El desafío independentista
El Govern perfila el 1 de octubre como fecha del referéndum
Puigdemont dará oficialidad al calendario después de su conferencia en Madrid.
Puigdemont dará oficialidad al calendario después de su conferencia en Madrid.
Los estrategas del proceso soberanista en Cataluña continúan dando vueltas al calendario para situar el referéndum de autodeterminación. El Govern y la CUP se comprometieron por escrito a celebrar la votación en la segunda quincena de septiembre, pero en los últimos días la fecha del 1 de octubre ha ganado enteros puesto que el domingo anterior (24-S) coincide con las fiestas patronales de Barcelona y el otro (18-S) apretaría demasiado los tiempos para poner en marcha la campaña del referéndum, debido a la proximidad de las vacaciones del mes de agosto.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, no obstante, se resiste todavía a concretar la fecha, ya que, antes, quiere protagonizar la conferencia en Madrid del 22 de mayo para lanzar su última oferta de acuerdo al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Aunque es muy conocido el rechazo de Rajoy, Puigdemont quiere una última negativa para poner en marcha el desarrollo unilateral del referéndum. «El Govern quiere conocer la respuesta del Estado antes de dar el siguiente paso. Actuaremos con voluntad de dialogar y de hablar porque entendemos que el acuerdo es posible», confirmó ayer la portavoz de la Generalitat, Neus Munté.
Puigdemont tiene previsto acudir a Madrid el próximo lunes junto al vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, y el conseller de Exteriores, Raül Romeva. Previsiblemente, el auditorio que empleará –una de las estancias del Palacio de Cibeles– estará compuesto por dirigentes de las fuerzas nacionalistas de toda España y con la única presencia confirmada del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, como líder nacional. No habrá, por tanto, rostros de PP ni de PSOE ni de Ciudadanos.
La conferencia del próximo lunes se producirá después de que el denominado Pacto Nacional del Referéndum haga públicas este viernes las más de 400.000 firmas ciudadanas que ha reunido en defensa de una autodeterminación acordada.
La vía unilateral
Con este impulso, Puigdemont tiene decidido activar todos los procedimientos para llegar hasta el final con el referéndum. La fecha y la pregunta no tardarán demasiadas semanas en conocerse y no serán objeto de gran polémica con la CUP, puesto que las sugerencias lanzadas han permitido comprobar la proximidad de las posturas.
Lo verdaderamente complicado será la ejecución final de la votación, puesto que el Gobierno está firmemente determinado a impedir el proceso electoral. «Esta vez no nos vale una respuesta como la del 9-N», insisten en privado los dirigentes del PP, una y otra vez.
Rajoy, no obstante, quiere ser fiel al principio de proporcionalidad para no alimentar la tensión en Cataluña. El equipo del presidente estudia desde hace semanas cómo dar esa respuesta y qué artículos de la Constitución son más convenientes invocar para frenar el proceso.
La CUP, por su parte, alienta la desobediencia todas las semanas y exige no temblar con el argumento de que el referéndum sólo es posible desbordando la legalidad. La órbita de Podemos se opone a una votación unilateral sin ningún tipo de aval nacional ni internacional.
Así las cosas, el bloque soberanista afrontará en soledad los preparativos de la votación, que el Govern está elaborando con enorme secretismo. No se sabe nada de los colegios electorales, de los funcionarios que participarán en el proceso ni del papel que tendrán los Mossos.
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