Izquierda abertzale
Arnaldo Otegi, el jarrón chino
A Arnaldo Otegi se la han presumido siempre unas ciertas dosis de inteligencia e intuición, pero su paso por la cárcel y el auto convencimiento, después de una machacona campaña de los suyos, de que es un «hombre de paz», algo así como el nuevo «Mandela», el «mesías» que conducirá al independentismo vasco a la tierra prometida, parece haberle hecho perder el norte, y nunca mejor utilizada la referencia cardinal. Se suponía que tras un análisis objetivo, que tampoco es tan difícil de hacer, de a quién ha beneficiado políticamente su reciente periplo europeo, iba a dejar los viajes fuera del País Vasco para más adelante. Otegi, secretario general de Sortu, quiere colocar a su partido en un lugar que le permita, al menos, competir con Podemos en las próximas convocatoria electorales, las generales del 26 de junio y las autonómicas del próximo otoño. Una confrontación que está perdiendo por goleada.Desde luego los réditos del citado viaje no se los ha llevado Sortu. Según comentan expertos y analistas han sido para Podemos, en especial en el País Vasco, ya que ha figurado como el partido que invitaba a Otegi al Parlamento Europeo (aunque después lo desmintiera a nivel nacional) y el que ha dado la palabra al que en definitiva es su competidor. Una jugada maestra de los de Pablo Iglesias. Ahora nos hallamos en puertas de la repetición de la jugada, esta vez en Cataluña. ¿Alguien duda de que si Otegi va a sumar algún voto va a ser a la CUP y Esquerra Republicana, y no a Sortu? De esta manera, Otegi lleva camino de convertirse en una especie de «jarrón chino» que algunos exhiben en beneficio propio, ya que se llevan el precio de las entradas y los elogios de la iniciativa. Un benefactor de los demás y no de los propios.
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