Elecciones Generales 2016
El PP rompe la barrera del 31% y Podemos es ya la única alternativa
A seis días de las elecciones, el sondeo de NC Report consolida a Rajoy como el candidato más votado pero necesitaría de la abstención de los socialistas para gobernar. Iglesias se impone como presidenciable de la izquierda frente a Sánchez, y Rivera pasa a ser irrelevante al no sumar ni con PP ni con PSOE. Podemos sigue creciendo y ya supera a los socialistas en más de cuatro puntos. Ciudadanos perdería entre cuatro y cinco escaños
Macroencuesta NC Report ►Los populares se afianzan como fuerza más votada. ►El PSOE se hunde al caer a la tercera posición ante la subida de los morados y C’s pasa a ser irrelevante
El último «tracking» de NC Report para LA RAZÓN confirma el cataclismo del PSOE en las elecciones generales del próximo domingo. Unidos Podemos sigue creciendo en intención de voto y en perspectiva de escaños, y el PSOE continúa sin remontar, e incluso pierde una décima más en intención de voto. Los de Pablo Iglesias afianzan el adelantamiento al PSOE en votos y también en diputados, ya que podrían sumar entre dos y cuatro más. En la proyección más alta, la coalición que lidera Pablo Iglesias y los socialistas podrían alcanzar juntos los 170 escaños. La mayoría absoluta en el Congreso está en los 176 escaños. En el bloque del centro derecha, el PP mantiene su tendencia al alza y superaría el 30 por ciento de los votos, el listón que se han fijado en el comité de campaña. Y en el mejor de los escenarios Mariano Rajoy conseguiría aumentar ocho escaños con respecto a las elecciones de diciembre.
En el «tracking» de NC Report, realizado entre el 5 y el 10 de junio, y el 12 y el 17 de junio, el PSOE estaría en el 21,2 por ciento de los votos, una décima menos que en el anterior. Esto le situaría entre los 80 y los 83 escaños. En diciembre, con el 22 por ciento de los votos logró los 90 escaños. La coalición de Unidos Podemos subiría casi un punto más desde el último «tracking», del 24,8 por ciento al 25,4 por ciento, confirmando su tendencia al alza desde que se formalizó la alianza de Iglesias con Alberto Garzón. Si a Sánchez el debate a cuatro del pasado lunes no le sirvió para mejorar posiciones, a Iglesias, sin embargo, parece que también le ha sentado bien. De momento, al menos según coinciden todos los sondeos, la jugada parece que está a punto de salir redonda. La última mejoría en intención de voto le coloca al alcance una horquilla de entre 82 y 87 escaños. Esto confirma el intercambio del peso parlamentario entre el PSOE y Unidos Podemos. Por cierto, las confluencias territoriales se mantienen como en el último sondeo, salvo la catalana, En Común Podemos, que se deja otra décima de apoyos.
A Ferraz se le agota el tiempo para conseguir que la campaña le ayude a aglutinar voto útil alrededor de sus siglas y el pánico se consolida en el equipo socialista. Si los datos que apuntan este sondeo se cumplen el domingo que viene, la tragedia se hará realidad en el socialismo. Su líder, Pedro Sánchez, afronta esta delicada situación sin ninguna voluntad de dar un paso atrás si se confirma la catástrofe. Ésa es la teoría que airean desde su entorno. Aunque un escenario como el que dibuja esta encuesta lo deja todo en el aire. La lógica apunta a que la confirmación del «sorpasso» obligaría a que salte la actual dirección del Partido Socialista en la misma noche electoral, pero la dimensión de la crisis interna también puede disminuir las ganas de las «alternativas».
La irrupción de la coalición de izquierdas afecta a todos los partidos en la aplicación de la Ley D’Hont. Así, el PP, con el 31,1 por ciento de los votos sacaría prácticamente los mismos escaños que con el 30,6 por ciento del anterior «tracking». Si acaso sólo uno más. La barrera del 30 por ciento ya fue el objetivo que los populares se fijaron en las anteriores elecciones, pero se quedaron en el 28,72 por ciento de los votos y 123 diputados. Ahora, aplicando el nuevo reparto de los restos, esa subida en votos otorgaría a Mariano Rajoy entre 126 y 131 escaños. Al candidato popular, a diferencia del socialista Pedro Sánchez, sí parece que le ha venido bien el efecto que haya podido tener el debate a cuatro en una campaña anodina y sin novedades ni en los discursos ni en los programas. Si consigue afianzar esa subida en votos y en escaños, Mariano Rajoy tendría más fuerza en la negociación para forzar una abstención socialista y de Ciudadanos que le dejase, al menos, gobernar en minoría. Aunque no es un escenario que esté tampoco muy claro. Cuanto más mejore su posición con respecto a diciembre, más podrá resistir las presiones en la negociación postelectoral. Pero en minoría, sin un pacto al menos con Ciudadanos, tendría muy difícil gestionar el día a día.
Ciudadanos tampoco saca rédito de la primera semana de campaña. Según esta encuesta, la última que se puede publicar, Albert Rivera estaría en el 13,2 por ciento de los votos, cinco décimas menos que en el último «tracking». En escaños, tendría entre 33 y 35, en el mejor de los casos cinco diputados menos que en diciembre. La suma del PP y Ciudadanos se movería en la horquilla de entre 156-166 escaños. En la más optimista de las proyecciones, a 9 escaños de la mayoría absoluta. En las elecciones de diciembre, Rivera obtuvo el 13,93 por ciento de los votos.
El líder de la formación naranja ha ido acentuando su oposición a Rajoy, personalizada con mucha dureza en su figura, según avanzaba la campaña. Hasta dar a entender que cierra la puerta a un entendimiento con el PP si su candidato a la investidura es el mismo que lidera la lista con la que los populares se presentan a las elecciones. En la recta final electoral, ni los socialistas ni Ciudadanos dan signos de haber conseguido rentabilizar a su favor entre su electorado el acuerdo de gobernabilidad que firmaron tras las últimas elecciones generales. Les permitió mucho protagonismo, ocupar mucho espacio en el debate político e incluso, como ocurrió con Rivera, dar a sus escaños una relevancia que en sí no tenían, porque ni con PSOEni con PPeran suficientes como para formar gobierno. Pero aquel acuerdo no les está dando resultados en votos según todas las encuestas.
En este último sondeo de NC Report, la participación sube otras dos décimas con respecto al anterior «tracking», colocándose en el 64,6 por ciento. En el pasado mes de diciembre fue del 73,2 por ciento.
Abstención histórica para el 26-J
En las elecciones del 20-D se registró una abstención del 30,3%, la más alta de la democracia. De los 36,5 millones de españoles llamados a las urnas, 11.073.000 no votaron.Para el 26-J el porcentaje de ciudadanos que probablemente no voten será mayor, del 35,4% según el tracking de NC Report. Hay que remontarse a las generales de 1979 para encontrar una abstención del 32%.La abstención del 20-D permitió al PP ganar las elecciones y la que se prevé para el 26-J le pone por encima del 31% del voto. Los jóvenes son los que menos votan, el 44,7% opta por la abstención. La abstención es también superior a la media nacional en el segmento de 30 a 44 años, en donde se alcanza el 37,5%. Hay un equilibrio entre los cuatro partidos, que se rompe a favor del bipartidismo entre los mayores de 44 años, en donde la abstención se reduce a menos del 32%.
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