Crisis en el PSC
¿El último adiós de Chacón?
Pasaba de las 11 de la noche. El teléfono de Miquel Iceta, el primer secretario de los socialistas catalanes, sonó. Al otro lado del aparato, Carme Chacón que le comunicaba su renuncia a presentarse como cabeza de lista por Barcelona en las elecciones del 26 de junio. Chacón le dijo a Iceta que abandonaba por «razones personales y políticas», por lo que había hablado con su familia y con el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, el único dirigente socialista que conocía los planes de su ex ministra.
Cuando acabó su conversación con Iceta, que respetó su decisión, Chacón cogió el teléfono y llamó a Pedro Sánchez. El reloj ya marcaba la medianoche. Horas antes, la dirigente socialista había hablado, sin entrar en muchos detalles, con dos diputados catalanes de su máxima confianza: José Zaragoza y Germán Rodríguez. «Estamos todavía en estado de “shock”», afirmaba ayer por la mañana el que fuera el todopoderoso secretario de organización de los socialistas catalanes, Pepe Zaragoza.
Todos respetan la decisión de Carme Chacón, pero no ha dejado de sorprenderles «la espantá». El miércoles, la ex ministra de Zapatero tuvo un día complicado. Su cardiopatía la llevó de médicos habituales y de prueba en prueba. Una llamada de un periodista a última hora de la noche la hizo desvelar sus intenciones y, poco tiempo después, las vio reflejadas en la edición digital, lo que la obligó a acelerar los acontecimientos. A última hora del día los teléfonos ardían.
En las elecciones del 20 de diciembre, Carme Chacón encabezó la lista de Barcelona. Era miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE después de volver a la política española desde su «exilio» de Miami. Tras el congreso de Sevilla que perdió frente a Alfredo Pérez Rubalcaba y, según ella, por el trato que éste le dispensaba en el Congreso marginándola de cualquier actividad política, dimitió y se fue a EE UU a dar clases en una prestigiosa universidad de Florida. «Ella es así», afirman los que la conocen, y ahora «ha vuelto a ser así». O sea, ha dado un portazo.
Su futuro político estaba en el alero. Sus relaciones con Pedro Sánchez eran pésimas. Formales, pero pésimas. Chacón se lo dejó claro a Sánchez cuando éste destituyó a Tomás Gómez al frente de los socialistas madrileños. Sus otrora fantásticas relaciones con Susana Díaz –lejos quedan aquellos días en los que iban juntas a ver el Barça-Betis– se habían ido resquebrajando y algunas fuentes afirman que ahora eran muy frías. La culpa, quizás, hay que buscarla en el acercamiento entre Susana Díaz y Eduardo Madina.
En Cataluña las cosas no iban mejor. También quedan en la lejanía los 25 diputados obtenidos por Chacón en el año 2008 y la victoria conseguida en 2011 en la provincia de Barcelona, cuando el PSOE perdió en toda España, excepto en la Sevilla de Alfonso Guerra. En 2015, los resultados fueron malos. Sólo ocho diputados en Cataluña, cinco en Barcelona. La elaboración de las listas motivó un duro enfrentamiento en el PSC y dejó fuera a Pere Navarro, miembro de la Ejecutiva del PSOE y ex primer secretario socialista. El «toma y daca» dañó las relaciones entre Iceta y Chacón. El correctivo electoral le valió una crítica generalizada en el PSC a su cabeza de lista. Navarro aseguró ayer que se pone a «disposición» del partido para «lo que haga falta».
Chacón se resistió a encabezar la lista el 20-D. Se habían convocado primarias y, ante la resistencia de la candidata, la dirección socialista remitió las papeletas de votación a los militantes para forzarla a dar el paso. Lo dio obligada por la situación, pero exigió hacer su lista. En ese momento, empezaron los problemas. Chacón ganó las primarias porque no tuvo competidor. Ante las elecciones del 26-J sí lo iba a tener. Carles Martí, ex concejal de Barcelona y hombre con ascendencia en la federación de la capital catalana, crítico con su gestión y con su forma de hacer anunció su candidatura. Miquel Iceta, el primer secretario de los socialistas catalanes, no movió un dedo por evitarlo. Tampoco consta que Sánchez lo hiciera. Tampoco Díaz. Ni consta que Chacón la llamara para comunicar su retirada. Con la Federación de Barcelona aupando a Martí y con una dividida federación del Baix Llobregat –su feudo tradicional–, Chacón corría un serio riesgo de perder las primarias. Sería una dolorosa derrota. Antes de sufrirla ha optado por cambiar el paso. Hoy Iceta dará el pistoletazo de salida a las primarias en Barcelona y mantiene discreción sobre su conversación con Chacón. «A ella le corresponde dar las explicaciones que considere», afirmó. De momento, se desconocen los motivos. Se habla incluso de motivos profesionales, como apunta una persona de su entorno, no descartando que vuelva a dar clases al otro lado del charco.
El primer secretario socialista apuesta por una persona de su confianza: Meritxell Batet. Iceta considera que es una «buena candidata y una persona de consenso». En esto coincide con los chaconistas, que no quieren que Martí sea el candidato. Unos y otros piensan también en el congreso que los socialistas catalanes celebrarán a la vuelta de las elecciones. Iceta ha comunicado a LA RAZÓN que se presentará a las primarias, en las que puede competir con Nuria Parlón, la actual vicesecretaria general y alcaldesa de Santa Coloma, partidaria acérrima del derecho a decidir. Parlón todavía no ha anunciado formalmente esta candidatura, pero nadie olvida en el PSC que Sánchez le ofreció encabezar la candidatura del PSC en las últimas autonómicas en detrimento de Iceta. No fue así porque Parlón declinó el ofrecimiento.
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