Más del 43% de los menores de 24 años decide hoy su voto

El porcentaje de indecisos es más alto entre los menores de 44 años, hasta casi 12 puntos de diferencia y se eleva al 43,8 por ciento entre los votantes menores de 24 años. Es decir, en el segmento más afín al secesionismo.

La campaña más extraña, con el resultado más incierto y en la que se han multiplicado las situaciones merecedoras de ser consideradas como históricas pasará hoy su examen final en las urnas. Si la campaña ha sido excepcional, por cómo se ha convocado y por el descabezamiento judicial previo de la cúpula independentista, lo que venga puede aún serlo más. Porque los catalanes llamados hoy a votar deciden sobre un tablero político en el que todavía hay piezas que pueden quedar dinamitadas por los procesos judiciales abiertos a cuenta del golpe secesionista y porque también hay piezas que, aunque han seguido actuando como si fueran protagonistas de la realidad catalana, como el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, están condenadas por la cuenta que arrastran en su «debe» a no tener poder de decisión en la nueva etapa que se abre esta noche.

Todos los partidos vivirán la jornada con la misma incertidumbre porque no hay cuartel general en el que sus «gurús» electorales se atrevan a hacer «quinielas» sobre los resultados jugándose algo importante en la apuesta. Dentro de la inestabilidad que han augurado todos los sondeos, todo cambia si el partido que gana es ERC o Ciudadanos (Cs), si hay mayoría absoluta de los independentistas o si necesitan de un apoyo externo para seguir gobernando. Y una de las claves de esta jornada electoral tan ajustada va a estar, sin duda, en el sentido hacia dónde se oriente el voto de la bolsa de casi un 30 por ciento de indecisos, además de, por supuesto, la influencia de cuál sea la movilización real de los catalanes.

En el amplio estudio realizado por el CIS a finales de noviembre, y publicado en la primera semana de diciembre, se estimaba que el porcentaje de indecisos era del 29,1 por ciento del total que manifestaba que votaría, y del 27,9 por ciento sobre el total del censo. Y era mayor entre los más jóvenes y menor entre los adultos.

En concreto, entre los 18 a 44 años el porcentaje de indecisos alcanza el 34,9 por ciento del censo, mientras que entre los mayores de 44 años se reduce al 23,3 por ciento. Son 11,6 puntos de diferencia de unas generaciones a otras. Este diferencial es muy importante. Y hay que tener en cuenta que entre los 18 a 24 años es aún mucho mayor, del 43,8 por ciento.

Como han ido confirmado todos los análisis demoscópicos de NC Report publicados por este periódico, el electorado unionista está más movilizado que nunca, mientras que el independentista, sin embargo, presenta fracturas con respecto a 2015. Hay una parte de sus votantes, en algunos casos antiguos apoyos de Convergéncia, que asustados por la evolución de los acontecimientos quieren liquidar el «procés», y que por eso se plantean elegir otras opciones, o bien en el lado constiutcionalista o bien votar blanco/nulo o la abstención.

Por ejemplo, un puñado de votos decidirá hacia dónde bailan tres escaños en Tarragona, Lérida y Gerona. Estamos hablando de bolsas importantes de voto independentista, y donde tradicionalmente estos partidos han jugado con ventaja porque por la ley electoral, en estos territorios cuesta menos conseguir un parlamentario al tener menor población. Pero el sentido en el que se decidan pronunciar los votantes independentistas defraudados con la gestión de Puigdemont de la pasada Legislatura puede alterar por completo realidades que hasta ahora se daban por invariables.

Ahora bien, hay que jugar también con hechos constatados. El cuadro de voto decidido o de expectativa de voto por edades de NC Report para LA RAZÓN indica que el voto independentista tiene más peso entre los menores de 45 años y, por el contrario, los unionistas se imponen a los separatistas entre los mayores de 44 años. Como entre los mayores de 44 años ha bajado el porcentaje de indecisos, beneficiando al voto constitucionalista, el gran interrogante en estas elecciones es el comportamiento electoral de los indecisos menores de 45 años, que si acuden a votar reforzarían las candidaturas secesionistas.

Y vemos una serie de perfiles bien diferenciados entre independentistas y unionistas. Por un lado, el votante «tipo» partidario de la secesión es hombre, menor de 45 años y de las poblaciones rurales de Gerona y Lérida. Mientras, que en el caso de los defensores de la unidad de España encontramos a una mujer de más de 44 años y que reside en municipios de más de 50.000 habitantes, principalmente de Barcelona.

Desglosando alguna de las variedades, vemos como hay un 51,7 por ciento de hombres independentistas y un 47,5 por ciento de constitucionalistas, mientras que en el caso de las mujeres, el 48,3 por ciento votará a candidaturas rupturistas y el 52,5 por ciento a las partidarias de la unidad de España.

Y como ya es conocido, son las zonas rurales y menos pobladas el gran bastión de los secesionistas, sobre todo las de menos de 50.000 habitantes. En el caso de los votantes de PP, PSC o Cs, obtienen mejores resultados en grandes municipios de más de 50.000 habitantes, principalmente en las grandes ciudades, como la capital catalana.

Hoy están llamados a votar 5.553.983 electores, 43.130 más que en las anteriores elecciones al Parlamento de Cataluña desde que en 1980 se celebraran los primeros comicios. En diez de las once elecciones anteriores los partidos nacionalistas han vencido a los constitucionalistas. La única excepción fue en 1999, cuando la suma de los votos de los partidos de ámbito nacional presentes en Cataluña y leales a la Constitución lograron el 47,8 por ciento de los votos, frente a los partidos nacionalistas, que consiguieron el 46,9 por ciento. Entonces se demostró que Jordi Pujol no era invencible, y éstas fueron las últimas elecciones en las que se presentó como candidato a la presidencia de la Generalitat. Los censados y residentes en territorio nacional son 5.327.602 y los residentes en el extranjero suman 226.381. Hay que valorar que el censo catalán está más envejecido que el nacional. El 60,2 por ciento de los electores de Cataluña cuenta con 45 o más años, frente al 59 por ciento del conjunto de España. Mientras que los electores de 18 a 44 años suponen el 39,8 por ciento del censo de Cataluña, en el total español que representan el 41 por ciento.

La participación en estas elecciones se ha disparado un 81 por ciento entre los catalanes que viven en el extranjero respecto a las anteriores elecciones de 2015, mientras que ha bajado un 26 por ciento el voto por correo en España, según los datos ofrecidos ayer por el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo.