Elecciones catalanas
Duran, a Rajoy y Sánchez: «La solución es una consulta legal»
El líder de Unió considera que antes es necesario «diálogo», algo que valoran en Moncloa y Ferraz
Vente mañana a Moncloa y hablamos más tranquilos. El presidente del Gobierno así se lo dijo a Josep Antoni Duran Lleida el pasado martes, en un receso del debate presupuestario en el Congreso de los Diputados. La cita se cierra mientras Mariano Rajoy conversa con Jesús Posada y el líder de Unió Democrática en el patio de la Cámara. Previamente, hace ya un mes, antes de las vacaciones veraniegas, Duran ha quedado en hablar con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Justo cuando comenta su encuentro con Rajoy, el líder socialista le llama a su móvil personal: «Te espero mañana en mi despacho», le dice. «Estás muy solicitado», bromea el presidente del Congreso recién llegado de su retiro estival en las playas de Huelva. Al día siguiente, miércoles, con tan solo unas horas de diferencia, Durán se ve con los líderes de los grandes partidos con las elecciones catalanas como eje principal de ambos encuentros.
Con Sánchez toma café durante una hora, y con Rajoy agua tónica en algo más de tiempo. Dirigentes populares y socialistas coinciden en el mensaje que Duran trasladó a los líderes del PP y PSOE: «La solución es primero diálogo, y después una consulta legal». Es la base de su programa electoral ante el 27-S y es la opción que viene manteniendo desde hace tiempo ante el conflicto. Sobre todo, tras la ruptura con Convergencia, tras treinta y cinco años de socios políticos. Dialogar, frente al bloque soberanista que se niega a ello. Y consulta legal que garantice una votación de los catalanes en el marco jurídico del Estado, sin rupturas ilegales. Es la clara diferencia de los democristianos frente a los partidos independentistas y sus señas de identidad en las relaciones con Madrid. La clave de su política desde hace tantos años como portavoz de CIU, la Federación ya rota, en el Congreso.
Fuentes de Moncloa y de Ferraz admiten que, en estos momentos, Unió es el partido catalanista que garantiza sensatez y diálogo para el encaje de Cataluña en España. «Son los únicos con quienes se puede hablar», dicen ministros del Gobierno y dirigentes socialistas. Por parte del Ejecutivo, Duran y sus hombres de confianza han mantenido una estrecha relación con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría durante toda la Legislatura. En el PSOE, su interlocutor ha sido el propio Pedro Sánchez. Aunque dos mujeres catalanas, Carmen Chacón y Meritxel Batet, se sientan en la Ejecutiva Federal, ha sido el propio Sánchez quien desea batutar la relación con Cataluña. «Cualquier cosa me llamas a mí», le dijo hace meses el líder socialista a Duran como diálogo permanente al respecto. En el entorno del secretario general reconocen su preocupación por el conflicto y las veleidades separatistas del PSC. «Un socio siempre díscolo», en palabras de dirigentes de Ferraz.
Tanto en Moncloa como en la sede del PSOE valoran «la centralidad y vocación de pacto de Unió». Según fuentes de ambos partidos, Duran les trasladó su apoyo a una reforma constitucional que incorpore una disposición adicional sobre la especificidad de Cataluña. Es la base de los textos elaborados en su día por uno de los padres de la Carta Magna, Miguel Roca, y el magistrado y ex presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Rubio Llorente. Los democristianos avalan esta reforma, si bien detectan falta de concreción en el federalismo invocado por Pedro Sánchez, y mucho inmovilismo en las filas del PP. La anunciada reforma de la Contitución, sobre la que Mariano Rajoy llevó delantera, es ahora relentizada hasta la próxima Legislatura. «No podemos parecer títeres de los secesionistas», admiten en el Gobierno y el PP, que sitúan cualquier movimiento en la próxima Legislatura y con exigencias de un amplio consenso. «Qué Pedro Sánchez se aclare y concrete lo que pide», añaden sin olvidar la estricta vigilancia a la que está sometido por parte de la presidenta andaluza, Susana Díaz, contraria a cualquier privilegio hacia Cataluña.
En los dos encuentros, Duran expuso a Rajoy y Sánchez su visión del escenario catalán tras el 27-S.
Todas las encuestas pronostican una bajada del independentismo y una ofensiva callejera a la desesperada de Artur Mas. La clave radica en el índice de participación, que si alcanza un setenta por ciento con movilización del área metropolitana de Barcelona y la llamada Cataluña interior puede ser un batacazo para los independentistas. En opinión de Durán, tras el 27-S, sólo hay dos salidas: sentarse a hablar y arbitrar una consulta legal que zanje el conflicto. El Gobierno no contempla de momento tal escenario, mientras los socialistas son más flexibles: «Tarde o temprano esto habrá que hacerlo», opinan en Ferraz. No obstante, todo está abierto hasta después de las elecciones generales el próximo mes de diciembre.
La reunión de Duran con Pedro Sánchez se cerró hace un mes. La de Rajoy, el pasado martes, justo un año después de la que el presidente del Gobierno mantuvo con Artur Mas, el 30 de julio de 2014, y que mostró un total alejamiento entre ambos.
Con este encuentro, también en Moncloa, Mariano Rajoy ha marcado diferencias, incluso en su sintonía personal con Duran, que siempre ha sido muy buena desde hace años, pues son dos de los diputados más veteranos desde la transición.
Otro experto parlamentario y ahora presidente del Congreso, Jesús Posada, con muchos años de mili a sus espaldas, se lo decía con ironía: «Eres el eterno hombre puente». A lo que Duran replicó con sorna: «Y procuro que no me rebase el agua».
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