Barcelona
El Gobierno dice a Puigdemont que «hablará con quien quiera» en Cataluña
Bermúdez: «Estaría bueno que el Estado no pudiera tener los interlocutores que considere».
Bermúdez: «Estaría bueno que el Estado no pudiera tener los interlocutores que considere».
El secretario de Estado para Administraciones Territoriales, Roberto Bermúdez de Castro, dijo ayer que «estaría bueno» que el Estado no pudiera tener contactos «con quien considere oportuno» en Cataluña después de que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, acusara al Gobierno de flirtear «con los confines de las costuras democráticas» haciendo alusiones a sus- pender la autonomía y a contactos con otros actores de la sociedad catalana más allá de la Generalitat que, según publicó en su edición de ayer LA RAZÓN, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría va a poner en marcha la próxima semana.
Bermúdez fue más allá y, en declaraciones realizadas en los pasillos del Senado y recogidas por Servimedia, dijo con rotundidad que «estaría bueno que el Gobierno de España no pudiera hablar con quien considere oportuno». Para el número dos de Sáenz de Santamaría, «Puigdemont, en este fin de andadura hacia ninguna parte que está llevando últimamente, está haciendo declaraciones que no conducen a nada». El secretario de Estado cree que el presidente de la Generalitat «debería buscar el acuerdo, la concordia y la normalidad democrática» en vez de hacer ese tipo de manifestaciones. «Pienso que con esas declaraciones no va a conseguirlo», comentó Bermúdez de Castro. «Esto tiene un fin, cuando sepan claramente que el referéndum no se va a celebrar, y espero que la normalidad de una manera democrática vuelva a Cataluña».
Sin embargo, Puigdemont insiste en que el referéndum sí que se va a celebrar y también en sus apelaciones al diálogo. Al presidente de la Generalitat no le ha sentado bien la decisión del Gobierno de entablar contactos con actores políticos, sociales y económicos catalanes distintos a la Generalitat, ya que, en su opinión, el Ejecutivo «incumple la Constitución» al buscar otros interlocutores «al margen» de la Generalitat. Denunció, asimismo, el «flirteo constante» del Estado en los «confines de las costuras democráticas» en alusión a las advertencias de algunos dirigentes sobre la aplicación de artículos constitucionales como el 155.
Sea como fuere, Puigdemont aprovechó el acto para reiterar su firme compromiso con la celebración del referéndum soberanista. Aseguró en este sentido que ni la oposición del Gobierno ni las decisiones del Tribunal Constitucional serán impedimento para llevar a cabo una votación, que, subrayó, «se hará con todas las garantías».
De hecho, el presidente catalán aseguró en una comida-coloquio organizada por el diario «Avui El Punt» que el referéndum «tendrá una pregunta clara y una respuesta binaria, también clara». Puigdemont está convencido de que no habrá dificultades en consensuar el enunciado de la pregunta, aunque la diputada de la CUP Anna Gabriel, con quien compartió el coloquio ayer en Barcelona, desveló una de las tensiones existentes. «Seguramente discutiremos sobre si hay que hablar de Estado o de República», dijo. Sobre la fecha, cada vez hay menos dudas de que será en septiembre y no antes del verano.
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