Cristina Narbona
CIS: Sánchez lanza al PSOE y se queda a sólo cuatro puntos de Rajoy
El PP ganaría las elecciones (28,8%), pero cae por noveno mes consecutivo. Los socialistas suben cinco puntos (24,9) y Podemos y Cs se mantienen
El PP ganaría las elecciones (28,8%), pero cae por noveno mes consecutivo. Los socialistas suben cinco puntos (24,9) y Podemos y Cs se mantienen.
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), correspondiente al mes de julio, ha colmado las aspiraciones de Ferraz. El «efecto Sánchez», esto es, la vuelta del líder socialista a la dirección del PSOE, ha tenido un impacto muy positivo en las expectativas electorales de la formación, que se dispara cinco puntos y obtendría el 24,9% de los votos si hoy se celebrasen elecciones, mejorando el 22,7% del 26-J. Este crecimiento viene reforzado además por la paulatina caída del PP, que retrocede casi tres puntos hasta el 28,8 por ciento de los apoyos, lo que permite a los socialistas recortar ocho puntos al partido de Mariano Rajoy en sólo tres meses: de los 11,9 de abril hasta los 3,9 puntos de julio.
La consolidación del PSOE como alternativa al Gobierno no sólo se produce por el acortamiento de distancias respecto al Gobierno, sino porque también consigue alejarse de Unidos Podemos, a quienes aventaja en 4,6 puntos después de firmar un empate técnico en abril. El temido «sorpasso» parece ya historia. Los de Pablo Iglesias obtendrían hoy el 20,3% de los votos, pero no han sabido aprovechar la crisis del PSOE y apenas rentabilizan la moción de censura a Mariano Rajoy. Aunque rectifican en parte el varapalo de abril, cuando cayeron al 19,9% del voto, siguen por debajo de sus resultados del 26-J (21,1%). El repunte socialista, sumado a un crecimiento de seis décimas de los morados, hace que el frente de izquierdas (PSOE-Unidos Podemos) se imponga con un 45,2% de los apoyos sobre el tándem de PP y Ciudadanos (43,3%). Lo que manda un claro mensaje al electorado de centro, azuzando el miedo a la pinza Sánchez-Iglesias. Ciudadanos (14,5%) tampoco da oxígeno a la posible coalición por la derecha, pues pierde cuatro décimas, aunque sigue por encima de sus resultados del 26-J (13%).
Octubre de 2016 señala el punto de inflexión para el bipartidismo. Mientras el PP marca su mejor dato (34,5%) y encadena, desde entonces, nueve meses de caída consecutiva, los socialistas rompieron su suelo histórico (17%), tras el traumático Comité Federal que forzó la salida de Pedro Sánchez, y han ido recuperándose, a un ritmo más sostenido con la gestora y con un impulso definitivo con la vuelta de su secretario general. Con el 28,8% de los apoyos, el PP se sitúa en niveles de enero de 2016 y con el 24,9% los socialistas igualan datos de julio de 2015. Esto se debe a que los españoles siguen instalados en la tradición política de la alternancia entre PP y PSOE en La Moncloa y los votos que pierde el partido del Gobierno los recoge el de la oposición. Lo que demuestra que la estrategia de «podemización» del PSOE no tiene efecto en el electorado decisivo, el de centro, y prueba de ello es que el crecimiento de los socialistas en este barómetro no se produce a costa de los morados, que también suben. Sin embargo, los encuestados sí perciben el viraje ideológico hacia la izquierda que ha experimentado Sánchez y son mayoría los que le sitúan escorado en estos postulados ahora, respecto al periodo de dirección de la gestora. Una relación similar a la que se establece entre el bipartidismo tradicional se da entre los nuevos partidos. Aunque Ciudadanos mantiene unas expectativas electorales más estables, en las últimas encuestas, el crecimiento de los naranjas se traduce en un retroceso de los morados y viceversa.
Algunas de las claves del resurgimiento del PSOE se explican en que ahora sea el primer partido en voto directo y en la relación que se hace entre este voto y la simpatía que sienten los electores por las formaciones políticas. Los socialistas obtienen un 22,2%, seguidos del PP (18,7%), Unidos Podemos (15,7%) y Ciudadanos (10,6%). Además, se imponen los que se reconocen «socialistas» (14,1 por ciento) sobre los que se identifican como «conservadores» (12,8%) y el PSOE ha logrado aumentar su fidelidad de voto del 77,9% al 84,1%. No obstante, no todo es positivo, los españoles califican mayoritariamente como «mala» (36,2%) la actuación política que está teniendo el PSOE en la oposición.
En cuanto a la valoración de líderes, Sánchez también sale victorioso. El nuevo líder del PSOE irrumpe en el ranking con un 3,73 de valoración, esto es, como el más apreciado de los cuatro grandes partidos y cuatro décimas más que en la última encuesta en la que apareció, la de octubre de 2016, cuando obtuvo un 3,35. Sin embargo, sigue lejos del 4,12 que obtuvo el presidente de la gestora, Javier Fernández, en los dos barómetros en los que se calificó su figura. A Sánchez le siguen Albert Rivera (3,58), Pablo Iglesias (2,95) y Mariano Rajoy (2,79). Fuera de los grandes partidos ningún líder aprueba, pero Joan Baldoví (Compromís) es el mejor valorado con un 4,18, seguido de Xavier Domènech (En Comú) con un 3,94 y Alberto Garzón (IU) con un 3,91.
En cuanto al Gobierno, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría continúa siendo la mejor valorada del Ejecutivo por los ciudadanos (3,69) y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, el peor calificado (2,16). A la número dos del Gobierno le siguen la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, (3,19); el portavoz y titular de Educación, Íñigo Méndez de Vigo (3,09); la ministra de Empleo, Fátima Báñez (2,92); la de Defensa, María Dolores de Cospedal (2,86) y el titular de Interior, Juan Ignacio Zoido (2,85). Los ministros reprobados, Catalá (2,42) y Montoro, son los peor valorados.
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