000 millones alcanzado en 2007. La balanza de pagos por cuenta corriente presentó ya en 2013 un saldo positivo del 0,8% del PIB, frente al déficit récord del 10% del PIB, «probablemente el más elevado entre los países desarrollados», alcanzado en 2007, durante la etapa de Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno, destacó. En cuanto al déficit, afirmó que «ningún país puede consumir más de lo que produce», por lo que era «obligado» desde el primer momento que Rajoy tomara medidas para reducir el desequilibrio del sector público, que venía «absolutamente descontrolado» y que había alcanzado en 2009 un déficit del 11,1% del PIB, equivalente a un déficit del 32% de los ingresos públicos, y que ahora ha quedado recortado al 6,6% del PIB.

El presidente de OHL también destacó que el endeudamiento de las familias y las empresas ha mejorado. El de las familias ha pasado de ser en 2010 el 86% del PIB a ser el 77% en 2013, mientras que el de las empresas ha pasado en los mismos años del 144% al 129% del PIB. En cuanto a la inversión, ponderó que ha crecido un 2,2% en 2013. La extranjera directa ascendió a 20.500 millones, el 3% del PIB, con un incremento sobre el año anterior del 40 por ciento.

A nivel financiero, el avance de la economía se percibe según Villar Mir en el hecho de que la rentabilidad del bono español a diez años haya caído por debajo del 3%, que supone un mínimo histórico; en la drástica caída de la prima de riesgo desde los 600 puntos básicos de julio de 2012 al entornos de los 160 actuales, y a la mejora del rating.

Reformas pendientes

«Habrá más expansión económica si se impulsan más reformas»

Aunque la economía avance merced en buena parte a las reformas ya hechas, a juicio de Villar Mir es necesario acometer las que quedan pendientes para que la expansión de la actividad no se detenga. Entre lo que queda por hacer, el presidente de OHL destacó la reforma de la administración pública, la energética y la de la unidad de mercado. La primera aseguró que es necesaria «para reducir el tamaño de nuestras administraciones y el número de empleados públicos y para evitar duplicidades de funciones». En cuanto a la energía, los cambios deberían encaminarse a lograr «que el sector funcione conforme a criterios de mercado, frente al modelo actual, con un número muy reducido de productores que actúan en régimen de oligopolio, dando lugar a que España se encuentre entre los países de Europa y del mundo con energía más cara, lo que destruye e impide la existencia de industrias básicas». La unidad de mercado es, a su juicio, necesaria porque «mientras todos los procesos de apertura económica y de integración pretenden aumentar el tamaño de los mercados para poder aprovechar las economías de escala en la producción, con la consiguiente reducción de los costes, pero nos encontramos con regulaciones autonómicas que en España han roto en muchos casos la unidad real de mercado. Y por ello es necesario restaurar, con urgencia y con carácter nacional, la unidad de mercado, dentro de nuestra unidad nacional, para impulsar nuestra competitividad».

Aunque las reformas no son algo que tenga pendiente en exclusiva España. Según Villar Mir, la Unión Europea «sufre el mal crónico muy extendido de excesiva burocratización y de excesivo tamaño del sector público, lo que reduce su competitividad». Europa, prosiguió, ha de apostar por una economía competitiva como la de Estados Unidos o Japón, cuyo gasto público se sitúa en torno al 40% del PIB. Por el contrario, lamentó, esta misma partida es del 57% en países como Francia y del 49,8% en el conjunto de la zona euro.

Crisis de valores

«La pérdida de valores morales ha arrastrado a la economía»

Más allá de las consideraciones puramente técnicas, Villar Mir también quiso advertir de que si la economía mundial ha sufrido en los últimos años ha sido también porque se ha producido «una grave pérdida de valores morales». «La falta de honradez, la falta de integridad, la escasa cultura de esfuerzo y sacrificio, el egoísmo, la injusticia o la corrupción, son algunas de las principales carencias que arrastra nuestra sociedad», aseguró el empresario. Es urgente, por ello, «llevar a cabo un fortalecimiento de los grandes valores que dan estabilidad a la sociedad, como la religión, la familia, la educación, la honradez, la justicia, el espíritu emprendedor, la solidaridad y la justicia social, para hacer que la sociedad se pueda estructurar sobre unas bases sólidas».

Desde el punto de vista económico, el presidente de OHL afirmó que es «obligado alcanzar mejoras crecientes de eficacia y productividad y por tanto de bienestar, pero respetando siempre las ideas de servir a los demás y de hacer felices a los demás».