Elecciones catalanas
CDC usa la imputación de Mas para forzar su investidura
Exige a la CUP «respeto» por el presidente. Avisa de que habrá una respuesta ciudadana
La imputación de Artur Mas por organizar la pseudoconsulta del 9-N sirvió ayer a CDC para presionar a la CUP en el debate sobre quién debe ser presidente de la Generalitat. La formación anticapitalista se resiste a prestar sus votos a Mas para su investidura, puesto que asocia su figura a los recortes y a la corrupción. Convergència, en cambio, ligó a Mas a la «dignidad» de Cataluña tras su imputación y exigió a la CUP «respeto». «Mas es un activo del proceso, entre otras cosas, porque colocó las urnas el 9-N», afirmó ayer el coordinador de CDC, Josep Rull.
La portavoz del Govern en funciones, Neus Munté, también lanzó mensajes para presionar a la CUP. Recordó el resultado electoral de Juntos por el Sí del pasado domingo, para pedir «respeto por este mandato democrático». Alega que los electores conocían que Mas era el candidato de JxS a la presidencia y que, por tanto, debe respetarse la voluntad de estos 1,7 millones de ciudadanos.
En realidad, se trata de las primeras maniobras de CDC para forzar a la CUP a asumir la investidura de su líder. Pero nadie duda de que queda mucha munición por descargar. Las voces afines a CDC, siempre activas en los medios y en las redes sociales, ya han comenzado también sus trabajos. Su tarea consiste en igualar el objetivo de la CUP de descabalgar a Mas con el del PP y del PSOE para evidenciar el contrasentido.
Por el momento, la artillería pesada todavía está en el arsenal. Convergència intentará reconducir la situación discretamente en los próximos días y no poner el grito en el cielo. Pero si la situación no se desencalla, tendrá que cambiar esta estrategia. No es previsible que vaya a contar con el apoyo incondicional de Oriol Junqueras, puesto que el líder de ERC observa el pulso entre CDC y CUP con cierta distancia. De cara a la galería, Junqueras mantiene el guión: Mas es el candidato a presidente de JxS. Pero lo hace sin ningún tipo de fervor, consciente de que el bloqueo en la investidura puede favorecerle.
Paradójicamente, Xavier García Albiol dio un espaldarazo a la CUP al decir que Mas queda deslegitimado para se presidente.
El relato soberanista suma épica y tintes dramáticos con la imputación de Mas y las consejeras Joana Ortega e Irene Rigau. El Govern calificó la imputación de «anomalía democrática» e insistió en que «no es una coincidencia» que llegue dos días después del 27-S. Tras insistir en que no ha habido ningún respeto del Estado por ningún periodo electoral, CDC denunció una persecución política contra Mas para quitárselo del medio. CDC y la CUP coincidieron en desafiar a la Fiscalía a imputar a todos los 2,3 millones de ciudadanos que votaron el 9-N. Mientras que la ANC avanzó que habrá respuesta ciudadana. Mas, Ortega y Rigau declararán el próximo 15 de octubre, día que coincide con el 75 aniversario del fusilamiento de Lluís Companys.
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