Madrid

El PP cree que el «efecto Soraya» frena la fuga de votos a C’s

Santamaría tranquiliza al PP: el debate no resta un voto y sí suma. «Aguantó muy bien el tipo y estuvo a la altura, pese a que fue el blanco principal de los otros tres candidatos», hacen balance en Génova. Destacan que en la cita «había mucho que perder y poco que ganar», pero se impusieron a Rivera y eso reafirma a sus votantes indecisos

Soraya Sáenz de Santamaría, antes del debate televisivo entre los candidatos de PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos
Soraya Sáenz de Santamaría, antes del debate televisivo entre los candidatos de PP, PSOE, Ciudadanos y Podemoslarazon

El PP respira tras el debate a cuatro organizado por Atresmedia. En Moncloa están satisfechos con el resultado, y en las filas populares con más capacidad de crítica fuera del discurso oficial, también. No era una cita cómoda. En general, en los debates el que gobierna es el que menos tiene que ganar y el que opta por una posición más conservadora. Pero, además, en éste el PP tenía en contra el desgaste por la ausencia del presidente del Gobierno. Soraya Sáenz de Santamaría cubrió bien esa ausencia, pese a la insistencia de sus rivales por recordarla. Y lo hizo sin fallos, arriesgando justo lo necesario para no salir tocada por sus contrincantes. La conclusión interna es que la cita –en la que «sí tenían que perder y poco que ganar»– no les ha quitado ni un voto y puede servir para reafirmar a su favor a su electorado.

En Moncloa y en el partido coinciden: la vicepresidenta «estuvo a la altura» y disimuló con solvencia que no participara el candidato. También valoran que incluso se mostrase beligerante en el capítulo más complicado al que se enfrentó, el de la corrupción. «Soraya aguantó muy bien el tipo, pese a que no lo tenía nada fácil. Era el blanco principal de los otros tres candidatos a la Presidencia, y salió sin heridas», sentencia un dirigente autonómico muy cercano a Rajoy.

Los suyos le reconocen también el mérito de haber dominado bien la situación, controlando los nervios iniciales y mejorando en los turnos de réplica. Y que jugó acertadamente una de sus principales ventajas, la de que conoce bien las cifras y tiene experiencia de gobierno. En el debate del lunes, le sumaron sus aciertos, pero también el hecho de que no fuera precisamente la mejor noche del líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Moncloa, por cierto, cuidó cada detalle para el duelo electoral. Hasta la neutralidad de una vestimenta con la que buscaban no interferir en el mensaje de la vicepresidenta.

En suma, detrás del argumentaro que Génova distribuyó a primera hora de la mañana para poner en valor la «victoria» de su representante en el debate, la sensación interna real en el Gobierno y en el partido era de tranquilidad, y hasta de que en cierta manera tomaban oxígeno ante una campaña complicada y «en la que cualquier error puede pagarse caro» el 20-D.

«Soraya ofreció una imagen tranquila, moderada. Mujer, con experiencia y en la franja de edad de sus adversarios políticos», subrayaba ayer tarde un alto cargo del Gobierno. Mientras que en el PP colocaban a su vez el acento en que, por contra, Rivera decepcionó. «Falló en su gestualidad y en su intento de ser el protagonista, aunque no le tocara». La vicepresidenta buscó intencionadamente el cuerpo a cuerpo con él en varios momentos dentro de la estrategia popular de «combatirle» para limitar el daño que les está haciendo en su bolsa de votantes, pero sin cerrar la puerta al entendimiento con su partido.

Por otra parte, el «pinchazo» de Pedro Sánchez ha sorprendido en el Gobierno. En sus previsiones jugaban con la hipótesis de que ante los «desastrosos» resultados electorales que le auguran los sondeos revisara su estrategia y contraatacara con algún golpe de efecto. Su debilidad favorece a Podemos, pero en el PP temen que también pueda beneficiar a C’s. Y en Moncloa prevén ahora que opte por jugárselo todo a la ultima bala del cara a cara con Rajoy. De momento, están satisfechos con el resultado. «Todos fueron a asegurar, pero no todos lo consiguieron. Y lo más importante es la audiencia. El debate sirvió para meter al público en campaña y ayudarle a ir decidiendo».

La estrategia de Rajoy para el debate del próximo lunes con el candidato socialista se sostendrá en los mismos ejes en los que se ha fundamentado la que utilizó la vicepresidenta. Apostará por el tono moderado y tranquilo, sin renunciar a la necesaria beligerancia, y buscará sacar la mayor ventaja de su experiencia de gobierno y de la recuperación económica.

En el lado popular temían más el debate a cuatro que el próximo duelo entre Rajoy y Sánchez. El candidato popular se ha liberado la agenda del próximo fin de semana para poder dedicarse a preparar el cara a cara. El sábado, en principio, no tiene ningún mitin. El domingo participará en un acto en Madrid, y hasta el martes no volverá a la caravana electoral. Su objetivo es apuntalar la idea de que la alternativa que ofrece Sánchez es un tripartito que se llevaría por delante la recuperación económica. Golpear al candidato del PSOE y, al mismo tiempo, alimentar la incertidumbre sobre las consecuencias del voto a C’s.