Elecciones andaluzas
Susana Díaz podría no ser investida presidenta hasta junio
Pesan dos razones: evitar retratarse en su política de alianzas y la posible falta de socios.
Hasta ahora todas las encuestas coinciden en pronosticar que aunque PSOE y PP seguirán siendo los partidos más votados en las elecciones autonómicas andaluzas, los dos sufrirán una importante corrección en las urnas. Un tablero que obligará a la fuerza más votada, previsiblemente el PSOE, a pactar para conseguir la investidura de Susana Díaz y para poder gobernar con estabilidad. Pero las elecciones autonómicas y municipales del mes de mayo amenazan con condicionar el calendario andaluz y hasta el futuro Gobierno.
Todas las encuestas también dicen que para continuar siendo presidenta de la Junta, Susana Díaz necesitará a Ciudadanos o a Podemos, aunque esta última alianza se ve, en teoría, menos verosímil. Y hay que precisar que esto es lo que dice la teoría porque antes de la votación todos niegan su voluntad de ser «muletas» de otro Gobierno socialista, pero después de la cita con las urnas los discursos de todos introducirán matices en su actual negativa, ajustada al argumentario más básico de precampaña. Por ejemplo, el martes pasado la candidata de Podemos, Teresa Rodríguez, tuvo un momento de relajación y en una entrevista en Cuatro dejó la puerta abierta a ser consejera de un Gobierno de Susana Díaz, un posicionamiento que luego se apresuró a corregir a través de un mensaje en Twitter.
En cualquier caso, los pactos postelectorales andaluces condicionarán sin duda la estrategia nacional de los partidos, en este caso, especialmente la del PSOE. Afectan a Susana Díaz, como ella ha advertido a Ferraz, pero aunque la dirigente andaluza reivindique su autonomía frente a su secretario general, también condicionarán la política a medio plazo del jefe de la oposición, Pedro Sánchez. Si se cumplen los sondeos, el PSOE tendrá que definirse en Andalucía y esto marcará sus decisiones en toda España. Incluso en Cataluña, donde también parece que pisan con fuerza Podemos y Ciudadanos.
No hay que perder de vista que además de la defensa por parte de Susana Díaz de sus propios intereses, en esta coyuntura razones de pura estrategia señalan que a Sánchez puede interesarle guardar la carta de los pactos hasta después de las autonómicas y municipales y no disputar estos complicados comicios limitado por las consecuencias de las decisiones de la lideresa andaluza. Sánchez se juega cómo termina el proceso de construcción de su liderazgo en mayo. Pero es que incluso aunque quisiera cerrar antes sus apoyos para garantizar la estabilidad en Andalucía, es difícil que ninguno de los partidos hoy señalados como posibles socios quiera atarse al PSOE antes de las siguientes elecciones. Por ejemplo, después del 24 de mayo, si les va bien, Ciudadanos podrá elegir un socio distinto en cada plaza bajo el mantra de «cambio con estabilidad», lo que les da pie a sostener que la estabilidad exige garantizar la gobernabilidad en cada lugar.
Por tanto, incluso aunque Susana Díaz quisiera acelerar los trámites si gana las elecciones, es posible que sean los otros los que bloqueen la constitución del nuevo Gobierno. Salvo que consiguiese la mayoría suficiente para no depender de nadie. Para su investidura, la candidata del PSOE tiene que conseguir más «síes» que «noes», y el PP se inclina por el «no» en coherencia con su apuesta por el «cambio». «La abstención en la investidura de un Gobierno de Susana Díaz nos hundiría en el resto de España e incluso al partido en Andalucía», advierten desde Génova. Lo que no es incompatible con la advertencia de esta semana del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en Onda Cero, en defensa de que gobierne la lista más votada, y que ésta se encargue de buscar su estabilidad. «Lo que quiere decir el presidente es que si ellos nos respetan en unos sitios nosotros lo haremos en otro. Que no intentaremos forjar ninguna coalición contra la lista más votada, pero que ellos deben actuar en reciprocidad», sentencian en la dirección del PP.
El nuevo Parlamento andaluz se constituirá el 16 de abril, pero Susana Díaz puede aguantar dos meses sin ser investida, es decir, tiene de plazo hasta el 15 de junio. La sensación que se extiende en Andalucía es que puede que no haya sesión de investidura antes de las municipales, donde PSOE y PP librarán otra dura batalla por el reparto del poder. Hoy los populares tienen un control local sin precedentes en la historia de la democracia, un escenario que fue el preludio de las autonómicas que ganó después Javier Arenas, pero quedándose a cinco escaños de la mayoría absoluta que en 2012 pronosticaban a su favor todas las encuestas.
En el PSOE tienen claro que «Susana Díaz ganará en Andalucía». Los datos de las encuestas afirman que «el PSOE conseguirá un 38 por ciento de los votos después de 30 años en el gobierno». Además, los socialistas esperan que las «encuestas vuelvan a fallar y la victoria de Susana sea mayor de la que anuncian los sondeos», apuntan fuentes socialistas.
Sin embargo, la victoria no dará tranquilidad. En el PSOE saben que ningún partido está dispuesto a pactar con los socialistas antes de las municipales y autonómicas. «Es normal, nadie quiere descubrir sus cartas», apuntan fuentes de Ferraz que prefieren esperar «porque también se podría gobernar en solitario». Sobre la posibilidad de agotar los plazos, fuentes de la ejecutiva socialista son tajantes «ni se ha planteado, ni se ha hablado». Niegan la letra de la posibilidad, pero la música no desagrada. Algunas fuentes consultadas verían bien que el Gobierno andaluz se constituyera el 16 de junio, tres semanas después de los comicios autonómicos y municipales.
Los socialistas reúnen el próximo 28 de marzo a su Comité Federal. En él se aprobarán las listas, pero también se planteará la política de pactos. De momento, las previsiones son que Pedro Sánchez planteará un «vamos a ganar» sin pronunciarse sobre cuál será la posición del PSOE. En el fondo traslucen tres posiciones. La que aboga por pactos de izquierda –incluido Podemos–; la que plantea desempolvar la manida «gran Coalición» con el PP, auspiciada por Felipe González, Javier Solana o Alfredo Pérez Rubalcaba; y una tercera –más pragmática– que defiende una especie de geometría variable en función de las condiciones locales, abriendo el abanico a independientes, Ciudadanos y otras fuerzas.
Por tanto, retrasar la decisión en Andalucía, hasta tener todas las piezas del tablero, «es una opción que tiene sentido». En Ferraz se desmiente de forma tajante, pero en el PSOE «no se vería con malos ojos que Díaz no tomara decisiones hasta después del 24-M». Por un lado, se evitaría un nuevo choque entre Ferraz y San Telmo a cuenta de con quién pactar, enfrentamiento que tuvo ya un precedente la pasada semana. Díaz afirmó que no pactará ni con PP ni con Podemos. Sánchez contestó que la política la marca el Comité Federal. Pero, por otro lado, alargar las negociaciones permitiría a la dirigente andaluza ganar tiempo. El 14 de mayo Manuel Chaves y José Antonio Griñán declararán en el Supremo. «Hay muchas posibilidades de que tras su declaración sean desimputados», apuntan fuentes socialistas. Y su «desimputación puede desbloquear muchas cosas», lo que viene como anillo al dedo a la presidenta andaluza.
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