Constitución
El PSOE baraja abrir la consulta sobre los pactos a los simpatizantes
Por una aportación de dos euros y una declaración de principios podrán dar su opinión sobre los acuerdos de Sánchez.. Para evitar el intrusismo, el partido exige que quienes voten estén inscritos en el censo con una antigüedad de seis meses.
Por una aportación de dos euros y una declaración de principios podrán dar su opinión sobre los acuerdos de Sánchez. Para evitar el intrusismo, el partido exige que quienes voten estén inscritos en el censo con una antigüedad de seis meses.
Firmar un «compromiso y/o declaración de principios y valores socialistas» y realizar una «aportación mínima simbólica de 2 euros» podría ser requisito suficiente para elegir el sentido de los pactos que rubrique el PSOE para llevar a su secretario general, Pedro Sánchez, a la Moncloa. La decisión no está tomada aún –según indican a este diario fuentes del partido–, pues el proceso de regulación de la consulta se encuentra todavía en estado embrionario y no se desarrollará en su totalidad hasta que se alcance un pacto concreto que elevar a las bases, pero no se descarta que además de los militantes también los simpatizantes tengan voz en el proceso. Así lo han solicitado algunos dirigentes territoriales como el presidente valenciano, Ximo Puig, que tomando la fórmula utilizada por el SPD –socialistas alemanes– pidió que se ampliara también a los simpatizantes.
La decisión del líder del PSOE de promover una consulta se tomó estéticamente bajo la premisa de abrir a los militantes las decisiones del partido, del mismo modo que se hizo en las primarias de 2014 para elegir a Sánchez secretario general. Este proceso de elección interna será el espejo en el que se mirará el referéndum entre las bases, según declararon fuentes de Ferraz. Entonces, sólo votaron los afiliados, pero el partido no ha dejado de hacer gestos en los últimos tiempos a los que considera «independientes», esto es, socialistas de ideología pero sin carné, a los que el partido tuvo en cuenta, por ejemplo, para elegir por primarias abiertas a algunos de sus candidatos a las elecciones autonómicas. Este patrón de las primarias abiertas es el que permite que los simpatizantes tengan voz en el proceso. Esta figura surge tras la experiencia de los últimos años en los que el PSOE confirma que existe un importante número de personas que se identifica ideológicamente con el proyecto socialista, aunque no milita en el partido, pero que sí están registrados en un censo. Una cuota considerable si tenemos en cuenta que el PSOE obtuvo 5,5 millones de votos en las pasadas elecciones, pero sólo atesora algo más de 190.000 militantes inscritos. Entre los derechos de los denominados simpatizantes está el de «ser consultados en las elecciones internas que se realicen por el procedimiento de primarias», según indica el PSOE.
Si acudimos al reglamento de primarias del partido, en su artículo 54 «Requisitos de inscripción y participación» se precisa que «las personas que se inscriban deberán firmar un compromiso y/o declaración de principios y valores progresistas, así como su aceptación para la recogida y uso de sus datos personales» para recibir información de actividades, reuniones, etc. También es requisito indispensable para participar en el proceso «el pago de una aportación mínima simbólica de 2 euros». Cumplimentadas estas dos condiciones, cualquier ciudadano podría participar en la consulta que elevará el PSOE, en caso de que se consulte a los simpatizantes. No obstante, y para evitar cualquier intrusismo interesado, los estatutos del partido van más allá y exigen «cumplir la condición necesaria de tener una antigüedad de seis meses de pertenencia al partido» cuando se cierre el censo para la consulta.
Sin embargo, no toda la intencionalidad reside en empoderar a los afiliados, sino que se trata más bien de una maniobra de la dirección para burlar la acuciante presión de los territorios sobre las negociaciones que está llevando a cabo el partido. Ningún barón ha criticado públicamente la convocatoria de la consulta, pero en privado reconocen su descontento con «las formas» con las que se ha convocado. «No puede ser que nos enterásemos así, en el discurso ante el Comité Federal», lamenta un barón. La decisión del líder socialista no es baladí, ya que consultar a las bases por encima de los cuadros del partido supone cambiar el sistema por el que se rige el PSOE, desde la democracia directa representada en sus dirigentes, hacia una fórmula asamblearia más propia de Podemos o de los antisistema de la CUP. «Hay decisiones que cambian el modelo de partido y que se deben tomar con más tranquilidad y con un debate previo», considera un dirigente, que lamenta que no se le haya consultado antes de anunciarlo.
Existe una resignación generalizada ante la forma de actuar de Sánchez y de Luena. «Hay cuestiones orgánicas que gustan más o menos, pero van a hacer lo que quieran. Pedro tiene mayoría en la Ejecutiva, que es la encargada de aprobar la decisión», apunta otro. A pesar del descontento, todos coinciden en que «lo importante es el pacto al que se pueda llegar» y, hoy por hoy, las opciones del líder socialista de articular una mayoría se han visto reducidas tras el veto de Podemos y la negativa del PP a abstenerse. «Él se va a hacer responsable del pacto ante las bases y las bases responsables de la gobernabilidad», señala un barón territorial, que prefiere quedarse en un segundo plano. «En plenas negociaciones no podemos armar lío», ataja.
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