Melilla
El Estado Islámico introdujo armas en Marruecos a través de Melilla
Desarticulada una célula yihadista que iba a matar a políticos y militares.
Las autoridades marroquíes presentaron ayer en Rabat las armas y las municiones que se le han incautado a una célula del Estado Islámico, el Daesh, que pretendía atentar en el vecino país.
Abdelhak Jayam, jefe de la Oficina Central de Investigaciones Judiciales, aseguró que este material había llegado a manos de los terroristas desde la Ciudad Autónoma de Melilla. El arsenal mostrado a la prensa consiste en siete pistolas automáticas de marcas Browning y Beretta, más de 400 balas de calibres 7,65 y 9 milímetros, CD, lápices de memoria, teléfonos móviles y esposas de plástico con las que supuestamente maniatar a eventuales secuestrados. Medios del Ministerio del Interior español, consultados por LA RAZÓN, señalaron ayer por la noche que esta información no les constaba.
Según los datos aportados por Abdelhak Jayam, la célula pertenece a una rama local del Estado Islámico, que fue desmantelada domingo en nueve ciudades del país y que llevó a la detención de trece individuos.
Relación con España
El nuevo grupo terrorista se hacía llamar «Estado Islámico en Magreb al Aqsa-Descendientes de Yusef ben Tachfine», por el nombre del fundador de la dinastía almorávide que reinó en Marruecos y España. No es la primera vez que bandas yihadistas adoptan nombres de caudillos árabes que participaron en la conquista musulmana de España, dentro de la estrategia de reclamar el territorio de nuestro país, Al Andalus, para su «gran califato».
El Estado Islámico del Magreb se proponía seguir todos los métodos de su matriz en Siria e Irak, y, al menos por el momento, se habían propuesto el asesinato de personalidades del mundo marroquí.
Según las citadas fuentes, entre los objetivos concretos de los pistoleros habría políticos militares y civiles, entre ellos el activista bereber Ahmed Assid, conocido por su pensamiento laico.
Marruecos, que mantiene una estrecha colaboración con España en materia de lucha contra el yihadismo terrorista, es uno de los bastiones más importantes contra este tipo de criminalidad. Más de mil ciudadanos de este país se han desplazado a Siria e Irak para combatir en el Daesh, y se sabe que muchos de ellos han retornado, con lo que supone de peligro, no sólo para el Reino Alahuí, sino para España y, en concreto, para Ceuta y Melilla.
El atentado en Túnez contra el Museo Bardo, en el que el objetivo eran turistas occidentales, ha hecho que las autoridades del vecino país hayan reforzado las medidas de seguridad.
Según la información de la que se disponía anoche, la célula desmantelada, que ya había jurado obediencia al cabecilla del Estado Islámico, Abu Bark Al Bagdadi, tenía infraestructura en varias ciudades del Reino como Marrakech, Boujaad, Tifle, Tánger, Harouda y El Aiun. La base operativa y el arsenal estaban en Agadir. Los objetivos de los pistoleros eran políticos, militares y civiles.
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Pasividad ante la tragedia