Primarias en el PSOE
Díaz aventajó a Podemos en 20,5 puntos, mientras Sánchez sólo logró 1,4
La victoria del candidato madrileño abocaría a España a elecciones en otoño
La victoria del candidato madrileño abocaría a España a elecciones en otoño
Churchill se admiraba de cómo unos pocos centenares de pilotos de la RAF pudieron enfrentarse con éxito a miles de aparatos alemanes en el verano de 1940 cuando la Luftwafe amenzaba los cielos de las Islas Británica. De ahí su inmortalizada frase; «Nunca en el ámbito del conflicto humano tantos debieron tanto a tan pocos». Setenta y siete años después en España se desarrolla otra batalla titánica, una potencia europea con cuarenta y seis millones de habitantes contiene el aliento por la decisión que van a tomar ciento ochenta mil ciudadanos afiliados al PSOE.
No es ahora el momento de pedir responsabilidades a quienes tuvieron la ocurrencia de elegir al secretario general de uno de los dos grandes partidos nacionales por el muy americano sistema de primarias. Máxime cuando las dos únicas experiencias anteriores, las de 1998 y 2014, resultaron catastróficas para el PSOE.
El próximo 21 de mayo el 0,39% de los españoles tomará una decisión que afectará a la nación. Una victoria de Sánchez nos devolvería al escenario político del verano de 2016, en el que el PSOE dirigido por un líder que le llevó por dos veces consecutivas a la derrota ante Rajoy, tanto en las elecciones generales de diciembre de 2015 como en junio de 2016, volvería a jugar un papel de irresponsabilidad política que nos reconduciría a la inestabilidad institucional y frustraría la esperanza de millones de ciudadanos en la recuperación económica. El regreso de Sánchez a la secretaría general pondría en peligro la gobernabilidad de la nación, del «no es no» de 2016 a la investidura de Rajoy pasaría a la moción de censura. Aritméticamente saldría adelante, sumados los diputados del PSOE y Unidos Podemos a los separatistas se impondrían por 180 a los 170 del PP, Cs y CC. El fantasma de unas terceras elecciones generales en poco más de año y medio planearía sobre la cabeza de todos los españoles. Sería la única fórmula para evitar un gobierno Frankestein. Fórmula diseñada y puesta ya en práctica por Sánchez en el verano de 2015 para expulsar al PP de gobiernos locales y autonómicos y sustituirlo por una heterogénea alianza frentepopulista de socialistas, comunistas y separatistas.
El monocorde discurso de Sánchez durante toda la precampaña amenaza con repetirse en las próximas dos semanas. Es el mismo mensaje del fracasado Hamon en Francia y en sintonía con el de Mélenchon.La alternativa a Sánchez solo puede ser Susana, que representa la única esperanza de convertir al PSOE en el partido más votado. Lo ha logrado en Andalucía. Susana es la única que puede debilitar electoralmente a Podemos. En las elecciones autonómicas de 2015 obtuvo el 35,3% de los votos mientras que Podemos quedó con el 14,8%. El candidato Sánchez logró el 22,6% de los votos en junio de 2016 y Podemos le pisó los talones con el 21.2%. Susana superó a Podemos en 20,5 puntos y Sánchez tan solo en 1,4 puntos. El que el PSOE vuelva a ser alternativa creíble al PP ante los votantes solo lo puede lograr Susana. Con Sánchez el PSOE solo sería un miembro más de la comparsa.Un adelanto electoral fortalecería al gobierno de Rajoy que contaría con mayoría absoluta al sumar a Cs. Susana es la única que puede evitar las elecciones anticipadas y salvar al PSOE de otro fiasco electoral. Con Sánchez, en cambio, vamos a elecciones en otoño.
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