«El Ministerio del Tiempo»: ¿la llave del éxito de TVE?

La cadena pública estrena el martes su nueva apuesta por la ficción con una propuesta que agrada a los críticos.

Si pudiéramos viajar en el tiempo simplemente atravesando una puerta y apareciéramos en el año 2000, observaríamos cómo surgió la idea de la nueva serie de ficción de Televisión Española de las mentes de Pablo y Javier Olivares que se estrena el martes después del partido de «Champions». Se desvelará así uno de los grandes acontecimientos del año que, tras ver el primer capítulo, ya ha elogiado la mayor parte de los críticos de la pequeña pantalla. LA RAZÓN ha estado con los protagonistas de «El Ministerio del tiempo», una arriesgada apuesta por el género fantástico de la cadena pública que podría convertirse en la serie revelación de la temporada. La premisa parte de una institución secreta creada por Isabel la Católica que pretende vigilar las innumerables puertas que permiten viajar en el tiempo con la intención de que el pasado de nuestro país no cambie. «Siempre fuimos fans del género fantástico y de la ciencia ficción. A partir de ahí, Pablo –que falleció en noviembre de 2014– tuvo la idea y lo que hicimos fue llevar el concepto a nuestra Historia, porque como espectadores acostumbrados a que los americanos e ingleses nos cuenten la suya, ya es hora de que contemos nosotros la nuestra». Así define Javier Olivares el germen de una ficción que califica como «serie pop» y que en rueda de prensa reconoció que «hemos hecho una para todos los públicos sin quererlo». El Ministerio cuenta con un grupo de personas agrupadas en patrullas que se encargarán de velar para que las puertas no se utilicen en beneficio de intrusos para modificar los sucesos ya acontecidos y que podrían cambiar el presente. El trío protagonista está formado por Rodolfo Sancho, Aura Garrido y Nacho Fresneda, que interpretan, respectivamente, a Julián Martínez, un empleado del Samur que ha perdido a su esposa en un accidente de coche y con ella las ganas de seguir viviendo; Amelia Folch, una mujer de finales del siglo XIX, de las primeras en entrar en la Universidad de Barcelona; y a Alfonso de Entrerríos, soldado de los tercios de Flandes. El reparto lo completan, entre otros, Cayetana Guillén Cuervo como Irene Larra, nacida en los años 30; Juan Gea como Ernesto Jiménez y Jaime Blanch como Salvador Martí, subsecretario de misiones especiales del Ministerio. Juntos, y durante ocho capítulos, viajarán a distintas etapas de la Historia de España en una serie en la que, como explica Fernando López- Puig, director de contenidos de ficción de TVE, «se mezcla un gran talento actoral y de equipo con un proyecto arriesgado sin perder su vocación de televisión pública, su afán divulgativo y la propuesta de nuevos formatos».

Cameos y paradojas

Javier Olivares nos confirma que la ficción bebe de escritores como «Wells, Asimov, Phillip K. Dick; de series como ‘‘El túnel del tiempo’’, ‘‘Doctor Who’’, ‘‘Torchwood’’ y ‘‘Más allá del límite’’ y de películas como ‘‘Los pasajeros del tiempo’’, ‘‘Time Bandits’’ o ‘‘Atrapado en el tiempo’’. Pero creo que la lectura de ‘‘Las puertas de Anubis’’, de Tim Powers, supuso un antes y un después». Con todos estos referentes, los viajes de la patrulla pasarán por épocas emblemáticas como la Guerra de la Independencia, las negociaciones del regreso del Guernica, la Residencia de Estudiantes de Dalí, Lorca y Buñuel o la visita de Himmler al Monasterio de Montserrat. Todo ello salpicado de manera muy inteligente con permanentes guiños al lector. «Se cita a Curro Jiménez, a Tino Casal, a ‘‘Terminator’’... sale Jiménez del Oso y luego García Lorca, y Velázquez se va de vinos con Picasso. A un verso de Lope de Vega se le responde con otro de Rosendo y nos permitimos el lujo de imaginar a una mujer del siglo XIX descubriendo lo que es un tampón», nos relata Olivares, que añade que «‘‘El Ministerio del tiempo’’ es Historia y aventuras. Rodamos el drama a ritmo de comedia. Esencialmente queremos emocionar, que es un lenguaje universal: el que se emociona, está pensando, y si lo hace divirtiéndose, estupendo».

El proyecto, creado por los hermanos Olivares y TVE, que ya han participado juntos en «Isabel» y «Víctor Ros», cuenta con la colaboración de Onza Parners y Cliffhanger y un despliegue de medios acorde con el calado de la serie. En el equipo creativo se reúnen siete premios Goya y más de 30 nominados para grabar en más de 3.000 metros cuadrados de decorados construidos en tres platós, localizaciones exteriores y un plató natural para reconstruir varios siglos diferentes. También tendrán mucha importancia los efectos visuales, que mostrarán grandes planos de ciudades destruidas o batallas, y que corren a cargo del prestigioso estudio UserT38.

Como complemento a la emisión de la serie, la web de Televisión Española presentó una interacción total con los espectadores a través de las redes sociales y secciones como «¿qué hubiera pasado si...», en la que caras de la cadena como Jordi Hurtado –uno de los grandes cameos de la ficción, junto a Michelle Jenner como Isabel– juegan con la posibilidad de que la Historia hubiera cambiado. Los actores destacaron el regalo que supone una serie así en la que se puede interpretar a varios personajes de diferentes épocas, ya que, como asegura Olivares, «¿por qué hacer una serie de época cuando puedes hacerla de todas?». Bajo esta premisa los protagonistas también tendrán que luchar contra el instinto de viajar a su propio pasado para cambiar aspectos de su vida. «Siempre que se viaja en el tiempo surgen las paradojas: ¿cómo reaccionar cuando te ves a ti mismo de joven? y ¿cómo plantearse saber la fecha de tu muerte y no intentar cambiarla? Y es ahí donde más trabajamos: en un lenguaje entendible y personal, valorando que a veces intentar hacer mejor el pasado, no por ello vas a tener necesariamente un presente más satisfactorio», aclara Javier Olivares. Pero ni él se queda fuera de la tentación de su propia serie: «Me encantaría que apareciese una vacuna contra la ELA y viajaría al pasado para dársela a mi hermano. Aunque, como eso es pura ficción, me conformo con que los que ahora la padecen no sufran una enfermedad tan cruel».