El Banco Mundial exige a los directivos que no le «avergüencen» con sus negocios

La nominación de José Manuel Soria para ocupar un puesto de director ejecutivo en el Banco Mundial ha levantado una enorme polvareda que choca frontalmente con la tranquilidad que suele rodear a la institución. Pese a las explicaciones dadas desde el Gobierno para justificar la candidatura del ex ministro de Industria, su idoneidad parece estar muy alejada del código ético que propugna el Banco Mundial.

En un documento colgado en su página web, el organismo señala que su «éxito en la lucha contra la pobreza y en hacer posible que otros se ayuden a sí mismos depende de nuestra habilidad para defender y promover únicamente los más altos estándares éticos». Condición contraria a la mostrada por Soria, que se vio obligado a renunciar a sus cargos de ministro y de diputado por su conexión con varias empresas ubicadas en paraísos fiscales y que salió a la luz en los denominados «papeles de Panamá».

Corrupción

En el código ético, el Banco Mundial muestra su preocupación por los casos de corrupción en los países presentes en la institución, así como por su impacto negativo en su trabajo. Con todo, señala que su «compromiso con la ética se extiende mucho más allá de los casos de corrupción». En este sentido, aunque la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha defendido que Soria «no dimitió por corrupción», el reglamento de conducta del Banco Mundial apunta a que la mera sospecha de cualquier comportamiento reprochable va en contra de los principios del organismo.

«Nuestro compromiso en luchar contra la pobreza con pasión y en ayudar a las personas requiere de excelencia institucional. Nuestra conducta debe estar inspirada por los estándares éticos más elevados». Es más, señala que «se debe evitar incluso la apariencia de inconveniencia en todas nuestras decisiones y actos». Así, el código ético apunta a que «el Banco Mundial, sus responsables y sus empleados comparten la responsabilidad de mantener a la organización libre de cualquier vergüenza derivada de conflictos de intereses, ya sean reales o aparentes».

La institución dedica un apartado entero de su código ético a analizar los problemas relacionados con asuntos financieros. Apunta que «es vital» que estos temas «permanezcan más allá de cualquier reproche». Por ello, emplaza a sus responsables y empleados a «revelar cualquier negocio personal o interés financiero que pueda reflejarse de forma negativa o causar vergüenza al Banco Mundial». Además, extiende este compromiso a los familiares más directos de los empleados del organismo. Cabe recordar que además del propio Soria, tanto el hermano como el padre del ex ministro de Industria aparecían vinculados con varias empresas «offshore» señaladas en los «papeles de Panamá» y radicadas en paraísos fiscales como Bahamas o Jersey.