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Los pequeños empresarios contra la independencia: «Nos jugamos el pan»

Distribuirán un vídeo y un manifiesto en el que por primera vez rompen su silencio y «dan la cara» contra la independencia.

De izqda. a dcha., Antonio García, Carles Rivadulla, Friedmann Hoffmann e Iván Gómez
De izqda. a dcha., Antonio García, Carles Rivadulla, Friedmann Hoffmann e Iván Gómezlarazon

Distribuirán un vídeo y un manifiesto en el que por primera vez rompen su silencio y alertan de los problemas que puede generar la independencia en el tejido empresarial.

En las últimas semanas hemos asistido a diferentes pronunciamientos empresariales. El Círculo de Economía, Fomento del Trabajo, la CEOE, el Círculo de Empresarios, la Asociación de Empresarios de Banca, la Confederación Española de Cajas de Ahorro, el Banco de España y la Cámara de Comercio de España han hecho llamamientos al diálogo político al tiempo que alertaban de los riesgos de una secesión de Cataluña del resto de España. Hasta ahora, siempre han sido grandes corporaciones o grandes empresarios los que han dicho «no» al proceso soberanista. El pequeño empresario, el autónomo o el emprendedor, hasta ahora, ha preferido guardar silencio.

En la Cataluña que vive el «proceso democrático más grande que se ha visto en Europa», según reza la propaganda soberanista, no está bien visto que te posiciones contra «la voluntad de la mayoría del pueblo». Sin embargo, Empresarios de Cataluña, una organización empresarial de carácter transversal, que surge en plena ebullición del «procés», ha decidido dar un paso adelante y dar voz a sus afiliados. Hasta la fecha, solamente tomaba la palabra contra el proceso soberanista Josep Bou, su presidente, un empresario del sector de la telefonía y la informática.

A partir de mañana, serán muchos más. Empresarios de Cataluña presentará, mañana –a las 18 horas– en el cine Gerona un vídeo en el que pequeños empresarios, emprendedores y autónomos dirán no a la independencia bajo el lema «Nos jugamos el pan». Además del presidente de Empresarios de Cataluña, Josep Bou, participan en el vídeo Juan Arjona –construcción–, el alemán Friedmann Hoffmann –iluminación–, Joaquín Molins –construcción, al que no hay que confundir con el ex dirigente de CDC del mismo nombre–, Iván Gómez –pintura y decoración–, Antonio García –Maquinaria Industrial–, José Bou –panadería y pastelería–, y Carles Rivadulla –productos de limpieza–, prestan su imagen a esta campaña.

En el vídeo, que será colgado en las redes sociales con la aspiración de hacerlo viral, también participan trabajadores de estas empresas. La iniciativa es totalmente novedosa porque es la primera vez que los pequeños empresarios toman la palabra en la polémica sobre la independencia. Lo hacen a título individual en un pronunciamiento inédito en la empresa catalana, que siempre ha permanecido en el silencio que sólo se ha roto en las declaraciones colectivas de sus organizaciones más representativas.

Los promotores de esta iniciativa publicarán el próximo viernes en toda la prensa catalana –incluida la local y comarcal– un manifiesto en el que firmarán más de cien empresarios de todos los sectores y de todos los rincones de la geografía catalana. Lo harán con nombres y apellidos, «dando la cara en una sociedad en la que está mal visto llevar la contraria al pensamiento único», apunta uno de sus impulsores, porque «nos jugamos el pan». Estos empresarios alertan de los problemas que se pueden generar en Cataluña y de cómo afectarán al tejido empresarial catalán, más de un 90% del cual está formado por empresas de pequeño formato pero que dan empleo a «más de un 70% de la población ocupada». «Nos ha costado mucho superar la crisis para que ahora nos aboquen a un proceso de incertidumbre y de riesgos que puede acabar con todos nuestros esfuerzos».

Los asistentes al acto –en el que están confirmados representantes del Partido Popular, Partit dels Socialistes de Catalunya, Unió Democràtica y Ciudadanos– recibirán una barra de pan de regalo como una «plasmación de que nos jugamos el pan». Los empresarios tienen claro que su acción «será calificada como una amenaza más de esa supuesta campaña del miedo», pero «sólo es una apelación a la sensatez porque nos jugamos el empleo y el futuro de nuestras empresas».