Encuesta electoral
Encuesta: Franco impulsa a Vox, Cs se hunde y el PP sigue al alza
La participación repunta hasta superar el 66 por ciento, pero se mantiene el bloqueo de las elecciones del 28-A, con 162 escaños para las formaciones de izquierda y 158 para la derecha
La participación repunta hasta superar el 66 por ciento, pero se mantiene el bloqueo de las elecciones del 28-A, con 162 escaños para las formaciones de izquierda y 158 para la derecha.
La exhumación de Franco ha animado a los votantes de Vox y ha desanimado a los de Ciudadanos y de Podemos. El último tracking de NC Report para LA RAZÓN confirma que la agenda política de la pasada semana, dominada sobre todo por las informaciones sobre la ejecución de la salida de los restos de Franco del Valle de los Caídos al cementerio de Mingorrubio, se traduce en que Vox es el partido que más sube, un 0,7. Mientras que Ciudadanos pierde un 0,8 y Podemos hasta un 0,6.
Estas tendencias se ajustan con el guión previsto por el Partido Socialista en el manejo electoral de este hito histórico, apurando los plazos para que la exhumación estuviera lo más cerca posible del arranque formal de la campaña. Pero no implican un vuelco en la estimación de cuánto puede beneficiar directamente al candidato Pedro Sánchez las imágenes de la que ha sido una de las grandes promesas electorales del PSOE desde la etapa de Gobierno de Rodríguez Zapatero, a la vez que bandera de Pablo Iglesias. En la última semana el PSOE sube, pero menos que Vox, un 0,3. Y el Partido Popular aguanta también en su tendencia al alza con un 0,2. Estratégicamente la dirección popular optó por evitar el tema de Franco, convencidos de que es una «liebre» –dicen– que les coloca el PSOE para desgastarles electoralmente.
En esta recta final de campaña, si se atiende a los sondeos, el Partido Popular se enfrenta a la misma disyuntiva que en abril, aunque ha optado por la solución contraria. La presión al alza de Vox, que anunciaban entonces las encuestas y con más fuerza que ahora, tuvo como respuesta un giro hacia la derecha del PP. En la campaña actual la decisión de la dirección del PP ha sido ratificarse en su apuesta estratégica por la moderación, incluso a pesar de que la agenda esté condicionada hasta ahora por dos temas, Cataluña y Franco, que favorecen la inercia de movilizar dentro del centro derecha al voto más a la derecha. Tan es así que en este último tracking de NC Report, el partido de Santiago Abascal entra en prácticamente empate con Podemos, 31 y 33 escaños, respectivamente.
Esta subida de Vox se ajusta a los intereses del PSOE, que desde la precampaña ha dirigido su «armas» electorales a animar el voto de la «extrema derecha», así lo califican en Ferraz, con un doble objetivo. El runrún de que sube Vox les sirve para movilizar a la izquierda y, al mismo tiempo, la fragmentación del voto de derechas puede ayudar al Partido Socialista a consolidarse como primera fuerza, como ocurrió en las elecciones de abril, pese a que la izquierda consiguiera menos votos que el bloque de centro derecha.
Además, el último tracking confirma que la participación sube notablemente al calor de las imágenes de los violentos altercados en Cataluña y de la exhumación de Franco. En una semana crece más de un punto, del 65,1 por ciento al 66,2 por ciento. Y al mismo tiempo se mantiene la situación de bloqueo, prácticamente con un empate de escaños entre la izquierda y la derecha. El bloque de las izquierdas está en un máximo de 162 escaños, con un 44,1% en intención de voto, frente a los 158 de las derechas, en el 44 por ciento.
Respecto a las elecciones de abril, el gran beneficiado, y el único, de la repetición electoral es el Partido Popular de Pablo Casado, que crece hasta 6,2 puntos, con 38 escaños más. El partido de Albert Rivera es el que más baja, siete puntos y pierde hasta 38 escaños. El partido de Santiago Abascal sube 1 punto y siete escaños. Podemos cae 2,3 puntos y el PSOE 1,4.
Este reparto de escaños, de confirmarse en las urnas, implicaría que la situación después del 10-N sería tan o más difícil que después de los comicios de abril, que concluyeron en una nueva repetición electoral. El único elemento a favor es que en ningún caso habrá una nueva convocatoria de elecciones: como sea, esta vez sí habrá Gobierno, pero tiene muy difícil, como ocurría en abril, poder gobernar.
En el 10-N, de acuerdo con estos datos, la principal dificultad está en que ni el bloque de la izquierda ni el de la derecha suma la mayoría suficiente como para poder sacar adelante una Legislatura con un acuerdo entre sus partes. Y tampoco sería suficiente el acuerdo entre PP y PSOE para una simple abstención. Al tiempo que esta negociación es incompatible con conseguir apoyos de algunos de sus satélites.
Asimismo, de confirmarse los sondeos Ciudadanos dejaría de tener fuerza como para condicionar ninguna negociación. Si después de abril podría haber sido la solución al bloqueo, ahora, sin embargo, no serviría ni para que sume el bloque del centro derecha ni tampoco para consolidar un acuerdo con PSOE y PP. Salvo que las encuestas queden pulverizadas en las urnas, el próximo 10-N exigirá una solución tan inédita como las elecciones que están en marcha.
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