Elecciones catalanas
El 155 se volverá a activar si la Generalitat impulsa otra DUI
Rajoy ya ha advertido de que podría volver a aplicarse si un Ejecutivo independentista insiste en la vía hacia la ruptura.
Rajoy ya ha advertido de que podría volver a aplicarse si un Ejecutivo independentista insiste en la vía hacia la ruptura.
El arranque para la celebración de estas elecciones en Cataluña fue el tan nombrado artículo 155 de la Constitución que el Gobierno activó para frenar la declaración unilateral de independencia (DUI) aprobada por el Parlament el pasado 27 de octubre, y seguirá siendo protagonista hasta que haya nuevos representantes en la comunidad autónoma. Aunque podría seguir en primera línea si un nuevo Govern reeditara el desafío.
Tras los comicios recién celebrados, pese a la victoria de Ciudadanos, el bloque secesionista puede repetir jugada y retar otra vez al Estado. La aritmética se lo permitiría. En ese caso, el Ejecutivo de Mariano Rajoy tendría que seguir sosteniendo su alianza con el PSOE y con Ciudadanos para reactivar el artículo 155 y la intervención de la Generalitat.
Ahora bien, una vez exista un nuevo Gobierno en Cataluña, el artículo 155 dejará de tener efecto, pues ése es el final de su recorrido. Pero Rajoy ha lanzado un claro aviso a los «gobernantes de ahora y del futuro» de Cataluña al señalar que «España es una nación que tiene instrumentos para defenderse cuando alguien actúa contra ella. Ahora sabemos lo que es el artículo 155». El presidente fue muy claro: «La ley se cumple. Todos estamos bajo el imperio de la ley. Los gobernantes del futuro también lo saben», advirtió el presidente el miércoles a los próximos dirigentes de la Generalitat en caso de que opten por seguir la vía unilateral para proclamar la independencia.
En principio, en Moncloa descartan que pueda haber problemas que afecten al consenso básico que une a los tres partidos constitucionalistas para aplicar el 155 otra vez si fuera necesario.
Hasta hace sólo unos meses nadie sabía de la existencia de ese artículo de la Constitución, que cobró un inusitado protagonismo cuando se reveló como la solución para frenar el desafío rupturista que, desde Cataluña, cobraba una fuerza nunca vista. La «desconexión» para culminar el «procés» seguía todos los pasos marcados por los independentistas y nada ni nadie parecía capaz de frenar un camino sin vuelta atrás. Pero el ordenamiento constitucional establece con claridad qué hacer ante un escenario inédito hasta ese momento, y el 155 se convirtió a partir de entonces en el gran protagonista.
Su activación pasó por diferentes fases. El pasado verano, el Gobierno se resistía a ponerlo en marcha. En octubre, el día después del referéndum independentista del 1-O, el artículo 155 de la Carta Magna vuelve a ponerse sobre la mesa. El Ejecutivo comienza a estudiar cuáles son las vías para hacer frente a la declaración de independencia y, para ello, el presidente del Gobierno cita por separado al líder del PSOE, Pedro Sánchez, y al de Ciudadanos, Albert Rivera. Mientras el primero aboga por la negociación, el segundo insiste –desde el principio lo ha pedido con vehemencia– en aplicar el 155.
El 7 de octubre, la perspectiva del Gobierno empieza a cambiar. El presidente ya no descarta aplicarlo pero «a su tiempo». El portavoz del Govern, por su parte, recuerda que si Rajoy pone en marcha el artículo 155 no les quedará más remedio que seguir la «hoja de ruta» hacia la secesión. Cuatro días después, Rajoy envía un requerimiento a Carles Puigdemont, lo que ya supone un paso previo a la aplicación del 155, que finalmente será un hecho cuando el Senado dé vía libre a su ejecución horas después de que el Parlamento de Cataluña apruebe la DUI con los 70 votos a favor de los rupturistas, 2 en blanco, 10 votos en contra, y con los 53 parlamentarios opositores fuera de la Cámara.
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