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El PSOE ha perdido 500 militantes al mes desde la llegada de Sánchez
La baja participación amenaza el éxito de la consulta que hoy debe avalar el pacto con C’s
La baja participación y el «boicot» de los barones amenaza el éxito de la consulta sobre el pacto con Ciudadanos
Los 18 meses que lleva Pedro Sánchez al frente de la Secretaría General del PSOE no han servido para frenar la sangría de militantes que encadena el partido en los últimos años. Según los últimos datos facilitados por los socialistas, con motivo de la consulta a la militancia que se celebra hoy sobre los pactos de gobierno, el PSOE posee 189.167 afiliados. Esta cifra representa un descenso de 8.956 militantes respecto al censo de las primarias de 2014 en las que Sánchez fue elegido para liderar el partido, entonces tenían derecho a voto 198.123 personas. Lo que supone, a su vez, que el partido ha perdido 500 militantes al mes desde que el candidato socialista asumió las riendas del partido.
El desencadenante de la fuga de militantes no puede achacársele a Sánchez, ni mucho menos, porque el germen de la desafección socialista surgió tras la crisis económica y el ocaso del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Una situación a la que Alfredo Pérez Rubalcaba fue incapaz de poner freno, ya que durante su etapa al frente de la Secretaría General socialista se produjo la pérdida más acusada, casi 20.000. La renovación y el impulso de Sánchez tampoco han servido para revertir la situación, si bien sólo han mitigado el ritmo del descenso de las filas socialistas, que en los últimos ocho años ha sido de 48.000 militantes aproximadamente.
Y es precisamente de la militancia de la que depende el éxito de una consulta que amenaza con ser un fiasco en cuanto a la participación. La movilización desde los territorios ha sido escasa y ni siquiera la Ejecutiva federal de Sánchez se ha lanzado a hacer campaña hasta ayer. «Hemos hecho lo que nos ha pedido Ferraz, simplemente informar», destaca una federación no afín al líder socialista. Quienes más se han movido a nivel territorial han sido los que defienden el «no» al pacto rubricado por Sánchez con Albert Rivera, porque persigue la supresión de las diputaciones provinciales.
Además, existen ciertos recelos respecto a una consulta cuyo trasfondo se antoja insuficiente para llevar a Sánchez a La Moncloa y en la que la ambigüedad de la pregunta supone más bien un cheque en blanco al margen de maniobra del secretario general en los meses sucesivos de negociaciones. En Ferraz existe preocupación por la escasa participación que lleve aparejado el referéndum, que quedará lejos del 66% que se implicó en la elección de Sánchez en las primarias de 2014. Poca participación implicaría un nulo respaldo al candidato en sus contactos de investidura y ni que decir tiene que si el resultado es mayoritariamente contrario al pacto se abriría un nuevo cisma en el partido, ante la imposibilidad de Sánchez de concurrir con la única alianza que ha sido capaz de forjar a su pleno de investidura.
En este sentido, cabe destacar que el peso de la militancia que votará el pacto recae en Andalucía. La federación más numerosa de los socialistas fue la artífice de que Sánchez llegara a Ferraz y puede empezar ahora a apuntalar su salida. El 25% de los afiliados socialistas militan en el feudo andaluz, contrario en su mayoría a la supresión de las diputaciones. La segunda federación en numero de afiliados es Cataluña, además de los partidarios de Chacón y los de Iceta, el PSC se divide entre quienes defienden o no una consulta sobre el derecho a decidir, un referéndum que no tiene cabida en el pacto rubricado con Ciudadanos.
En último lugar hay que tener en cuenta que la consulta a la militancia fue concebida por Ferraz para avalar los pactos con Podemos –por encima de los barones, contrarios a los mismos–, apoyándose en una militancia cuya tendencia ideológica está más a la izquierda que la de sus dirigentes. Pactar con Ciudadanos no ha sido nunca conceptuado como un escollo para los territorios, aunque no así para las bases que escucharon durante toda la campaña como su líder identificaba al partido de Albert Rivera como las Nuevas Generaciones del PP.
La consulta de los pactos entre la militancia se fijó el sábado 27 de febrero para que no coincidiera con el Día de Andalucía (28-F), sin embargo, los actos de conmemoración del territorio tendrán mucha presencia durante el fin de semana y desincentivarán la participación de los militantes andaluces en la votación. Tanto el sábado como el domingo están plagados de actos, que tendrán su centro neurálgico en Sevilla. Hoy, Susana Díaz reúne a la plana mayor de su partido y mañana celebrará un acto en el Parlamento andaluz. Por tanto, aquellos dirigentes que sean de agrupaciones distintas a las de la capital hispalense tendrán que hacer malabares para trasladarse desde Sevilla a sus ciudades para poder votar el sábado por la tarde y volver el domingo de nuevo a Sevilla. Eso, no obstante, los que no hayan solicitado el voto telemático. La mayoría.
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