Elecciones generales
100 días de Gobierno: El PP ganaría 20 escaños mientras la oposición baja
Desde las elecciones del 26-J, los de Rajoy son los únicos que mejoran sus resultados y ya superan a PSOE y Podemos juntos. Los socialistas, sin líder, caen hasta 14 diputados y los de Iglesias se alejan del «sorpasso». Ciudadanos no rentabiliza el desbloqueo y perdería hasta siete escaños.
Desde las elecciones del 26-J, los de Rajoy son los únicos que mejoran sus resultados y ya superan a PSOE y Podemos juntos. Los socialistas, sin líder, caen hasta 14 diputados y los de Iglesias se alejan del «sorpasso». Ciudadanos no rentabiliza el desbloqueo y perdería hasta siete escaños.
Siete meses han pasado ya desde las últimas elecciones generales. En todo este tiempo, no sólo se ha puesto fin al interminable bloqueo político (hace ya cien días), sino que los diferentes partidos han vivido sus propias crisis internas, las cuales han ido marcando su camino. Desde el tenso y bronco Comité Federal del PSOE del pasado 1 de octubre (que llevó a Pedro Sánchez a dejar su cargo) a las luchas en la cúpula de Podemos o las de Ciudadanos, partido que allanó el camino al Gobierno de Mariano Rajoy. Todos, cada uno a su manera, han vivido sus propias guerras. Incluso el PP, que ha tenido que lidiar en este arranque con polémicas como la del Yak-42 o sus propias «batallas» ante el inminente Congreso Nacional del próximo fin de semana, en el que la acumulación de cargos centrará gran parte del debate.
Sin embargo, a tenor de las encuestas, los únicos que en estos siete meses mantienen la confianza ciudadana son los populares. Es, al menos, lo que se desprende del último sondeo de NC Report para LA RAZÓN, el cual deja claro que, si hoy se celebrasen elecciones generales, los de Rajoy ganarían entre 16 y 20 escaños, mientras que el resto de formaciones se deja bastantes apoyos en el camino. Y el PSOE es el que más sufre esta caída: entre 9 y 14 diputados. Eso desde junio, porque desde la investidura, es el único partido que mejora sus resultados.
Rajoy llegó a la Presidencia del Gobierno con sus 137 diputados, lo que le obligó a contar con los 32 de Ciudadanos y el de Coalición Canarias para lograr esa ansiada mayoría simple. Sin embargo, a día de hoy, requeriría menos apoyos, pues su horquilla se sitúa en 153-157 escaños, esto es, el 36,8 por ciento de los votos (3,6 puntos más que le 26-J).
De hecho, el PP es el partido que más fieles mantiene, el 91,3% de los que confiaron en los de Génova en junio. Su mayor pérdida es a favor de la abstención: 6,8 por ciento (537.000 votos). Un crecimiento que ya se presuponía ante unas hipotéticas terceras elecciones y que llegó a uno de sus máximos en octubre, coincidiendo con la investidura de Rajoy. Entonces, el sondeo de NC Report otorgaba al PP 154-158 escaños. Desde ese momento, las cifras populares se han mantenido mes a mes con muy pocas variaciones.
En cuanto al PSOE, extraño ha sido el comportamiento de sus electores en todo este tiempo. Por un lado, entre junio y octubre fue dejándose apoyos como consecuencia de la posición que tomar ante la investidura de Rajoy, pasando de los 85 del 26-J a los 69-73 de la encuesta de octubre. A partir de ahí, sin Pedro Sánchez como secretario general e inmersos en sus guerras internas, los socialistas han remontado hasta los 71-76 actuales (19,9 por ciento de los votos y 1,2 millones de sufragios menos), cifra que sigue siendo la peor de su historia. Entre medias, las elecciones vascas y gallegas confirmaron que no se encontraban en su mejor momento. Tanto, que únicamente conservan al 69,2 por ciento de sus votantes del 26-J. Y aquí es llamativo un dato: el 24,1 por ciento de sus fieles (1,3 millones) optaría ahora por abstenerse.
La tercera plaza sigue ocupándola Podemos y sus confluencias, que continúa rozando ese tan deseado «sorpasso» a los socialistas. Siete meses después de la cita con las urnas, los de Iglesias se han dejado en el camino más de 724.000 votos, pasando de sus 71 escaños a los entre 65 y 69 actuales. Hasta octubre se mantuvieron, pero las luchas de poder en la cúpula de la formación morada han hecho mella y han ido perdiendo apoyos en favor, mayoritariamente, de la abstención. Así, conservan al 80,5 por ciento de sus electores fieles, pero hay un 15 por ciento (765.000 votantes) que a día de hoy no acudiría a las urnas a ejercer su derecho.
Más suave ha sido la caída del «partido llave» para que Rajoy llegara a La Moncloa, Ciudadanos. Los de Rivera consensuaron sus 150 medidas para investir a Rajoy presidente y sus electores, en cierto modo, no han mostrado excesivo rechazo a este apoyo. La formación naranja salió de la cita con las urnas de julio con 32 diputados que se convirtieron en claves y en todo este tiempo han conseguido mantener esa cifra. En octubre, cuando se hizo oficial y visible su apoyo al PP, las encuestas daban a la formación emergente entre 27 y 29 escaños, mientras que en la actualidad se sitúan con entre 25 y 30, esto es, el 11,5 por ciento o casi 730.000 votos menos.
A pesar de que muchos no vieron con buenos ojos su apoyo a los populares, Ciudadanos ha conseguido mantener al 70,3 por ciento de sus seguidores, aunque de los que salieron, el 18 por ciento (566.000 votantes) se abstendría ante unas nuevas elecciones y el 7,4 por ciento (231.000) elegiría la papeleta del PP. Hoy, la suma PP-C’s sobrepasaría la mayoría absoluta.
Hasta aquí la «cabeza» de la tabla», donde más movimientos se observan, pues en la parte baja la situación apenas ha variado. Así, ERC pasaría de sus nueve diputados independentistas a entre 9 y 10, algo parecido al PdeCat (antigua Convergència), que de 8 escaños se situaría en la actualidad con entre 7 y 8.
La tabla «electoral» la cierran PNV, Bildu y Coalición Canaria, que mantienen intactos sus resultados del 26-J. De esta forma, los nacionalistas vascos conservan sus cinco diputados; los abertzales, sus dos, y los canarios, su único escaño que también empujó a Mariano Rajoy a la Presidencia del Gobierno.
Todos estos datos y movimientos también son el resultado del descontento ciudadano, que se traduce en una menor participación en las elecciones. Y es que si en junio pasado votó el 66,5 por ciento del censo, hoy sólo lo haría el 58 por ciento. Más claro: el 26-J se quedaron en casa 12,2 millones de españoles y si hoy se celebrasen nuevos comicios, no acudirían al colegio electoral 15,3 millones de ciudadanos.
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