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Una falsa alarma obliga a desalojar la Sagrada Familia de Barcelona
Los Mossos despliegan controles antiterroristas en Barcelona ante la amenaza que resultó falsa.
Los Mossos despliegan controles antiterroristas en Barcelona ante la amenaza que resultó falsa.
Los Mossos d’Esquadra desalojaron ayer la Sagrada Familia y la estación de Metro de la zona a raíz de una posible amenaza yihadista que había llegado a través del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) que, sin embargo, había calificado dicha amenaza de «baja intensidad», según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto. Por suerte, la amenaza resultó una falsa alarma. En la alerta que se había recibido no había ninguna alusión concreta, a diferencia de la que sí llegó en su día sobre Las Ramblas y que procedía de la CIA norteamericana, a la ciudad de Barcelona ni a ninguna otra localidad de Cataluña.
Alrededor de las 20:45, empezaron a levantarse los controles en los accesos principales de Barcelona, la AP7 y la C33. De esta manera se daba punto y final a la operación de tráfico ligada con el operativo antiterrorista en los alrededores del templo de la Sagrada Familia. Durante dos horas se habían realizado cortes en estas vías provocando largas colas para todos los vehículos que quisieran entrar o salir de la capital catalana, un dispositivo muy parecido al que pusieron en marcha los Mossos tras el ataque terrorista sufrido en las Ramblas de Barcelona el pasado 17 de agosto.
Los mismos problemas de movilidad también se padecieron en los alrededores del emblemático templo de Gaudí donde se cortaron varias calles. Igualmente la estación de Sagrada Familia, donde están las líneas 1 y 5, permaneció clausurada en el marco del citado operativo policial.
El pasado domingo, Bélgica lanzó una alerta antiterrorista en la que se daba cuenta de la llegada a Europa de cinco células del Estado Islámico, que se proponían atentar en diversos paises, según han informado a LA RAZÓN las mismas fuentes.
Inmediatamente, los expertos de las naciones afectadas, Alemania, Italia, Francia, España y la propia Bélgica, iniciaron los trabajos correspondientes para tratar de comprobar la veracidad de la amenaza, algo muy complicado en el caso del terrorismo yihadista. Lo cierto es que a la hora de cerrar esta edición no se había producido, que se sepa, ninguna detención, ni se había detectado la presencia de dichas células.
La amenaza, de la que el CITCO dio cuenta a las unidades antiterroristas españolas, consistía en que las citadas células, coordinadas por un «dinamizador», se habían desplazado desde Siria. Incluso, se daban datos concretos: disponían ya de 700 kilos de explosivo e iban a cometer atentados con coches bomba, una vieja aspiración del Estado Islámico que todavía no ha podido consumar en Europa.
En medios antiterroristas españoles se comentó a este periódico que desde el domingo la alerta había ido perdiendo fuerza (sin que, en ningún momento, se pueda descartar nada tratándose de Estado Islámico). La propia Bélgica, a la que llegó la información a través de una fuente indeterminada, tampoco había podido confirmar nada al respecto.
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