Bruselas

El «oportunismo político» de Cs acerca a PSOE y PP

Iceta, ayer, durante un acto de la precampaña electoral en una frutería en el Mercado de Guineueta en Barcelona
Iceta, ayer, durante un acto de la precampaña electoral en una frutería en el Mercado de Guineueta en Barcelonalarazon

El bloqueo es una opción más que posible, pero ante esa situación el líder del PSC gana como salida «in extremis». El PP ve remota la presidencia de Arrimadas

Las elecciones del 21-D en Cataluña son la madre de todos los retos para cualquier politólogo. Tanto por el contexto social como político. Unos comicios sin precedentes y que por el cruce de encuestas empiezan a asentar en los partidos la preocupación respecto a que de esas elecciones no salga un reparto de escaños que permita formar gobierno. Y que Cataluña, en consecuencia, se instale en una situación de bloqueo político como la que se vivió a nivel nacional tras las generales de 2015 porque haya prácticamente un empate de bloques y nadie ceda para permitir que se ponga en marcha la Generalitat.

La clave de la noche electoral estará en el recuento de votos y escaños, para ver quién suma más, si el lado constitucionalista o el independentismo. Pero esta referencia no prejuzga lo que puede acabar sucediendo. Tan decisivo como esto, o más, será la diferencia de escaños entre la candidata de Ciudadanos (Cs), Inés Arrimadas, y el líder socialista, Miquel Iceta.

Aunque Arrimadas parta como líder de la oposición, y pueda ser la más votada dentro del bloque constitucionalista, las posibilidades de que concite apoyos para ser presidenta de la Generalitat son más que remotas. Los discursos oficiales van por un lado, pero la realidad es que no sólo en el PSOE, sino también en el PP, prefieren otra opción como salida a la crisis independentista.

Arrimadas podría hacer saltar por los aires estos recelos si obtuviera un muy buen resultado electoral y la suma de los partidos constitucionalistas fuera suficiente como para llegar a la Generalitat. Pero ésta es una posibilidad que ni Génova ni Ferraz barajan en estos momentos. Y así, aunque nadie vaya a desvelar sus cartas en estos momentos, a la dirección socialista lo último que se le pasa por la cabeza es la posibilidad de convertir a la candidata de Cs en presidenta de la Generalitat. Y en el PP piensan exactamente lo mismo y lo que desean es que en el escenario se crucen otras variables que permitan dar salida a la crisis catalana sin que Arrimadas se quede al frente del nuevo Gobierno. «No tiene experiencia de gestión. Hay una crisis grave y hace falta otro perfil», aseguran fuentes populares. Cs está rentabilizando muy bien su discurso político, y con su estrategia incluso está consiguiendo patrimonializar dentro del voto constitucionalista la aplicación del artículo 155 de la Carta Magna. Ahí juega con ventaja. Pero al mismo tiempo su tacticismo está uniendo a socialistas y populares en la crítica a su «deslealtad» y «oportunismo político». El malestar en estos dos partidos es idéntico. Es verdad que la competencia electoral es determinante, pero en el trasfondo en Ferraz y en Génova comparten, además, una total falta de confianza en el líder de Cs, Albert Rivera. Ayer, tanto el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en «Los desayunos» de TVE, como Iceta coincidieron en asumir el compromiso de que no investirán a Arrimadas como presidenta de la Generalitat. Sánchez fue categórico.: los socialistas no van a hacer presidente de Cataluña a un candidato independentista «ni a uno de derechas», es decir, del PP o de su «media naranja», refiriéndose a Cs. Es un hecho que todos los partidos asumen compromisos y rechazan escenarios postelectorales durante la campaña que luego se ven obligados a rectificar en función de la realidad de las urnas. Pero en la medida en que haya otras alternativas trasversales, éstas tienen muchas más posibilidades de salir adelante que el Gobierno de Arrimadas. Sánchez e Iceta también rechazaron ayer la posibilidad de investir a un presidente independentista. Otra declaración teórica, pero que recoloca en el tablero político la hipótesis de la carambola de la «vía Iceta», como solución de consenso.

La candidata de Cs respondió a las declaraciones de Sánchez y de Iceta con la advertencia de que pedirá apoyo al PSOE para formar gobierno tras las elecciones catalanas del 21 de diciembre «si los números dan». «La situación en Cataluña es muy grave y yo les aseguro que si los números dan para hacer un Gobierno alternativo, pediré apoyo al PSOE. Espero que tomen una buena decisión al respecto», aseguró en Bruselas. A juicio de Arrimadas, el PSOE tendría «difícil» explicar a sus votantes en Cataluña y al resto de españoles «que prefieren seguir alargando el “procés” y apoyando a partidos separatistas antes que apoyar a un partido de centro y limpio». ERC también certificó que su única coincidencia con el PSC es que «no investiremos a Arrimadas».