Elecciones catalanas
El PP suma ya el 32,1% de los votos mientras los emergentes retroceden
Encuesta NC Report a tres meses de las generales. Con el 32,1% de los votos, Rajoy sería el más votado y Sánchez segundo, con el 24,9%. Podemos y Ciudadanos retroceden y se sitúan en niveles de hace meses
Encuesta NC Report a tres meses de las generales. Con el 32,1% de los votos, Rajoy sería el más votado y Sánchez segundo, con el 24,9%. Podemos y Ciudadanos retroceden y se sitúan en niveles de hace meses
Arranca el curso político y los partidos comienzan a engrasar la maquinaria electoral para afrontar la recta final hacia los comicios de diciembre. A tres meses de las generales, la encuesta de NC Report para LA RAZÓN evidencia que, pese al desgaste, las reformas del Gobierno surten efecto y volverían a llevar al PP a La Moncloa. La formación de Mariano Rajoy sería, si hoy se celebrasen elecciones, el partido más votado con el 32,1% de los votos. Más de 7,72 millones de españoles volverían a confiar el gobierno de España al actual Ejecutivo, un 61,8% de los que ya lo hicieron en 2011.
Con este resultado, el PP supera la barrera psicológica del 32% y encadena ocho meses de subida consecutivos, en los que ha recuperado 3,5 puntos en intención de voto, respecto a diciembre de 2014. El partido de Mariano Rajoy sigue por delante del PSOE –a 7,2 puntos–, ampliando en cuatro décimas, en sólo dos meses, su ventaja respecto a la formación de Pedro Sánchez.
Con el 32,1% de los votos, el PP sube un punto respecto a la encuesta de junio, un buen dato que no evita que pierda la mayoría absoluta que logró en 2011, que le haría pasar de 186 a entre 138 y 141 parlamentarios. A pesar de contar con un electorado fiel, el PP acusa la fuga de apoyos: es la abstención el principal destino (18,6%) junto a Ciudadanos (12,1%). Por sectores generacionales, el PP es la primera opción para los rangos de mayor edad, entre 45 y 64 años (24%) y los mayores de 65 años (32,9%).
Con un 24,9% de los votos el partido de Pedro Sánchez resiste como segunda fuerza, aunque no acaba de despuntar, y necesitará fiar sus posibilidades de gobierno a la estrategia de pactos. A pesar de experimentar una ligera mejoría, de cinco décimas con respecto al barómetro de junio, la formación no consigue recortar la distancia que le separa del PP para hacerse con el poder. Este pequeño impulso sí permite a los socialistas ampliar, en casi un punto, la distancia que les separa de Podemos, por lo que con 12,8 puntos de diferencia ya no ven peligrar su hegemonía como primera fuerza de la izquierda.
Sánchez mantendría el 67,3% de los votantes que confiaron en Rubalcaba en 2011, pero sufre una acusada fuga del electorado hacia Podemos –13,2%– y hacia la abstención –9,7%–. Atendiendo a los criterios generacionales, el PSOE se convierte en la opción preferente para los sectores más jóvenes de la población. Se consolida como el primer partido para los españoles de entre 30 y 44 años (15,9%) y empata con Podemos entre los votantes de hasta 29 años (12,4%).
El «efecto Podemos» se mitiga y la formación de Pablo Iglesias acusa los primeros meses de gobierno de sus ejecutivos regionales y la inestabilidad del populismo griego. A pesar de experimentar un ligero repunte en junio, el partido morado vuelve en agosto a niveles de hace tres meses, cediendo cuatro décimas. Con un 12,1% de los sufragios se consolidaría como tercera fuerza.
Aunque no marca sus mejores datos, este resultado le valdría a la formación emergente hasta 32 parlamentarios en el Congreso de los Diputados. De los 2,9 millones de españoles que confiarían en Iglesias como jefe del Ejecutivo, un 31,7% proviene de ex votantes del PSOE, un 23,5% de ex votantes de IU y un 23,4% se estrenaría en el derecho al sufragio. Por rangos generacionales, Podemos no logra imponerse en ninguno, pues comparte la primera opción con el PSOE sólo entre los más jóvenes. Los postulados del populismo español calan en el electorado de forma inversamente proporcional a la edad, por lo que son la última opción para los mayores de 65 años (3,9%).
Ciudadanos se mantiene como la cuarta fuerza con un 10,4% de los votos, pero experimenta uno de los descensos más acusados –de 1,4 puntos– respecto al barómetro anterior. Con estos datos, se coloca a niveles de marzo y obtendría una representación parlamentaria de hasta 23 diputados. Los algo más de 2,5 millones de votos que obtendrían si hoy se celebrasen elecciones provienen en su mayoría de ex votantes del PP (52,5%), de UPyD (19,3%) y del PSOE (11,5%). El discurso de Albert Rivera no triunfa entre ningún sector generacional, aunque se impone al de Podemos en los de mayor edad.
En cuanto a los partidos minoritarios, que podrán ser vitales en la formación de alianzas, la foto fija de junio se mantiene. Izquierda Unida logra frenar la sangría de votos y conserva el 4,4% que marcó hace dos meses, a pesar de que esto suponga ceder hasta siete escaños en el Congreso de los Diputados. UPyD tampoco logra salir de la irrelevancia y puede quedarse sin representación parlamentaria, pues el 1% de los votos que obtendrían podría no traducirse ni siquiera en un diputado. La división de CiU no reporta réditos electorales a las escindidas CDC y UDC. Si hoy se celebraran comicios, CDC lograría un 2,3% y Unió un 0,9%. Los 16 escaños de CiU en el actual Congreso de los Diputados pasarían a ser 11/13 y se repartirían del siguiente modo: CDC lograría 8/9 y UDC 3/4. PNV se mantiene imperturbable con el 1,3% de votos que obtuvo en 2011. Compromís sube 235.000 votos y lograría hasta dos escaños con el 1,5% de los sufragios. ERC también subiría y pasaría de 3 a hasta 8 escaños. Amaiur bajaría de 7 a 5. FAC y Geroa Bai lograrían un escaño cada uno, es decir, seguirían con la misma presencia en el Congreso.
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