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El yihadismo se asienta en Cataluña como «cabeza de puente» para atacar Europa
Se trata de una de las zonas de España mejor comunicadas por tierra, mar y aire. Los Mossos detienen a 11 yihadistas que tenían intención de atentar en España¡
Cataluña y, en concreto, muchas de sus grandes ciudades, figuran entre las mejor comunicadas de Europa (por tierra, mar y aire), algo que no ha pasado desapercibido a los estrategas del terrorismo yihadista para tratar de implantar en esta región sus estructuras criminales. Europa, según repiten los portavoces del islamismo radical, es el gran objetivo, una vez que consoliden los del norte de África. Contar en Cataluña con una red lo suficientemente operativa les permitiría desarrollar sus objetivos con más facilidad.
Al haber declarado el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz el secreto de las actuaciones, poco se sabía, a la hora de cerrar esta edición, sobre los objetivos y otros detalles del grupo desarticulado por los Mossos d’Esquadra.
Algunos de sus integrantes tenían, en sus teléfonos móviles, fotografías de posibles objetivos contra los que pensaban atentar, aunque no parece que de forma inminente, según han informado a LA RAZÓN fuentes solventes.
El grupo se dividía en varias células que se dedicaban a la captación de nuevos yihadistas para enviarlos a zona de combate en Iraq y Siria; un segundo, para incrementar el grupo, que dependía del Estado Islámico, el Daesh, y un tercero, de carácter operativo, que sería el encargado de cometer los atentados en Cataluña, aunque en este tipo de organizaciones criminales al final todos terminan haciendo de todo.
Los objetivos del Daesh son conocidos, por los atentados que han cometido en los últimos tiempos. Tienen como denominador común a los «cruzados» (cristianos, ya sean transeúntes que anden por la calle o turistas) y judíos. También cometen acciones criminales de carácter selectivo, como ocurrió en París contra la revista «Charlie Hebdo» o en Dinamarca contra un dibujante que había caricaturizado al profeta Mahoma, algo considerado como sacrílego por los musulmanes. Militares y miembros de las Fuerzas de Seguridad, los encargados de combatir el yihadismo, también son objetivos preferentes.
En un reciente mensaje difundido a través de las redes sociales, el portavoz del Daesh, Abu Muhammad Al-Adnani As-Shami, hacía un llamamiento al asesinato indiscriminado de «cruzados» y judíos: «Atacar a sus ejércitos, sus policías, sus servicios de inteligencia y sus colaboradores, hacer su vida imposible. Es lícito tomar su sangre y sus bienes. Si no lo puedes hacer con explosivos o balas, entonces acércate al infiel y aplástale la cabeza con una piedra, degüéllalo con un cuchillo, atropéllalo con tu coche, empújalo a un barranco, estrangúlalo o envenénalo». Más recientemente, en la revista «Dabiq», órgano de prensa del Daesh, se jactaban de haber asesinado a 20 turistas en el Museo Bardo de Túnez porque ello llevó la «angustia a un número de las naciones que participan en la coalición de los cruzados (Italia, Francia, Gran Bretaña, Japón, Polonia, Australia, España y Bélgica), después de que esos ciudadanos se convirtieron en presa de los soldados del Estado Islámico». El número de individuos que desde Cataluña han logrado llegar a la «zona de combate» en los últimos tiempos se estima entre 20 y 30. El grupo desarticulado ayer, que era vigilado desde hace trece meses, había organizado el viaje a tres futuros «muyaidines», uno de ellos un brasileño converso al islam, detenidos en la frontera entre Bulgaria y Turquía. Según se supo ayer, al menos otro, vinculado con estas células, habría logrado su objetivo. Se trata en cualquier caso, incluida la del resto de España, de una cifra pequeña.
La detención del referido brasileño ha sido fundamental para poder desarrollar la operación de ayer, ya que los Mossos d’Esquadra obtuvieron pistas que les permitieron llegar a los arrestados y obtener datos sobre sus actividades.
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención es que cinco de los 11 arrestados fueran españoles conversos al Islam pero que se hubieran pasado directamente al yihadismo radical. Es un fenómeno que no tiene precedentes en España y que, según expertos antiterroristas, deberá ser analizado por el riesgo que conlleva. Uno de los grandes peligros del yihadismo es el de los retornados de zona de combate. Los que se han detectado hasta ahora eran en su mayoría de origen magrebí, pero la posible presencia de nacionales entre los que vuelven de Iraq y Siria, con documentos en regla y con sus familias españolas asentadas en nuestro territorio, hace que disfruten de libertad de movimientos y puedan llevar a cabo con impunidad sus planes.
Un ciudadano español convertido al Islam y residente en Sabadell, Antonio S. M., es uno de los presuntos «cerebros» de la célula desarticulada. Esta persona residía en el popular barrio de Can Llong de Sabadell desde hacía unos diez años, según sus vecinos. Mantenía una relación con una mujer de origen marroquí, se había convertido al Islam y habría trabajado en una peluquería del barrio hasta hace cuatro años, informa Efe.
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